Tener una larga vida es algo que muchas personas desean, pero es importante pensar en la calidad más que en la cantidad. Lo ideal es tener una buena vejez, sana y de calidad donde realmente se pueda disfrutar de la vida.
Es por esto que el estadounidense Dave Pascoe de 61 años tiene una rutina que lo ha llevado a verse y sentirse como alguien de 38 años. “¡Solo desearía haber sabido y aplicado todo lo que sé ahora, hace décadas!”, cuenta en su sitio web. Pero, ¿cuál es su secreto?
Tengo 61 años pero el cuerpo de alguien de 38: así es como pirateé el envejecimiento
Dave Pascoe es un ingeniero de seguridad de redes jubilado y un “biohacker de tiempo completo” que asegura se dedica a “piratear” el proceso de envejecimiento con ejercicios, meditación, suplementos y una alimentación saludable, pero sin restricción calórica.
Un biohacker es alguien que participa en la biología de manera no convencional, a menudo usando tecnología de vanguardia y métodos creativos para experimentar con la biología, la genética, la salud y la medicina.
“Soy un autoexperimentador constante, dispuesto a probar cualquier cosa nueva para ver cómo podría afectarme a mí, a mis marcadores sanguíneos y a mi epigenética [edad biológica]”, dijo en su sitio web.
El biohacker parte su rutina diaria despertando sin ninguna alarma, “sin estrés”, duerme hasta que su cuerpo ya no quiere más, aunque eso suele ser temprano en la mañana. Luego realiza 15 minutos de estiramiento global y cinco minutos de mini trampolín.
Hace su rutina de limpieza facial, se lava los dientes, se pesa y al menos una hora después toma los medicamentos y 82 suplementos de la mañana. En total son 158 al día, que incluye el D-glucarato de calcio y una pastilla de vitamina D3 (ver lista completa), acompañador de té de limón casero.
Prepara un batido de suplemento de entrenamiento antes del desayuno. Posteriormente, disfruta del sol con una caminata o carrera al aire libre y realiza el entrenamiento P90X del día que son de resistencia y peso corporal. Luego se relaja en un sauna de infrarrojos y medita de 25 a 45 minutos. Se inyecta los péptidos del día cuando corresponden, se ducha, hidrata con cremas dermatológica de reparación intensa para pieles secas y desayuna.
Sobre su alimentación, explicó que no es vegano y no tiene restricciones calóricas. De hecho, no se fija en las calorías que consume. Al limitar los carbohidratos simples la mayor parte del tiempo, come todo lo que quiere sin aumentar de peso y aparentemente sin aumentar su edad biológica. ¡Es 16 años menor que su cuerpo!
“No como lo mismo día tras día, a menos que lo que preparé sea demasiado para una sola comida. Me esfuerzo por lograr densidad nutricional pero también diversidad. Me gustaría incluir aún más variaciones de comidas”, dijo.
Su desayuno consiste en un plátano verde con cuatro cucharadas colmadas de mi chia con leche de almendras sin azúcar adicional y enzimas proteolíticas. Almuerza de vez en cuando, solo unas pocas veces por semana porque dice estar demasiado ocupado para detenerse a comer. En cambio, cena entre las 3 y 5 pm y finaliza antes de las 6.
Se alimenta de carne orgánica, alimentada con pasto, criada en libertad o capturada en la naturaleza. Se prepara una ensalada “muy grande” y opcionalmente una comida de cocción lenta como carne asada con verduras, o una comida a la parrilla en horno con champiñones cocidos o arroz. Todas las verduras, el arroz y los champiñones las cocina con mantequilla.
En la tarde/temprano de noche escucha podcast, audiolibros o videos en Youtube, se toma el resto de sus suplementos vespertinos, y si ve pantallas utiliza lentes con filtro azul para cuidarse del brillo. Además, todas sus pantallas están configuradas para reducir automáticamente la luz azul según un horario.
A pesar de su extensa rutina, Pascoe dice que es flexible y si surgiera algo que pudiera interferir no se estresa por ello. Si bien es bueno tener disciplina, las cosas espontáneas son la mejor parte de la vida, reflexiona.
“Mi ‘tiempo para mí' es extremadamente importante para mí, así que lo programo, pero no dejaré pasar la oportunidad de pasar tiempo de calidad con los demás. Como hombre soltero que vive solo, cambiaré ese ejercicio, esa sesión de sauna o ese biohack por tiempo de calidad conectado, siempre. Un solo día de perderme algunas rutinas no me matará”.
Después de cenar, trabaja su equilibrio y flexibilidad con una tabla de equilibrio mientras ve Netflix. Come dos kiwis y un refrigerio ligero ocasional como pistachos. Ya entrada la noche y antes de acostarse cepilla sus dientes, se realiza su limpieza facial y aplica tratamiento para la piel de todo el cuerpo, especialmente en rostro, cuello, escote y manos, combinando y/o rotando diferentes productos como ácido hialurónico, crema regeneradora de células madre, suero restaurador de células de la piel, entre otros.
Se inyecta péptidos nocturnos cuando corresponda, ora y revisa sus bendiciones diarias, hasta que se queda dormido.
Según el jubilado, su interés en el biohacking no le cuesta solo 30.000 dólares al año por todos sus suplementos y productos para el cuidado de la piel. Mucho menos que lo que gasta Bryan Johnson, quien recientemente fue noticia por decir que gasta 2 millones de dólares cada año en la búsqueda de la juventud.
“No deseo que mi esperanza de vida expire antes de mi esperanza de vida. Mi objetivo es hacerlos lo más iguales posible. Mi expectativa es vivir al menos hasta los 95 años en excelente forma (porque sigo haciendo el trabajo necesario ahora ), si no más allá de los 110 años, si Dios quiere”, dijo Pascoe.