¿Son reales las lesiones de Novak Djokovic?

¿Son reales las lesiones de Novak Djokovic?
¿Son reales las lesiones de Novak Djokovic?

Lo mío no es arrogancia, es confianza (Novak Djokovic).


La semana pasada, en el diván del líder, abordamos los nocivos efectos de las redes sociales para el deporte a través de la figura de Novak Djokovic, jugador que, tras una serie de controversias, se despidió del Australian Open entre aplausos y pifias por haberse retirado de la semifinal por lesión.

El público, probablemente furioso por haber pagado una entrada con la expectativa de ver un duelo de titanes a cinco sets, quedó absolutamente desconcertado cuando el serbio le dio la mano al juez nada más finalizar el primer set.

¿Por qué Novak Djokovic es considerado campeón, héroe y mártir del nacionalismo serbio?

Los comentaristas deportivos y las redes sociales encendieron el debate: ¿Qué está haciendo? ¿Se retira? ¿Habrá fingido o exageró una dolencia para evitar una paliza a manos del alemán Alexander Zverev (número dos del mundo)? Y cuando esta polémica parecía quedar atrás empezó otra, pues si bien el verdugo del serbio avanzó a la final, su caída en sets corridos ante el italiano Jannik Sinner prendió las alarmas de los periodistas deportivos y de los incansables opinólogos del tenis.

Ya en el primer set de la final, reconocidas cuentas de Twitter comentaban que Zverev entró derrotado a la cancha y que sus gestos traslucían una pobre confianza en sí mismo. ¿Lo intimidó Sinner con su presencia? Incluso antes de cerrar el partido, las redes sociales comenzaron a preguntar -con cierta mordacidad- si sería posible que el alemán alguna vez levante uno de los cuatro ansiados trofeos.

Sinner

En ese ambiente, una mujer del público empezó a gritar algo no del todo entendible para el telespectador, pero que claramente incomodó al número dos del mundo. ¿Qué habrá gritado? Como si no fuesen suficientemente dolorosas la derrota en cancha y las ácidas críticas de las redes sociales, la guinda de la torta vendría en la conferencia de prensa posterior al partido, donde un periodista le preguntó a Sacha que le había pasado al escuchar a una persona del público gritar “¡Australia le cree a Olya y Brenda!, nombres de dos exnovias del tenista, quienes lo han acusado de abuso físico en el pasado.

Zverev, que arrastra un historial de mal comportamiento en la cancha y graves acusaciones de violencia intrafamiliar, cerró la polémica asegurando que “no hay más a acusaciones desde hace 9 meses. Bien por ella, creo que es la única persona en el estadio que lo creyó en el momento. He hecho todo lo que he podido. No voy a volver a tocar ese tema”. Ahora, más allá de sus declaraciones, lo concreto es que el alemán tendrá que levantarse de una dura derrota deportiva y digerir y procesar el sabor amargo de las críticas, tanto por su desempeño en la final como por su comportamiento fuera de la cancha.

French Open

Con este contexto tenístico como telón de fondo, retomo la lectura de la semana pasada, Twitter versus Twitter de la periodista Rosario Moreno, y me detengo en la primera cita del primer capítulo:

“En un entorno digital libre de vigilancia y regulación, existe una creciente preocupación por las potenciales víctimas de este odio en línea”.

Al parecer, nadie se salva. Ni siquiera el triunfante Jannik Sinner, a quien, minutos después de levantar el trofeo, le preguntaron por pasadas acusaciones de dopaje. Sí, la polémica vende y es por esta razón que Djokovic, pese a no haber conseguido el título ni a ser el número uno del mundo, sigue siendo el foco principal del circuito, pues sus polémicas generan un enorme movimiento en las redes, tanto así que Toni Nadal se dio tiempo para ponerle leños a la hoguera:

“En esta ocasión, las sospechas comenzaron a surgir en su partido de cuartos de final ante Carlos Alcaraz. Tras perder el primer set y con evidentes signos de dolor, el serbio dejó claro a su rival y al público en general que difícilmente podría continuar su partido. Pero la realidad es que, no sólo afrontó el resto del partido con total normalidad, sino que incluso acabó ganándolo”.

Tras ese partidazo con Alcaraz, la controversia aumentó al finalizar el primer set contra Zverev, pues Novak se retiró tras haber perdido por poco. ¿Debiera haber luchado más? ¿Qué hubiera pasado si Nole ganaba el set? ¿Y si ganaba el segundo set, se habría retirado antes de llegar al tercero? Una vez más, escuchemos a quien fuera por años el entrenador del otrora número uno, Rafael Nadal:

“Cuando un jugador se enfrenta a problemas físicos en un partido de estas características, normalmente retrasa la decisión de retirarse hasta el último momento. Llama al fisioterapeuta, lucha unos cuantos juegos con limitaciones y solo cuando se da cuenta de lo inevitable, opta por la retirada”.

Australian Open

Varios locutores televisivos y periodistas deportivos compartieron a través de la televisión abierta y de las redes sociales opiniones similares a las de Toni, la que el ibérico sintetiza así: “en varias ocasiones hemos visto a Novak con actuaciones similares, utilizando expresiones faciales y lenguaje corporal que contradicen lo que vemos en la pista, generando dudas sobre la autenticidad de sus lesiones”.

