“Todos ciegos y sordos”: Informe de la ONU revela qué les preocupa a los chilenos del cambio climático

Este 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realizó un estudio para conocer cuáles son las principales preocupaciones que tienen las chilenas y chilenos acerca del medioambiente, el cambio climático y el desarrollo sostenible del país.

En los últimos años, el Área de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible del PNUD ha elaborado diversos estudios cualitativos y cuantitativos para conocer la opinión de los chilenos y chilenas sobre distintos temas relacionados con medio ambiente y, en particular, con los impactos de la triple crisis ambiental global. Esto se refiere a la contaminación, biodiversidad y cambio climático.

En concreto, este informe llamado “Miradas Sostenibles: La visión de los chilenos y chilenas sobre medio ambiente y cambio climático”, recoge una serie de talleres y grupos focales que se realizaron desde 2022 en adelante, y se lograron identificar cuáles son los principales problemas y desafíos que las personas identifican sobre los factores que ponen bajo amenaza al ecosistema.

Según Paloma Toranzos, jefa del Área de Medio Ambiente del PNUD, estas instancias de consulta y diálogo han permitido reflexionar, entre otras materias, sobre la necesidad urgente de actuar para lograr un planeta sano y la prosperidad de todos. Asimismo, esta muestra sobre el sentir de las personas frente a las necesidades del medioambiente ayuda a la organización a mejorar sus esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2023 de la ONU.

“La reflexión fue muy en torno a cómo podíamos alcanzar un país que fuera más saludable o un planeta más saludable y próspero para todos. Y a su vez cómo fortalecer la dimensión ambiental del desarrollo sostenible que intenta equilibrar las dimensiones sociales, ambiental y económica”, adelanta Toranzos.

Según el informe, el principal desafío que se recogió apunta a replantear el modelo y las condiciones de desarrollo actual del país. Esto, con el objetivo de equilibrar la importancia de las dimensiones económica, social y ambiental.

¿Qué implica esto? Según el informe del PNUD, lo principal aquí apunta a disminuir la supremacía de la dimensión económica del desarrollo por sobre las otras dimensiones, como la social y la ambiental. Según los encuestados, el desarrollo económico muchas veces es vista como causa de la degradación ambiental, así como de la desatención y subvaloración de otras formas de concebir el desarrollo y la relación sociedad-medio ambiente.

“Es necesario replantear el modelo y las condiciones de desarrollo actual del país, que sea más equilibrado donde la dimensión ambiental esté la par con las dimensiones sociales y económicas. Y donde logremos salir de un modelo de desarrollo extractivo, y avancemos a uno más integrado y equilibrado”, comenta Toranzos.

“Creo que las empresas B lo han estado haciendo bastante bien como en un primer acercamiento, que podría ser un poco más potente y más estricto, pero creo que un buen acercamiento a replantear la forma de hacer empresa y a tomar el impacto social y ambiental como al mismo nivel del crecimiento económico de la empresa. Eso tiene que ver con un cuestionamiento más profundo del sistema económico, que tenga que ver con cosas que varios fondos de inversión ya están haciendo”, se dijo en un taller de jóvenes que participó en este estudio.

Estas impresiones pueden ser comparadas con otro estudio que la organización de la ONU presentó a fines del año pasado. Se trata de la percepción social del cambio climático en Chile. De allí se desprende que el 94% piensa que ya está sucediendo (28% más que en 2021) y el 92% cree que esto tendrá efectos negativos en la calidad de vida.

¿Y cómo se puede mejorar esa situación? Según lo que emana el informe del PNUD, es necesario trabajar con foco en cambiar los modos de producción y consumo, y avanzar hacia una economía circular y sostenible. Esto implica la transformación hacia prácticas tales como aquellas “que buscan la creación de mercados locales de alimentos saludables, que promueven la seguridad alimentaria, el uso eficiente del agua, la reducción de residuos y el aprovechamiento de estos como insumos para otros procesos productivos”.

Otra de las soluciones propuestas por las personas consultadas apunta a la promoción de prácticas laborales inclusivas y empleos verdes. Esto quiere decir que se deberían considerar con mayor énfasis las opciones de trabajo y educación remota. Estrategias que, según el informe, ayuda a reducir los traslados obligatorios, los costos económicos, y la huella de carbono, además de la huella hídrica de las empresas. Esto, al mismo tiempo proporciona mayor tiempo disponible a las personas y mejora su calidad de vida.

La escasez hídrica también es una de las grandes preocupaciones de las personas consultadas. Esto, visto como consecuencia del mal uso y manejo del agua “requiere un abordaje urgente que transforme las condiciones actuales de acceso y gestión, cuestión que implica un trabajo a nivel multisectorial que busque asegurar la disponibilidad de agua para consumo humano y otros usos ecosistémicos y sociales”.

“Yo soy representante del agua potable rural de Chile, y me sentaba a llorar de ver la pobreza de mis asociados porque no tenían agua. Pero miraba a los cerros y el verde de los paltos era maravilloso. Mientras le robaban toda el agua a la parte baja, la subían a los cerros; y nadie veía nada, todos ciegos, sordos y mudos”, dicta el informe de un testimonio realizado en un taller del Servicio Nacional del Medio Ambiente (Senama).

¿Qué otros aspectos destacan en dicho informe? La transformación de la matriz energética y mayor producción de energías renovables; potenciar el urbanismo sostenible y promover la descentralización de las ciudades. Otros aspectos destacados apuntan a mejorar la innovación social y tecnológica y a subsanar las brechas de información que existen hoy en día.

Dentro de las recomendaciones que se recogieron de esta jornada de talleres y foros de opinión, uno de los principales apuntó a mejorar el modelo de desarrollo. Esto, principalmente apunta a dejar atrás la maximización de la rentabilidad económica, por sobre las consideraciones sociales y ambientales.

Así también, se recomienda fomentar las instancias de participación ciudadana y de gobernanza público-privada, como también el fortalecimiento de la planificación y el fomento de prácticas de producción sostenibles en el ámbito agrícola.

A esto se suma las recomendaciones de fortalecer las alianzas multisectoriales, la promoción de una transición social y ecológica y el aumento del financiamiento y educación en aspectos claves para visibilizar cualquier alternativa de transformación del modelo hacia uno más sostenible.

Para esto, se propuso por las personas consultadas el promover acciones para la protección, conservación y restauración de los ecosistemas. Esto, desde una perspectiva de responsabilidad compartida entre el Estado, el sector privado y las comunidades.

“Este ejercicio sirvió para que la propia ciudadanía hiciera recomendaciones de cómo podíamos justamente ir abordando sus desafío. También se identificaron soluciones y yo creo que eso es súper interesante que las personas también están entregando soluciones bastante concretas y que para poder cumplir se requieran de algunas tomas de decisiones que sabemos que hace un rato viene pidiendo la ciudadanía”, concluye la vocera del PNUD acerca de este estudio.