Ipsos lanzó su último informe “Felicidad Mundial 2022″, en el cual muestra la opinión de más de 20.500 personas en 30 países, incluido Chile, con el objetivo de medir el nivel de felicidad existente entre los ciudadanos y conocer cuáles son consideradas las fuentes de felicidad que entregan mayor satisfacción.
Según la encuesta, un 53% de los chilenos se declara como una persona Muy feliz/ Bastante feliz, estando por debajo del promedio mundial (67%) y ubicándose como el cuarto país con el porcentaje más bajo en este ámbito sólo superando a Hungría (51%), Argentina (48%) y Turquía (42%).
Por otro lado, cifra que preocupa bastante es el 46% de chilenos que se considera “No muy feliz” o “Nada feliz”, esta cifra se iguala con la de Colombia, pero supera en 13 puntos al promedio mundial de infelicidad (36%).
Sin embargo, el nivel de felicidad en Chile se recupera después de un año de una brusca caída: mientras que en el 2020 sólo 35% de las personas se clasificaron como felices, a fines del año 2021 aumenta a 53%, volviendo al nivel observado en el año 2019 (50%).
“El mundo entero ha estado remecido por la crisis de salud producto del Covid, lo que implicó en muchos países un fuerte retroceso de la felicidad. En el caso de Chile ese retroceso fue de 15 puntos. Pero estamos en presencia de una recuperación del indicador con la recuperación del uso del espacio público, los re encuentros presenciales con familia y amistades y el retorno a las actividades cotidianas. Aunque se esperaba que la nueva normalidad trajera cambios muy importantes, las personas han vuelto a sus actividades, con modificación de algunos aspectos por cierto, pero recuperándolas en su esencia. Todo esto se debe principalmente a las campañas de vacunación masiva”, comenta Alejandra Ojeda, Gerente de Estudios Públicos de Ipsos Chile.
A nivel global, el 90% de la gente explica su nivel de felicidad en base a la salud física, el 89% la relaciona con la salud mental, 89% con las condiciones de vida (agua o comida) y el 88% con la seguridad personal.
En el caso de Chile, el factor que más influye en la felicidad de las personas es la salud mental, seguido por la salud física y en tercer lugar el “sentir que la vida tiene sentido”. Otros aspectos como tener hijos y la relación con la pareja aparecen bastante más atrás, como las prioridades número 7 y 11 respectivamente a diferencia de la tendencia global.
Por su parte, los tres elementos que menos explican a la construcción de la felicidad en el país corresponden al tiempo que se dedica en las redes sociales, las posesiones materiales, así como la cantidad de tiempo/dinero que destina la gente a caridad o a ayudar a los demás.
“Producto de la crisis de salud nos sentimos en peligro que no habíamos experimentado previamente y ahora estamos observando las consecuencias de la pandemia. Por tanto, la salud tanto física como mental han sido resignificadas por las personas, entregándoles un mayor valor. Además, en esta experiencia fuimos interpelados respecto del sentido de nuestras acciones y nuestras vidas. Pero los resultados indican también que este momento es más bien individualista que colectivo, primando el interés en el bienestar propio o de la familia por sobre el de la comunidad”, indica Ojeda.