Las relaciones sexuales son una parte fundamental de la experiencia humana, influyendo en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana. Más allá del placer físico, el sexo afecta nuestra salud mental y emocional.

Estudios recientes demuestran que mantener una vida sexual activa y satisfactoria puede mejorar el bienestar general, reducir el estrés, fortalecer el sistema inmunológico y fomentar una mayor conexión emocional entre las parejas. Pero ¿qué pasa cuando hay sequía sexual?

Soy sexóloga y esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando dejas de tener relaciones sexuales

Christine Rafe es terapeuta sexual y de relaciones con experiencia de la Universidad de Sydney. Dirige una clínica dedicada a la terapia sexual llamada Good Vibes Clinic y en su página de Instagram con el mismo nombre (@goodvibesclinic) entrega herramientas, consejos e información relacionada con la salud general, así como con el sexo, la intimidad y las relaciones.

Tener relaciones sexuales se ha asociado a una serie de beneficios con la salud cardiovascular, el sistema inmunológico, el estrés, el sueño y la salud mental. Rafe explicó que las sustancias químicas que se liberan durante el placer sexual, ya sea en solitario o en compañía, incluyen la oxitocina, las endorfinas, la serotonina y la dopamina. “Esas son nuestras sustancias químicas de la felicidad/bienestar, y pueden mejorar el estado de ánimo y los niveles de energía [y] aumentar la motivación”.

Soy sexóloga y esto es lo que le pasa a tu cuerpo cuando dejas de tener relaciones sexuales

Además, la actividad sexual es una forma de ejercicio físico que puede contribuir a la salud del corazón. Durante el sexo, el ritmo cardíaco aumenta, lo que puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

También puede mejorar la función del sistema inmunológico. Algunas investigaciones sugieren que las personas sexualmente activas tienen niveles más altos de ciertos anticuerpos que defienden al cuerpo contra infecciones y enfermedades.

La experta explicó al sitio Unilad que cuando una persona deja de tener relaciones sexuales, pueden ocurrir varios cambios en su cuerpo y en su estado emocional, pero nada que afecte realmente. “Si bien se reconocen beneficios físicos, emocionales y psicológicos al participar en actividades sexuales en solitario o en pareja (incluido el coito o el sexo sin penetración), esto no significa que haya consecuencias negativas asociadas con no ser sexualmente activo”, dijo Rafe.

Si bien, no hay consecuencias negativas, el cuerpo pasa por un proceso conocido como “descondicionamiento” cuando no está activo sexualmente. Este proceso se refiere a los cambios que ocurren en la respuesta fisiológica y psicológica del cuerpo y la mente ante la ausencia de estímulos sexuales que antes eran habituales.

“Del mismo modo que podemos experimentar una disminución de la confianza, tensión muscular y un desacondicionamiento general por no hacer ejercicio, las personas que no han mantenido relaciones sexuales, o que dejan de hacerlo durante periodos prolongados, pueden experimentar un desacondicionamiento a las actividades sexuales y descubrir que tienen tensión o dolor muscular, dificultades en el control eyaculatorio y una pérdida de confianza en la actividad sexual”, dijo Rafe.

Respecto a los cambios a la respuesta fisiológica, dejar de tener relaciones sexuales puede significar una reducción de la excitabilidad, ya que con el tiempo, el cuerpo puede volverse menos sensible a los estímulos sexuales debido a la falta de actividad sexual. Esto puede manifestarse como una disminución en la frecuencia e intensidad de las respuestas sexuales, como la excitación y los orgasmos.

La actividad sexual también afecta los niveles de ciertas hormonas, como la testosterona, la dopamina y la oxitocina. La falta de sexo puede llevar a una disminución de estas hormonas, lo que puede afectar el deseo sexual y el bienestar general.

En hombres, la falta de actividad sexual puede influir en la función eréctil y la salud prostática. En mujeres, puede afectar la lubricación y la elasticidad vaginal. Pero no se preocupe, esto no significa que vaya a estar menos preparado para tener relaciones sexuales, y por sobre todo, estos cambios biológicos no son a largo plazo, expresó la terapeuta.

“No hay ninguna investigación o evidencia sustancial que concluya que existen impactos negativos en la salud de alguien que decide no tener relaciones sexuales o dejar de tenerlas”, explicó Rafe.

Las personas también pueden experimentar cambios en sus niveles de estrés y en su estado de ánimo. La reducción de los beneficios emocionales del sexo, como la liberación de endorfinas y oxitocina, puede llevar a una necesidad de encontrar otras fuentes de bienestar emocional. Las personas pueden llenar el tiempo y el espacio emocional que ocupaba la actividad sexual con otras actividades, como hobbies, ejercicio físico o actividades sociales.

La relación con la intimidad física puede cambiar, y las personas pueden buscar otras formas de conexión y cercanía emocional, como el afecto físico no sexual o la comunicación profunda.

El descondicionamiento es un proceso natural de adaptación del cuerpo y la mente a nuevas circunstancias. Es importante reconocer que cada individuo experimenta este proceso de manera diferente, y las reacciones pueden variar ampliamente. También es fundamental entender que el bienestar sexual y emocional puede mantenerse y promoverse a través de diversas formas de autocuidado y conexión emocional, independientemente de la actividad sexual.