Con tics nerviosos y golpes involuntarios, Felipe Andrés Suazo Cheuquiante, radicado en Aysén, relata cómo ha sido vivir con el síndrome de Tourette. “No sean tan prejuiciosos, intenten escuchar a la gente que tiene Tourette y que no sea un tema tabú”, dice Suazo a través de su cuenta de Tik Tok.

No está solo. En 2018, la cantante norteamericana Billie Eilish revelaba que padecía el síndrome de Tourette, un trastorno neurológico que causa sonidos y movimientos repetitivos incontrolables. Y este año dio más detalles junto con el presentador David Letterman en su programa No necesitan presentación en Netflix.

La cruzada de Suazo es hacer entender a quienes no comprenden esta enfermedad, un anhelo que cobra más relevancia hoy 7 de junio, Día de la Normalización del Síndrome de Tourette. Felipe fue diagnosticado a mediados de junio con este síndrome.

En sus videos en Tik Tok, informa sobre su síndrome, ya que no conocía a nadie en Chile que tuviera esta enfermedad. Hoy tiene 336 seguidores y sus videos superan las diez mil reproducciones.

Los tics se agudizaron producto de su depresión, la que padece desde los 15 años. Luego en tercero medio y en plena pandemia, comenzó a sufrir estrés. Recuerda que mientras iba al Liceo Municipal de Codegua en Puerto Cisnes, Región de Aysén, sufrió su primer ataque de tics.

“Una vez llegué muy estresado del liceo, sentía mucha presión en el cuerpo. Me fui a mi pieza, me acosté y de repente como que solté todo, así como que exploté con puros movimientos”, recuerda el joven ahora de 19 años. “Era como si estuviera siendo poseído, fue horrible”, confiesa, aunque después se sintió bien al liberar esa tensión.

Respecto a sus tics, Felipe comenta que se gatillan según el ambiente que esté. “Por ejemplo, estoy conversando con alguien y dice una palabra que justo me da un flashback, me va a dar tics, porque cuando me siento triste esto me gatilla”, señala. En consecuencia, comienza a dar golpes a su cuerpo y dice palabras incoherentes. Esto se pudo apreciar cuando recordó una mala experiencia en una fiesta, mientras relataba lo sucedido comenzó a decir “guju, guju, guju”.

Actualmente trata su síndrome con “hábitos reversibles”, es decir, cada vez que siente que viene un tics hace un movimiento contrario. “Intento redirigir los tics, por ejemplo, cuando tengo la sensación de dar un golpe, redirijo ese tic apretando los ojos”, comenta.

Según la Fundación Amigos de Tourette Chile este síndrome se diagnostica antes de los 10 años y con el tiempo suele desaparecer paulatinamente. Francisco Ormazabal, presidente de la fundación, considera que “lamentablemente es una enfermedad cara, por lo que solo el 10 % de los pacientes puede tener consultas mensuales. Todos toman medicamentos por que llegan casi a los 100 mil pesos”, afirma.

Si bien de momento se desconocen con exactitud la cifra de cuántas personas padecen Tourrette, para Ormazabal es fundamental “concientizar esta patología para poder apoyar su tratamiento como también evitar burlas, acoso y bullying”, señala.