Temblor en Lonquimay es el peor en tres años en Chile: ¿anticipo de un gran terremoto?
Chile ha encadenado dos fuertes eventos telúricos en las últimas semanas, ambos en la cordillera. Científicos ponderan qué implicancias pueden tener en la probabilidad de un gran terremoto en el país.
El domingo 9 de julio, Santiago y parte de la zona centro sur del país se vio sacudido por un fuerte sismo. Según informó el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, el evento ocurrido a las 13:11 horas fue de 5,6 Mww.
Con un epicentro a 14 km al norte de Farellones y una profundidad de 110 km, el evento telúrico recordó que el sector cordillerano está atravesado por una serie de fallas geológicas.
Y exactamente una semana después, también un domingo, otro fuerte temblor se sintió en el país, esta vez en la zona cordillerana de Lonquimay, cuando los sismógrafos registraron un evento de magnitud de 6,6 Mww.
Pese a que ambos fueron con apenas siete días de diferencia y con epicentro en la cordillera, Pablo Salucci, geógrafo de la Universidad Católica y académico de la Universidad San Sebastián, dice que ambos no no tienen ninguna relación, “salvo que los dos son signos del tipo intraplaca que ocurre a gran profundidad al primero de ellos a 110 km y el registrado el día de ayer ocurre a 210 km. Son por tanto, dos que rompen al interior de la placa”.
Estos son los sismos más fuertes registrados en Chile en los últimos años:
6,8 San Pedro de Atacama 06-03-2020
6,8 Vallenar 09-01-2020
6,8 Pichilemu 01-08-2019
6,7 Coquimbo 20-01-2019
6,7 Constitución 29-09-2019
6,7 Valdivia 27-12-2020
Salucci agrega este tipo de sismos intraplacas son bastante raros en el registro histórico en el país, y que lo más habitual son los sismos interplaca, los que ocurren especialmente en la costa.
Temblor en Lonquimay es el peor en tres años: ¿anticipo de un gran terremoto?
Con respecto a si la frecuencia, cercanía y ubicación de ambos sismos (ambos en la cordillera) pueden predecir la ocurrencia de un evento o terremoto de mayor magnitud, Salucci dice que “no hay ningún elemento que pueda construir algún parámetro indicativo de algo mayor”.
“Estamos hablando de socialmente dos eventos que ocurren dentro de lo esperado en la simicidad de Chile y considerando que a lo menos ocurren 150 sismos en el mundo de este tipo, es decir, tipo 6, está dentro de lo esperable para la realidad sísmica de nuestro país”.
El geógrafo indica que la zona central, específicamente el segmento que va desde Los Vilos hasta Pichilemu, no rompe sísmicamente desde el año 1730, , es decir, desde el año 1730 que n ocurre un gran evento, “porque el terremoto de Algarrobo del año 1985 no fue lo suficientemente importante para lograr energía acumulada desde 1730″, explica.
Por lo tanto, dice, este segmento aquí tendría las condiciones para un gran evento. Ahora, cuando a ocurrir eso no lo sabemos, pero sí está publicado ya y que es un segmento que tiene que ser considerado con un segmento en donde la población de estar informada de esto y se deben hacer las adecuadas preparaciones.
Las desconocidas fallas de la cordillera
Cristián Farías, explica que la cordillera tiene un montón de fallas. “Hay muchas, pero no sabemos tanto de ellas, tenemos la descripción global, siempre hay hartas preguntas y grandes esfuerzos por entender cuáles son las más activas, aunque son superficiales, no preocupan mucho hoy”.
Pablo Salucci, agrega que existe todo un sistema de fallas en la cordillera, sin denominación, “aunque no tuvieron relación con el sismo de ayer (domingo 9 de julio), ni con la Falla San Ramón”, aclara.
Respecto a las consecuencias que un sismo provocado en esta zona podría generar en Santiago, Salucci dijo que todo va a depender de la magnitud del evento. “Ya hemos tenido sismos asociados a esas fallas, pero por lo general son movimiento cortos aunque intensos”.