Por supuesto, en estas aguas torrentosas surgieron defensores del hombre elástico, siendo los y las tenistas sus principales aliados. Pero de todas estas voces, tal vez la más sorprendente fue la del estadounidense Andy Roddick, pues él mismo, en el pasado, lo acusó de inventarse lesiones y enfermedades.

Sí, en una controvertida conferencia de prensa del 2008, el otrora número uno del mundo calentó la atmósfera del US Open mofándose de las enfermedades y lesiones de un joven Djokovic, con quien hasta ese entonces tenía un Head to Head de 1 a 1. ¿Resfriado? ¿dolor de espalda? ¿Sars? ¿molestias a la cadera? ¿Anthrax? ¿Le falla una rodilla también? ¿Jet-lag? ¿Todas las anteriores?

Roddick, famoso por su potente servicio y su particular sentido del humor, entró al mismo estadio donde ganó su único Grand Slam el año 2003, año en que no solo ganó el US Open, sino que fue número uno del mundo… argumentos más que suficientes para suponer que las expectativas del público norteamericano estaban por los aires. Y que la presión para Andy era infinita. ¿Será capaz de repetir la hazaña cinco años después? ¿Podrá ganar su segundo Grand Slam? ¿Será un Sampras o un Agassi?

El público neoyorkino bramaba y a este desafiante escenario llegó el serbio, precedido por las burlas de su oponente. Y contra todo pronóstico, Novak entró calmo a la cancha, pero nada más arrancar se hizo evidente que esto era más que un partido de tenis; era un duelo. Duelo donde el serbio, en poco más de dos horas y media, derrotó al dueño de casa con un sólido juego y un marcador que da cuenta de la batalla: 6-2, 6-3, 3-6 y 7-6 (5).

roddick

No contento con ganarle a Roddick en su casa, el terremoto de los Balcanes, tras ser abordado en cancha por el periodista oficial del evento, declaró que le hacía muy feliz ganarle a su oponente en su torneo favorito y que como “bueno, Andy dijo que tenía como 16 lesiones, obviamente no fue así. Y los espectadores piensan que simulo todo, así que no se…”.

El abucheo fue atronador, pero Djokovic parecía estar en su salsa. En vez de achicarse con las pifias, Nole miró desafiante al público, mostrando su fuerte carácter y personalidad. Cosas del tenis… o del destino, el serbio y el americano volvieron a encontrarse el año 2009 en Australia, oportunidad en que Nole, tras dos horas y media de juego se retiró físicamente afectado por el calor. Andy tuvo su revancha (6-7, 6-4, 6-2, 2-1), pero en las semifinales cayó en sets corridos contra el número dos, Roger Federer.

Dieciséis años después, Novak Djokovic vuelve a retirarse por lesión del Australian Open, teniendo en esta oportunidad a un incondicional amigo, quien en su podcast Served with Andy Roddick, no solo desafió a los que dudan de la lesión del actual número 6 del mundo, sino que ha declarado que, sin lugar a dudas, el serbio es el GOAT. No contento con eso, el estadounidense, que años atrás reconoció públicamente haberse abalanzado contra el serbio para golpearlo tras perder en el US Open, asegura que pese a la imagen que proyecta, en privado todos los que lo conocen quieren y admiran a Djoker. Es una gran persona.

Así, volviendo a Twitter versus Twitter, es posible concluir que, tanto en la arena política como en una cancha de tenis “la violencia político social escrita y de imágenes en esta red es tal, que, si una persona revisa diálogos políticos en la red, y sin saber lo que ocurre en la realidad, sería legítimo que concluyera que afuera hay una revolución, odio o anarquismo. Lo anterior se asemeja, entonces, a que cada ser humano use su poder según le plazca para buscar su fin”.

Sí, hay conflictos entre tenistas, rivalidades y rencillas, pero si uno se detiene a escuchar a los jugadores, está claro que lo que pasa en las redes sociales está bien alejado de la realidad. Pequeñas y grandes polémicas son infladas y desinfladas por periodistas y twitteros ansiosos por obtener más likes y más seguidores, práctica en extremo peligrosa según Rosario Moreno, porque “cuando la persona marca like a un tweet o lo retweetea, el algoritmo de Twitter envía la orden de que aparezcan las cuentas de usuarios que piensan similar a esa persona, tanto que, en enero 2023, se creó en la red una sección llamada <<para ti>>, que se supone une al usuario a otros con similares características, sentimientos, pensamientos, etc.”

Así, la brecha entre lo que verdaderamente pasa en una cancha de tenis o en el vestuario y lo que sostienen las redes sociales se acrecienta y, a ratos, parecieran mundos paralelos. Y que mejor ejemplo que Novak, quien pese a la amarga pifiada que recibió en su último partido en Australia y su cuestionada lesión, terminó logrando que el Director ejecutivo de Tennis Australia, Craig Tiley, anunciara que quiere construirle una estatua en Melbourne Park, ya que, en sus propias palabras, “se lo merece”, ganando así la batalla final del Australian Open.

Game Over

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