Si las y los jóvenes chilenos de hace algunos años se dividían por gustos, actividades comunitarias o clases sociales, el panorama actual es infinitamente más diverso. También mucho más complejo.
Hoy predomina una fuerte segmentación por intereses e identidades, explica el especialista en psicología de la adolescencia y coordinador clínico (s) del Centro de Psicología Aplicada (CEPA) de la Universidad de Talca, Nelson Muñoz, quien realizó una radiografía a la juventud chilena actual.
“Durante este siglo, Chile vivió la primera ola de los nuevos procesos identitarios de la juventud, cuando surgieron las tribus urbanas, como los pokemones, otakus o góticos, entre otros. Desde hace algunos años, el país se enfrenta a la segunda ola de este proceso, con una nueva segmentación de identidades”, explicó el experto.
De acuerdo a su visión, hoy una o un joven puede ser vegano, participar de videojuegos en línea, ser tuitero, definirse como parte de alguna minoría de género, escuchar música japonesa y considerarse como ciclista. “En cierta medida, estamos en la diversidad de las diversidades”, sostuvo.
El especialista precisó que estos comportamientos y expresiones no deberían alarmar al resto de la sociedad, “ya que una característica que define a los adolescentes es su diferencia con la autoridad y la generación anterior. Es parte de la construcción de su identidad y, en muchos casos, surgen de manera simultánea procesos de identificación grupal o colectiva”.
De acuerdo al psicólogo, una gran diferencia entre los jóvenes de ayer y de hoy se refiere al casi ilimitado acceso a la información que existe en la actualidad. “Manifiestan una forma de percibir la realidad más intensa, y los mueven temas como el medio ambiente, los movimientos sociales, el feminismo, las luchas contra las injusticias o las reivindicaciones de las minorías”.
Percepción de la política y sociedad
Respecto a la política, Muñoz afirmó que no es cierto que exista un distanciamiento o desafección generalizada. “Lo que ocurre es que la lejanía y desvaloración de los jóvenes es hacia los partidos tradicionales o la institucionalidad vigente, que no logra canalizar sus demandas y narrativas. Pero existe otro segmento que sí está sensible a participar en una nueva política, menos regulada por la tradición”, expresó.
Pero cómo entiende el mundo adulto a estos nuevos adolescentes y jóvenes. “Sin caer en el juicio, tenemos que adaptarnos, de forma madura y racional”, puntualizó el especialista del CEPA-UTalca.
“Cuando un adulto levanta una tendencia hostil y contraria, el resultado es peor, puede traer consecuencias muy negativas. No todo lo nuevo es malo, muchas reivindicaciones que han ayudado al desarrollo de la humanidad han emergido de los movimientos de la juventud”, recordó.
El camino entonces, en vez de la opresión o la sanción, es tratar de comprender y generar diálogo con los jóvenes, aconsejó el experto. “Muchas veces, estas manifestaciones son expresiones o síntomas de la soledad con la que creció esta generación, que tuvo que lidiar con padres ausentes trabajando, y sentados frente a una pantalla de TV casi todo el día. Estos movimientos son una manera de refugiarse en la manada, en el otro”.
Muñoz llamó a tener una mirada más comprensiva, ser tolerante, dialogar, tender puentes de acercamiento, para así saber cómo orientarlos y ayudarlos, promoviendo actitudes de cuidado de sí mismos y de los demás. Además, “hay mucho que se puede aprender al observar comprensivamente a los adolescentes y jóvenes”, sostuvo.