Tecnoeducación: ¿Avance o retroceso?


El uso de la tecnología sigue avanzando a pasos agigantados. Según el último estudio realizado por We Are Social en conjunto con Hootsuite el 2018, arrojó que en Chile el 78% de las personas usa internet, lo que responde a un universo de 14,8 millones aproximadamente, de los cuales, el 77% se declara activo en redes sociales.

Por lo mismo, no es raro ver a niños utilizando aparatos tecnológicos a temprana edad, lo que no siempre es bueno. Si bien la tecnología nos aporta mucho, y nuestro contexto actual nos obliga a tener un correcto manejo de ellas- es importante que los padres no confundan que lo relacionado con la crianza les corresponde a ellos entregarla, no a los aparatos tecnológicos.

Para que logremos estimular el buen uso y correcto desarrollo de nuestros hijos, es necesario acompañar, guiar y controlar su tiempo de uso. Si esto fuese así, sin duda sería positivo. No obstante, en nuestro país ocurre todo lo contrario, provocando que el fácil acceso a la información que tienen los niños y jóvenes, abran puertas que no necesitan ni deben ver aún.

Esto desencadena una serie de problemas, como la escasa comunicación entre los miembros del sistema familiar; disminuyen las instancias de resolución de conflictos, hay una baja en las habilidades comunicativas del menor, empeoramiento de notas en el colegio y agresividad a la hora de pedirles que dejen de jugar con los aparatos electrónicos.

No se trata de satanizar los aparatos tecnológicos, pero sí comprender que estos pueden ser un plus o ayuda si los papás los manejan y están pendientes de lo que quieren que vean sus hijos. De lo contrario, las familias corren el riesgo de conocer las dificultades que viven los niños o jóvenes cuando el problema ya explotó, y no en el momento que se pudo hacer algo.

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