Están en todas partes. En los supermecados, en las farmacias, tiendas especializadas, siempre con atractivos envases y diversas promociones y descuentos: son los suplementos alimenticios, que en formato de cápsulas, pastillas y polvo prometen en su publicidad mejorar la salud de las personas.

Los suplementos alimenticios son sustancias que pueden formar parte de la dieta diaria o tratamientos médicos, conteniendo vitaminas, minerales, aminoácidos u otros en distintos formatos de consumo.

Sin embargo, más allá de la publicidad y las promesas, se plantean algunas preguntas básicas: ¿todos deben consumirlos? Esto es lo que dicen los expertos.

No para todos

“Para la mayoría de las personas, comer una variedad nutritiva de alimentos puede proporcionar todos los nutrientes que necesitan”, afirma Carol Haggans, dietista registrada y consultora de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH). Es más, agrega en un comunicado publicado en la página web de esta institución, “algunas personas pueden creer o esperar que los suplementos puedan prevenir o tratar enfermedades, pero no es eso lo que pretenden”. El objetivo de estos productos es “complementar la dieta”, pero siempre de acuerdo a la edad, salud y alimentación de cada indivduo.

Entonces, ¿quiénes son los que necesitan estos suplementos? La nutricionista del Programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, Alejandra Alarcón, dice que la administración de suplementos dependerá de distintos factores, como la edad, la dieta o lo que se está buscando.

La nutricionista de la Clínica Vespucio, Paulina Mella, explica que los suplementos son necesarios cuando no hay una alimentación equilibrada, “si una persona consume todo lo requerido, visita a un nutricionista y se le adecua su alimentación” pueden evitarse la ingesta de estos productos.

Dentro de los grupos que necesitan estas sustancias, Alarcón señala a las embarazadas –pues el requerimiento aumenta por el estado fisiológico del embarazo–, se puede suplementar muchas veces a adultos mayores por no tener una ingesta adecuada de –por ejemplo– frutas y verduras, algunos niños, personas con trastornos alimentarios restrictivos, entre otros.

[Los suplementos] no son para todas las personas, ni son siempre necesarios”, expecifica Alarcón.

La especialista también afirma que, antes de consumir suplementos, hace falta ver a un especialista y hacerse pruebas médicas, pues los suplementos también podrían llegar a ser daño al organismo de no tener un correcto consumo.

De este chequeo médico, Marcela Consentino, nutricionista de Clínica Santa María, nombra exámenes de “la vitamina B12, vitamina D, calcio o fierro y en el caso de que tenga un déficit ahí se suplementa”.

FOTO: LUIS SEVILLA

¿Ayudan al sistema inmunológico?

La doctora Patricia Haggerty, especialista de nutrición y sistema inmunológico en el NIH, afirmó en la nota publica en su página web que “muchos nutrientes, como la vitamina C, la vitamina D, la vitamina E, el zinc, el selenio y el magnesio son importantes para un sistema inmunológico saludable”. Sin embargo, consumir dosis mayores a las indicadas no parece reforzar el sistema inmunológico, mientras que tener una dieta nutritiva y un peso saludable si ayudan a este reforzamiento.

“Si la persona tiene un buen estado nutricional, va a tener una mejor respuesta frente a los virus en general”, dice Alarcón. Los suplementos no previenen el virus “ni te asegura que la respuesta [inmunológica] sea mejor, pero si podrían ayudar”.

¿Y qué pasaría con el Covid-19? Haggerty afirmó que “hasta ahora, los datos son insuficientes para respaldar las recomendaciones a favor o en contra de cualquier vitamina, mineral o producto botánico para prevenir o tratar el COVID-19″.

Advertencias y sobreconsumo

Un mayor consumo de suplementos no significa que sea mejor para el organismo y que sea natural no significa que sea necesariamente seguro, afirmó la doctora Haggerty.

Imagen referencial. FOTO: PIXABAY

Un sobreconsumo de suplementos alimenticios también puede ser perjudicial para la salud. Según el NIH, las vitaminas y minarles que tienen un límite de ingesta son el calcio, zinc, hierro, además de las vitaminas A, B6, C y D.

“Teniendo en cuenta una alimentación equilibrada y que se suplemente, hay algunas vitaminas que se acumulan en el organismo, no todas se eliminan. Entonces si es que se consume mucho también son toxicas organismo, por eso debe ser esta suplementación entregada por alguien de la salud”, explica Mella.

Los suplementos no son inocuos. Por ejemplo, dosis elevadas de calcio pueden provocar hipercalcemia, el potasio y magnesio pueden provocar alteraciones digestivas, y la vitamina A en exceso puede tener efectos como el estreñimiento o dermatitis.

Sobre la certificación de los suplementos en Chile no hay una normativa tan clara (…) no es como en algunos medicamentos que está todo más normado y guiado. Hay un vacío en los suplementos alimentarios”, afirma Alarcón.

Según el NIH, algunos suplementos pueden cambiar el funcionamiento de otros medicamentos, por ello es necesario mantener al tanto de este consumo al especialista que provee la atención médica.