El geógrafo dijo que mientras más cerca del epicentro se sentirá más intenso. “Ayer (domingo 9 de julio) hubo reportes de estantes de supermercados en el suelo en Lo Barnechea , que es la comuna más cercana a esta zona de fallas. De hecho, en la escala de Mercalli alcanzó VI, mientras que en la Florida fue de IV.
“Si tenemos sismos asociados a fallas y éstos ocurren con poca profundidad, la aceleración del suelo podría ser importante. Y claro, podría haber daños en edificaciones antiguas o fuera de norma. Sobre todo en estructuras de adobe que aún se observan. Por eso los hipocentros a poca profundidad son claves en la construcción de escenarios”, añadió.
Gabriel González, académico de la Universidad Católica del Norte y subdirector de Cigiden, coincidió en las misma nota, indicando que hay un conjunto de fallas, que afectan las rocas volcánicas del sector de Farellones, “pero ninguna está caracterizada como falla activa. Sabemos muy poco de esas estructuras y no hay trabajos orientados a caracterizarlas”.
Desde el 21 de marzo y también con una magnitud 5,6 pero esta vez al NO de Melipilla, que no se registraba un evento particularmente “sensible” en la zona central. Este último evento se caracterizó a causa de la intensidad del movimiento, por presentar derrumbes en la cara sur del Parque Metropolitano.
“El sismo registrado este domingo a las 13:11 se caracterizó por un fuerte ruido, un movimiento muy abrupto, ‘con dos ritmos’ muy marcados. Estos movimientos están relacionados en cómo arriban las distintas ondas a la superficie, de ahí que sintiera como en dos tiempos”, explica Salucci.
“En primaria instancia llama la atención la gran intensidad con la que se sintió este movimiento en Santiago y esto se explica por la cercanía del epicentro (NE de Farellones) a la ciudad, ya que éste ocurre prácticamente en un costado de la misma, específicamente en el corazón de su cordón cordillerano”, agregó este último.
Farías también dijo que el último sismo ocurrido en Farellones no está relacionado con la falla San Ramón, “ya que ésta tiene su propia dinámica, y no sabemos bien cuando habría un gran terremoto en ella, el que sería bien dañino”.
Estas serían las consecuencias en Santiago de un terremoto originado en la falla San Ramón
En paralelo a lo ocurrido en Farellones, Santiago presenta otro importante punto de alerta sísmica, la temida Falla San Ramón.
Con una extensión de 50 km en sentido norte-sur, esta falla está ubicada entre los ríos Mapocho y Maipo, cruzando las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto. Incluso, nuevos cálculos afirman que se prolonga hasta Lo Barnechea y Pirque.
La falla geológica, inversa y activa, está situada en la sierra de Ramón, 10-12 kilómetros bajo la superficie terrestre. Se estima que más de tres millones de personas serían afectadas en un eventual evento telúrico, siendo Puente Alto la comuna que tendría más daños. El 61,8% de su población vive en ella o cerca de ella. Le seguirían Las Condes con 55,4% de la población cerca de la falla, Peñalolén (39,6%) y La Florida (34,6%).
Esta eventual amenaza sísmica, traería consigo una serie de consecuencias e implicancias, tanto para la sociedad como la infraestructura. ¿Cómo impactaría un terremoto en la falla San Ramón?
Rodrigo Astroza, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, señaló anteriormente a Qué Pasa que un sismo de tal magnitud en la falla, afectaría viviendas y edificios, “aunque es importante dejar en claro que en la Falla San Ramón (FSR) nunca tendremos terremotos con esas grandes magnitudes que estamos acostumbrados en Chile, como la magnitud 8,8 del terremoto del 27F ocurrido en 2010, la magnitud 9,5 del terremoto de 1960 en Valdivia o la magnitud 8,0 del terremoto de 1939 en Chillán. Esto se debe a que en Chile existen distintos mecanismos sismogénicos que producen terremotos”.
