Traído de Alemania y guardado en una caja por 15 años: la vilipendiada historia del planetario de Santiago

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Planetario Santiago en construcción.

La tecnología del clásico equipo, que es capaz de proyectar hasta cinco mil estrellas, llegó en los años 60 al país. Una serie de inconvenientes retardaron su implementación.


El planetario de la Universidad de Santiago lleva más de cinco décadas en el país. Con tecnología de vanguardia, el ya clásico equipo arribó a suelo nacional en la década del 60 (1969), y actualmente es el único vigente en Latinoamérica con la función de proyectar más de cinco mil estrellas.

Ubicado en Estación Central, es considerado uno de los 50 centros audiovisuales de difusión astronómica más reputados en el mundo, y su cúpula de 20 metros de diámetro lo sitúan entre los planetarios de mayor tamaño.

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Imagen del planetario en los años 80.

La historia del único planetario en el país se remonta a una donación de la República Federal de Alemania, puntualmente un proyector Carl Zeiss modelo VI, capaz de exhibir imágenes del universo con gran realismo, sin embargo, los problemas de presupuesto y la crisis política de la época, lo condenaron a quedar guardado en cajas durante 15 años.

A fines de la década de los 60, el Ministerio de Educación del Gobierno de Eduardo Frei Montalva, entregó el proyector a la Universidad Técnica del Estado, actualmente la Universidad de Santiago (Usach), que lo guardó en depósitos del Departamento de Física.

Una versión no oficial señala que en realidad la donación correspondió a la República Democrática de Alemania, lo que significaría que la Unión Soviética formó parte de la historia. De esto último no existen pruebas, ni evidencia. Testigos de la época señalan que las cajas decían URSS.

Recién en 1982 se comenzó a construir lo que hoy es el planetario, tras la gestión del rector Jorge O´Ryan, equipo que aún se conserva y opera en perfecto funcionamiento, siendo el único que sigue vigente en Latinoamérica.

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Así luce en la actualidad.

Finalmente el 14 de marzo de 1985 fue inaugurado, abriendo sus puertas al público. Es decir, más de 15 años después de su arribo a suelo nacional. Totaliza 4.350 metros cuadrados y su diseño fue inspirado en la pirámide maya de Chichén Itzá.

Hace 10 años, bajo la supervisión de Haydee Domic como Directora Ejecutiva de Fundación Planetario, comenzó el proyecto de modernización y digitalización del mismo, considerando la continuidad del actual simulador de estrellas, para así dar forma a uno de los pocos planetarios en el mundo que fusiona la proyección digital junto con un simulador análogo. Este proceso finalizó recientemente según señalan en el planetario.

“Sentía que había una deuda con las nuevas generaciones, por lo que estaba la necesidad de hacer un cambio, pero manteniendo la vigencia de la tecnología de la marca icónica. Por ello, el proceso de digitalización estuvo a cargo de un comité técnico compuesto por diferentes especialistas, quienes visitaron diferentes planetarios del mundo, para tomar una decisión informada y estratégica que permitiera elegir los mejores equipos para traer al país”, explica Domic.

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Planetario en sus inicios.

La especialista en medicina nuclear recuerda que inicialmente instalaron los equipos y hubo que traer a un especialista de los años 60, porque ya no existen personas que conozcan respecto de esta tecnología. “Además recuerdo que mi mamá me compró un binocular en el tiempo de la Unión Soviética y que hasta el día de hoy ocupo para ver la Luna de manera nítida”, añade.

De la misma forma en que ha hecho historia en campos tan específicos como los proyectores para planetarios, hoy existe un centro de visión en Chile, llamado ZEISS VISION CENTER con las más avanzadas tecnologías ópticas del mundo cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas. “Cuenta con la primera y única tecnología de centrado digital 3D en nuestro país,  uno de los más recientes lanzamientos mundiales de Carl Zeiss Vision y que a través de 9 cámaras estereoscópicas, permite realizar una medición de alta precisión para obtener lentes con un grado de personalización totalmente revolucionario, conjugando las características fisionómicas de cada paciente con su receta y sus necesidades visuales específicas”, afirma Matías Schomburgk especialista en salud visual y manager del concepto en Chile.

Actualmente, el planetario cuenta con 160 lentes, un peso de 2.500 kilos y una plataforma hidráulica multinivel.

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