“Canadá y Bush: asesinos climáticos”, decía la gran pancarta que Steven Guilbeault (52) y otros activistas de Greenpeace colgaron desde la Torre CN en 2001, en Toronto, la más alta de Canadá y el mundo en ese entonces. El objetivo era captar la atención del mundo, una semana antes de la Séptima Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP7), donde se decidiría el destino del Protocolo de Kioto. Ahora, ese mismo escalador y activista defiende los mismos principios, pero desde el Ministerio del Medio ambiente y Cambio Climático de Canadá.
Según cuenta, su compromiso con los temas ambientales comenzó a los cinco años, cuando se subió a un árbol para protegerlo de los desarrolladores inmobiliarios que estaban a punto de talar el bosque detrás de su casa, en La Tuque. Este mismo espíritu lo llevó a transitar entre el activismo y el trabajo político en favor de la conservación del ecosistema. Representando al Partido Laboral, fue elegido por primera vez como Miembro del Parlamento de Laurier-Sainte-Marie en 2019, para luego ser designado como ministro de Patrimonio Canadiense y desde 2021 como ministro de Medio ambiente y Cambio Climático.
Esta tarea lo trajo recientemente a Chile para conocer y conversar con las autoridades medioambientales en vista de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), que se realizará en diciembre próximo en la ciudad de Montreal. Según cuenta en entrevista con Qué Pasa, su principal motivación es encontrar la fórmula para preservar la naturaleza y combatir el cambio climático, acercando los espacios protegidos a las comunidades, sin que esto signifique un retroceso en el desarrollo económico de cada país.
-¿Cómo un ex activista de Greenpeace llegó a ser ministro? ¿Sus oponentes o excompañeros lo critican por este cambio?
Decidí involucrarme en política después de ser activista por más de 25 años. Me arrestaron cuatro veces, fui a la cárcel. Y aun así creo profundamente que el activismo es muy importante por temas ambientales y sociales. Pero después pensé que podría seguir siendo un activista dentro del gobierno. Esa es la decisión que decidí tomar hace tres años.
Si me preguntas si mis ex colegas me critican, espero que ellos hagan el trabajo que sienten que tienen que hacer. A veces critican las decisiones que tomo y a veces también me felicitan. Sigo siendo amigo de ellos, pero a veces pueden ser bien críticos conmigo porque tomé una decisión muy impopular y fueron muy duros conmigo, sobre todo el día que asumí el cargo. Pero en la tarde mis amigos me enviaron mensajes diciendo ‘sé que fuimos duros, pero sigues siendo nuestro ministro favorito’.
-¿Cree que hay distintas formas de hacer activismo por el medioambiente?
Sí. El hecho de que yo participe en el gobierno no es una declaración de que no necesitemos activistas por fuera. Es importante tener activistas que mantengan el cable a tierra para poder hacer las cosas más rápido. Y eso no es algo malo, para nada.
La naturaleza necesita diversidad, y también nuestra sociedad. No sería bueno que todos los activistas estén dentro del gobierno, o que todos estén fuera del gobierno. Porque si no tenemos personas dentro del gobierno, que crean en las cosas que nosotros creemos como el cambio progresivo, las personas, el planeta, que estén en el centro de las relaciones del gobierno y que se enfoquen en legislaciones que aseguren invertir más dinero en las cosas que necesitamos ver que sucedan. Entonces, es más difícil que esa relación sea vista solo desde afuera, necesitamos activistas en ambas partes.
-¿Cuál es la razón de su visita a Chile?
Hay un número de razones por las que estoy aquí. Lo más importante es que Chile y Canadá han sido aliados por más de 80 años, y eso lo hace un aliado muy potente en la región. Este año celebramos 25 años de cooperación medioambiental y ayer con la ministra Rojas celebramos el aniversario de la Comisión de Cooperación medioambiental entre Chile y Canadá.
También estoy aquí para que podamos seguir profundizando nuestras relaciones diplomáticas y nuestra colaboración en temas medioambientales. Pero también estoy aquí porque Canadá va a ser anfitrión de la 15° Conferencia de la Organización de Naciones Unidas para la Biodiversidad (COP15), y Chile puede ser una voz fuerte para asegurarnos de tener un resultado exitoso, en diciembre próximo, en Montreal.
-¿Cuál es el interés de Canadá en la biodiversidad de países como Chile u otros de la región?
Creo que ahora nos damos cuenta que para reducir el cambio climático debemos reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles, invertir en energías renovables. Pero también nos dimos cuenta que una de las mejores herramientas que tenemos para combatir el cambio climático es cuidar y mejorar la preservación de la naturaleza.
Mi interés está en que finalmente podamos acordar que para el 2030 debemos proteger al menos el 30% de los terrenos y océanos en todas partes del mundo. Chile ya está muy cercano a esa meta, nosotros tenemos más trabajo que hacer en Canadá, pero para 2050 ojalá seamos positivos frente a la naturaleza, porque cada año perdemos algo de ella.