El caso de 2010 y 1960 corresponden a terremotos que se generan en la zona de contacto entre las placas de Nazca y Sudamericana (llamados terremotos interplaca) y eventos como el terremoto de 1939 se producen en la placa de Nazca bajo el continente (llamados terremotos intraplaca). “Eventos que puedan generarse en la FSR tendrán magnitudes menores. Investigaciones han demostrado que la falla efectivamente está activa y que sería capaz de generar eventos sísmicos de magnitudes máximas Mw 6,6 a 7,5. El gran problema de este tipo de terremotos es que se producen a profundidades muy bajas, es decir, muy cerca de la superficie y en algunos casos inclusive alcanzan la superficie”, dijo Astroza.
Por esto, añadió que, “la energía sísmica que se genera en la falla llega directamente a las estructuras que se ubican cerca de la zona por donde pasa ésta, prácticamente sin existir atenuación de las ondas sísmicas. Por esto, de generarse un terremoto con magnitud significativa (probablemente mayor a Mw 6,2-6,5), las comunas aledañas a la traza de la falla podrían sufrir daños importantes, principalmente las zonas ubicadas sobre el escarpe de la falla (hacia el oriente de la FSR que posee una dirección predominantemente norte-sur)”.
Casos conocidos de este tipo de falla corticales y superficiales son el terremoto ocurrido en la zona de Northridge (California, Estados Unidos) en1994, que alcanzó una magnitud Mw 6,7 y generó pérdidas económicas por más de 50 billones de dólares y más de 70 fallecidos, y el terremoto de Kobe (Japón) en 1995, de magnitud Mw 6,9, cuyas pérdidas económicas es estiman en unos 200 billones de dólares.
Esfuerzo tectónico y deslizamiento de un bloque cortical
Un estudio titulado “La Falla San Ramón y la sostenibilidad del piedemonte de Santiago: recomendaciones para la política pública”, estableció que la fractura geológica es capaz de acumular esfuerzo tectónico y deslizar un bloque cortical respecto de otro, generando sismos superficiales.
El análisis fue liderado por Gabriel Easton, geólogo y académico de la Universidad de Chile, y advierte que la falla es capaz de generar terremotos de gran magnitud con ruptura en superficie. Su potencial activación constituye una amenaza para la ciudad de Santiago y para toda la Región Metropolitana.
La Falla San Ramón es una falla activa, es decir, “constituye una fractura o zona de debilidad en la corteza terrestre, capaz de acumular esfuerzo tectónico y deslizar un bloque cortical respecto de otro, generando sismos superficiales. De acuerdo con los antecedentes científicos, esta falla es capaz de generar terremotos de gran magnitud con ruptura en superficie”, explicaba Easton a Qué Pasa.
Los últimos grandes terremotos con ruptura en superficie de esta falla, señala, fueron hace 17.000 y hace 8.000 años.
“Esta falla representa una amenaza para la Región Metropolitana”, advierte Easton. Un terremoto generaría grandes movimientos del suelo en sus inmediaciones, “que superarían lo estipulado por la Norma Sísmica para Santiago, y la potencial ocurrencia de remociones en masa en el frente cordillerano y cerros de la región”, agrega el académico de la U. de Chile.
Su estudio advierte de un riesgo no incluido en la política pública, cuya consideración resulta fundamental en pos de la sostenibilidad de la ciudad, puesto cada vez más gente vive directamente sobre su traza, o localización en superficie, así como en sus inmediaciones.
No es su única investigación. Otro de sus estudios analizó el impacto que tendría un evento telúrico sobre la falla. La investigación se realizó en la comuna de Peñalolén, lugar donde se construye un condominio sobre la traza (ubicación) de la falla, situación que tiene alerta a los vecinos.
Los estudios -geológicos, sismológicos y geofísicos- de las últimas dos décadas han evidenciado que esta falla es capaz de generar terremotos de gran magnitud 7,2-7,5, con ruptura en superficie a lo largo de las decenas de kilómetros en donde se ubica en el piedemonte del frente cordillerano.
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