Temor de la industria de telefonía por guerra comercial eclipsa la feria de tecnología más grande de Europa

FILE PHOTO: IFA consumer tech fair in Berlin

Feria IFA de Alemania, donde asisten las principales marcas de telefonía del mundo, finalizó ayer ante el temor de estas empresas por el actual escenario económico global.


La guerra comercial entre EE.UU. y China se cierne como un nubarrón sobre las grandes empresas tecnológicas, que buscan capear el temporal haciendo hincapié en la privacidad y la seguridad. Pero tampoco se descartan los "planes B".

La incertidumbre fue uno de los grandes temas en la IFA de Berlín, la mayor feria tecnológica de Europa, que culminó ayer y tuvo a esta preocupación como constante en debates y conversatorios, entre las novedades, anuncios y neones de las grandes marcas.

Los temores en el sector tienen su base. Según un estudio de la consultora GfK este año será el primero en una década en el que bajarán las ventas mundiales de teléfonos móviles, una caída del 1 % según sus estimaciones.

En el punto de mira está particularmente la china Huawei, el segundo mayor fabricante de móviles del mundo. Washington ha denunciado que no son seguros sus equipos para redes de 5G, un nuevo estándar que va a multiplicar la velocidad en internet, y ha puesto a la empresa en su lista negra, lo que limita enormemente sus posibilidades de interactuar con compañías estadounidenses.

Por este motivo, Huawei aún no ha confirmado si su nuevo móvil estrella, el Mate 30, que se presentará en sólo dos semanas, contará como sus predecesores con el sistema operativo Android, de Google, y las aplicaciones más populares del gigante estadounidense, como Gmail, Youtube y Google Maps.

"Estamos comprometidos con el ecosistema Android, pero tenemos un plan B", aseguró críptico Walter Ji, responsable para Europa occidental de la división de Consumo de Huawei, en un encuentro con periodistas.

Ese "plan B" pasa por un sistema operativo propio, el Harmony OS, que la empresa china ya comercializa, pero no en sus terminales de gama más alta, lo que podría afectar a sus ventas, especialmente fuera de China.

"Afrontamos retos políticos", reconoció Ji, quien sin embargo garantizó la privacidad en sus teléfonos -"no tienen ningún 'backdoor'" o agujero de seguridad para los servicios secretos chinos- y la seguridad de sus equipos de telecomunicaciones 5G, que han adquirido ya "50 países".

Ninguno de sus competidores quiso referirse abiertamente a Huawei, pero la cuestión estuvo en el aire en la feria. El responsable de Marketing para Europa de esta última, Benjamin Braun, tocó la cuestión, de forma indirecta pero evidente, en la rueda de presentación de Samsung en la IFA.

Aseguró que ahora sólo se puede "soñar" con el futuro potencial de las redes 5G, pero que para que esto pueda hacerse realidad hacen falta "infraestructuras seguras" y que la suya es una empresa "fiable" que produce equipos de telecomunicaciones a teléfonos y microchips para 5G.

En este sentido, ahondó Celestino García, vicepresidente corporativo de Samsung Iberia, que "la seguridad es un eje fundamental" y que es preciso que "los dispositivos sean robustos, seguros y ofrezcan privacidad al usuario final y seguridad a las grandes instituciones".

Miguel Fernández, director general de Marketing de LG España, explicó que esta tecnología tiene la capacidad de revivir las ventas de teléfonos móviles, pues supone un salto cualitativo, frente a un mercado ya maduro.

En lo que unos y otros están de acuerdo es que la guerra comercial entre China y EE.UU. no es positiva para ninguna empresa, pues dificulta la producción en cadena, frena las inversiones y la innovación, y puede llegar a lastrar la demanda.

"A nadie nos interesa una guerra comercial. Nos interesan mercado abiertos y competitivos que permitan una transacción de bienes y materiales lo más potente posible", subrayó García.

Fernández afirmó que "a las empresas con vocación de innovación" no les gustan las guerras comerciales. "Lo que queremos es que se hable de tecnología e innovación y no de estas cosas, que ensombrecen mucho".

No obstante, reconoció que en la puja entre EE.UU. y China, las empresas coreanas pueden tener un punto a su favor al aparecer ante muchos consumidores como "neutrales" y alejadas de intereses nacionales.

"Estamos siendo capaces de ser punteros como unos y otros, pero de mantener a la vez esa cercanía con los dos polos. Esto es algo que a las empresas coreanas nos está ayudando", reconoce.

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