También creo que podemos aprender mucho el uno del otro. Ayer visitamos el Parque Nacional Río Clarillo, y fue un ejemplo muy interesante de acercar la naturaleza a las personas. Porque, como Chile, Canadá tiene una gran cantidad de parques fantásticos, pero algunos son muy lejanos y difíciles de acceder. Entonces, nuestro gobierno se comprometió a crear 15 nuevos parques, y lo que hacen acá es una muy buena fuente de inspiración para lo que podemos hacer en Canadá.
-¿Por qué es importante defender la biodiversidad?
Necesitamos hacerlo porque, ya que nuestra sociedades son más modernas hemos perdido el contacto con la naturaleza, lo que nos ha hecho olvidar de que dependemos de ella. No podemos esperar tener sociedades prósperas en cualquier parte del mundo sin que el desarrollo se hacen a costa de las condiciones de vida del planeta. No podemos prosperar así, entonces ayudar a reencontrarnos con la naturaleza, ser interdependientes. La naturaleza nos necesita y nosotros necesitamos de ella.
-¿Cuáles son los principales desafíos que ves para proteger la biodiversidad y reducir el cambio climático?
La protección de la biodiversidad es percibida en distintos países como un obstáculo de la prosperidad económico. Es cierto que si decidimos proteger algunas áreas no va a haber industria minera o forestal, y eso está bien.
Creo que debemos reconocer que hay varias áreas en nuestra área que son sensibles en términos ecológicos, o que podrían ofrecer un hábitat a especies que están en riesgo, y quizás no accedemos a eso para operaciones industriales. Pero eso no significa que no podamos acceder a un desarrollo económico. Nuestros parques nacionales, en Canadá y en muchas áreas, los estamos fomentando junto con los pueblos indígenas para que puedan ser una gran fuente de desarrollo económico a través actividades de ecoturismo.
Por distintas formas de cosechar, no solo talar árboles, sino que producir productos desarrollados de manera sustentable. Tenemos que analizar otras oportunidades económicas y de empleo que vengan de la mano con la conservación de la naturaleza, y no solamente verlo como un obstáculo del desarrollo industrial.
-¿Qué esperade la próxima COP27? ¿Cuáles deberían ser los principales compromisos para reducir el cambio climático?
En Glasgow, los países desarrollados como Canadá se comprometió reducir las emisiones en un 30% para 2030, y nuestro nuevo objetivo es reducirlo entre un 40% y un 45%. Hemos aumentado el objetivo, pero no todas las naciones lo han hecho. Esperamos que los países que no lo ha hecho lo puedan hacer, porque no basta que países como EE.UU., Canadá y Europa lo haga. Ahora representamos 30% de las emisiones mundiales, así que necesitamos el compromiso de los demás países.
También es importante el tema de la adaptación. La próxima COP27 se realizará en Egipto, y los países africanos están muy preocupados por el cambio climático, donde esperan ver que se haga más frente a la adaptación y más frente al financiamiento para la adaptación del mundo en desarrollo. Canadá está trabajando en un informe que va a mostrar cuáles son las cosas que están yendo bien en una perspectiva financiera mundial, y cuáles son algunos los desafíos.
Otro desafío es la conversación de la pérdida y daño. Debemos reconocer el hecho de que en algunos casos los países no van a poder adaptarse al cambio climático, porque los impactos han sido muy importantes. Países como el mío, en el pasado, han hecho un buen trabajo en escuchar demandas de países en vías de desarrollo sobre este tema. El compromiso que extiendo es a ser más abierto y empático frente a los países en vías de desarrollo. No digo que tengo todas las respuestas, pero sí la disposición a escuchar y a tener la mente abierta frente a la COP27.
-¿Y de la COP15? ¿Cómo deberían actuar los países para proteger y conservar la biodiversidad?
Sobre la COP15 tenemos un compromiso de protección de las tierras y de los océanos, que vamos a tener para 2030. Vamos a crear un marco de financiamiento para la protección de la biodiversidad. No sabemos cuáles son las necesidades globales para proteger la biodiversidad. ¿Cuáles son las fuentes de financiamiento? Yo diría que los gobiernos no tienen suficiente dinero, así que tenemos que acordar que los aportes deben venir del sector público como también del privado. La filantropía tiene un rol muy importante en esto.
Debemos saber cuál es el mecanismo más eficiente para entregar estos dineros en países en vías de desarrollo que tengan estos proyectos de conservación. Una vez que acordemos este marco va a ser más fácil tener una conversación de cuánto dinero necesitamos y quién tienen que ofrecer estos recursos.
¿Cómo debería seguir trabajando Chile y Canadá en el futuro?
En vista de nuestra relación histórica con Chile, pero también con una buena relación con el gobierno de Gabriel Boric, creo que vemos el mundo de forma similar. Nos vemos como gobiernos activistas, feministas, y ambos hemos hecho un compromiso de caminar hacia la reconciliación con los pueblos indígenas. Hay cosas que estamos haciendo con Canadá y que quizás podría servir como inspiración para Chile, pero nosotros también tenemos que aprender de ustedes. De eso se trata la colaboración.