El yacimiento precolombino de San Isidro se encuentra en el municipio de Izalco, en el departamento de Sonsonate, El Salvador. Se trata de uno de los sitios arqueológicos más importantes del Preclásico en el país.

Está compuesto por montículos, de los cuales se han identificado siete, Se cree que fue ocupado principalmente en el Preclásico Tardío (500 a. C. a 250 d. C.).

En el montículo más grande, los arquéologos han descubierto figuras de cerámica que sospechan tenían fines ceremoniales y que habrían conectado a las sociedades centroamericanas.

En la cima de la pirámide más grande se halló una rica ofrenda que parecía un depósito funerario, pero sin restos humanos.

“Tienen una dramática expresión facial”: descubren enigmáticas marionetas de 2.400 años en selva centroamericana

Y ahora, arqueólogos han descubierto cinco nuevas figurillas de cerámica, datadas en 2.400 años, en la cima de una de estas estructuras piramidales. Según los científics, el hallazgo muestra una “dramática expresión facial” y se asocian a rituales públicos.

En un estudio publicado en la revista Antiquity, el doctor Jan Szymanski y su colega Gabriela Prejs de la Universidad de Varsovia, excavaron en el gran yacimiento precolombino de San Isidro, que hasta ahora no había sido excavado.

En la cima de la estructura piramidal más grande del sitio, los investigadores hicieron un descubrimiento inesperado: una rica ofrenda que se parecía a un depósito funerario, pero sin restos humanos. Allí encontraron cinco figurillas de cerámica, que datan de alrededor del año 400 a. C. “Este hallazgo es solo el segundo grupo de este tipo encontrado in situ, y el primero en el que aparece una figura masculina”, dijo en un comunicado el Dr. Szymanski.

Zona del hallazgo

Las extrañas marionatas descubiertas en la selva

Tres de las figurillas tienen cabezas articuladas, lo que hace que se parezcan a muñecas de juguete modernas. Los autores sugieren que eran una especie de marioneta antigua, colocada en una escena o “cuadro”, sin duda destinada a transmitir un mensaje que ahora se ha perdido.

La posición de estas piezas en la cima de la pirámide más grande del sitio sugiere que participaban en rituales importantes, posiblemente públicos.

“Una de las características más llamativas de los títeres es su dramática expresión facial, que cambia según el ángulo desde el que los miremos”, dice el Dr. Szymanski. “Vistos desde arriba parecen casi sonrientes, pero cuando se los mira desde un ángulo horizontal se vuelven enojados o desdeñosos, para luego asustarse cuando se los ve desde abajo. Este es un diseño consciente, tal vez destinado a realzar la gama de representaciones rituales en las que podrían haber sido utilizados los títeres”.

Este estilo de figurilla se encuentra tanto en el oeste de El Salvador como en el sur de Guatemala. Otros artefactos descubiertos en el depósito, como colgantes de jade, también se conocen en el área istmocolombiana de la actual Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Estas similitudes materiales podrían haber expresado las conexiones de la élite local con otras élites en lugares lejanos.

Todo esto sugiere que San Isidro participó en redes de interacción a larga distancia y compartió tradiciones y costumbres rituales en toda América Central, lo que desafía la idea tradicional de los arqueólogos de que El Salvador era una parte aislada de la región.

“Este descubrimiento contradice la noción predominante sobre el atraso cultural o el aislamiento de El Salvador en la antigüedad”, concluye el Dr. Szymanski. “Revela la existencia de comunidades vibrantes y de gran alcance capaces de intercambiar ideas con lugares notablemente distantes”.