¿Sueña que está en una multitud sin mascarilla? ¿Qué está conectado a un ventilador mecánico? Reportan alza de pesadillas vinculadas a Covid-19

Half of all nightmares 'linked to Covid-19'
Reuters

Una investigación resaltó que las pesadillas se están volviendo recurrentes. Un 28,6% de las personas estudiadas admitió que se despertaba con más frecuencia por la noche que antes de la crisis sanitaria y un 26% reconoció que tenía más pesadillas, la mayoría relacionadas a la pandemia.


En plena crisis sanitaria por Covid-19 y en espera de una vacuna que permita retomar la vida previa a la pandemia, dormir debería ser un espacio de descanso y desconexión. Pero al parecer, ni lo sueños se escapan a la ansiedad e incertidumbre de estos días.

Las pesadillas se están volviendo recurrentes. Es lo que informó un estudio publicado recientemente en la revista Frontiers in Psychology que encontró que en general, los encuestados durmieron sustancialmente más (54,2%), y que un 28,6% de las personas estudiadas admitió que se despertaba con más frecuencia por la noche en comparación con sus patrones de sueño antes de la pandemia. Pero eso no fue todo. Un 26% reconoció que tenía más pesadillas.

Todos esos episodios tendían a ser más comunes entre quienes informaron niveles más altos de estrés. En el caso de los despertares nocturnos, lo experimentó el 60,5% de quienes sufrían de estrés y las pesadillas el 45,8%.

En el estudio, investigadores de la Universidad de Helsinki, University de Turku, en Finlandia, y de la Universidad de Stanford, Estados Unidos y de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, investigaron cómo el bloqueo de Covid-19 se asocia con cambios autoinformados en el estrés percibido y aumentos en las pesadillas o desviaciones en el contenido de los sueños.

Estudio indicó que un 28,6% de las personas estudiadas admitió que se despertaba con más frecuencia por la noche en comparación con sus patrones de sueño antes de la pandemia y un 26% reconoció que tenía más pesadillas.

La investigación se realizó en Finlandia, y consideró a 811 residentes seis semanas después del cierre de Covid-19 del país. Durante una semana, los participantes registraron cuánto durmieron, así como el contenido de los sueños. El impacto de la pandemia en los patrones de sueño se evaluó en términos de duración del sueño, latencia del sueño, despertares, regularidad del ritmo del sueño y frecuencia de las pesadillas

Temor al contagio y ser atacado por insectos

Desde la neuriociencia la actividad onírica tiene dos potenciales roles, explica Pedro Maldonado, director del Departamento de Neurociencia de la Universidad de Chile. Uno es consolidar la memoria, “por eso revivimos la experiencia del día”, indica. Por otro lado, los sueños ofrecen una oportunidad para el cerebro de explorar potenciales escenarios futuros, “por eso son una combinación de situaciones que hemos vivido y cosas inventadas”.

Las pesadillas son un caso especial de sueños. Se pueden definir como ocurrencias repetidas de sueños prolongados, extremadamente desagradables o molestos, y bien recordados que generalmente involucran amenazas a la supervivencia, la seguridad o la integridad física.

Las pesadillas ocasionales son comunes e inofensivas. Pero aquellas frecuentes se han asociado con otros problemas de sueño, como síntomas de depresión e incluso un mayor riesgo de suicidio.

También existen las llamadas pesadillas postraumáticas, con una clara relación con eventos traumáticos previamente experimentados que incluso pueden replicar partes del trauma en detalle. “La pandemia de Covid-19 y el encierro tenían el potencial de generar ambos tipos de pesadillas, dependiendo de las circunstancias del soñador”, señala el estudio.

En la investigación transcribieron además el contenido de los sueños en listas de palabras. Luego los analizaron y determinaron 33 grupos de sueños, incluidos 20 grupos de malos sueños, de los cuales el 55% eran específicos de la pandemia.

¿Qué relataban esas pesadillas? Desde situaciones como caerse, ser perseguido, llegar tarde y la muerte de seres queridos. Pero también temas como fallas en el distanciamiento social, como estár en una multitud sin mascarilla o verse conectado a un ventilador mecánico. Todos ellos hacían referencia al temor de contagio de coronavirus, no contar con protección personal y apocalipsis "calificados como específicos de una pandemia”, escribieron los autores del estudio.

Si nuestra vida cotidiana en pandemia incluye elementos de ansiedad y miedo importantes, dice Maldonado, no es de extrañar que influyan el repertorio de sueños y pesadillas. “Los miedos de todo lo que ocurre durante en el encierro está influyendo y es esperable que haya un aumento de pesadillas”, aclara.

Episodios que pueden extenderse por largo tiempo. “Depende del tiempo que pasemos en esto, pero como el cerebro modifica su comportamiento de forma lenta, si estamos mucho tiempo en pandemia se va a prolongar incluso más allá de cuando desaparezcan las restricciones”, indica el neurocientífico.

Medidas
Muchas pesadillas eran sobre fallas en el distanciamiento social, como estár en una multitud sin mascarilla o verse conectado a un ventilador mecánico.

Deirdre Barrett, psicóloga de la Universidad de Harvard, ha recopilado a través de una encuesta en línea, más de 10.000 informes de sueños en todo el mundo desde el comienzo de la pandemia. En su trabajo ha encontrado también muchos patrones que se correlacionan con las ansiedades de Covid-19, como sueños de enfermarse con el virus y hasta sueños de ataques de insectos.

En una entrevista a la revista de la Universidad de Harvard, Barret, indica que en muchas de esas pesadillas la persona tiene dificultad para respirar o fiebre, o a veces son un poco más fantásticas, como una mujer que miró hacia abajo y vio rayas azules en su estómago y recordó en el sueño que se suponía que era el primer signo de una infección por Covid-19.

A inicio de su investigación Barret detectó que muchos eran el uso de máscaras o distanciamiento social. “En aproximadamente la mitad de ellos, el soñador saldría en público y se daría cuenta de que no tenía su máscara y entraría en pánico o se daría cuenta de que se había acercado demasiado a alguien. En la otra mitad, estarían haciendo lo que se suponía que debían hacer, y otras personas no tendrían sus máscaras puestas ni estarían amontonadas en el sueño ni toserían sobre el soñador”, indicó. También registró sueños que exageran el aislamiento como verse en prisión o viviendo en Marte.

La investigadora, que también analizó sueños después del 11 de septiembre de 2001, se extraña de un elemento novedoso en las pesadillas actuales: insectos. "No vi sueños de insectos después del 11 de septiembre. Y acabo de ver docenas y docenas y docenas de todos los tipos de insectos imaginables atacando al soñador: hay enjambres de todos los tipos de insectos voladores de los que hayas oído hablar; hay ejércitos de cucarachas corriendo hacia el soñador; hay masas de gusanos que se retuercen; había algunos saltamontes con colmillos de vampiro; hay chinches”, resaltó Barret.

Pesadillas anecdóticas, pero relevantes. El problema de las pesadillas, advierte Maldonado, es que reflejan que en la vida cotidiana existe un estado de alta ansiedad y estrés, “son una tarjeta amarilla a la salud mental, indica estrés prolongado y sugiere que hay que tomar iniciativas para reducir ese impacto”.

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