Para los amantes de la ciencia ficción podría ser el mejor ejemplo de que la realidad es más sorprendente que la imaginación; para los delincuentes más avezados, la fórmula perfecta para limpiar cualquier huella que los pueda inculpar.
La historia de Chris Long (Nevada, Estados Unidos) podría ser perfectamente el guión de una película con varias explicaciones científicas como parte de la trama. Debido a una leucemia, el hombre se sometió a un trasplante de médula que no solo le permitió salvar su vida, sino que también generó cambios en su ADN: cuatro años después de la intervención y alentados por sus compañeros de trabajo (oficina forense del Condado de Washoe) comprobó que su información genética había sido reemplazado por el ADN del donante de médula, un hombre alemán que vive a miles de kilómetros de Long.
La prueba a la que se sometió Long incluyó muestras de la mucosa oral que se obtiene mediante un hisopo que se pasa por el interior de las mejillas y una muestra de semen. En todas ellas, se evidenciaba el ADN del hombre alemán. Sin embargo, al tomar muestras del pelo (cabeza y pecho), la muestra arrojaba su propio ADN.
El caso de Long fue presentado en una conferencia internacional de ciencia forensa que se realizó en septiembre y desde entonces ha suscitado el interés mediático no solo en Estados Unidos.
¿Qué ocurrió?
"El trasplante de médula se indica principalmente para enfermedades propias de la médula ósea, como la leucemia, síndrome mielodisplásico, ciertos linfomas y también en enfermedades malignas en las que se necesita erradicar toda la médula con quimioterapia y reemplazarla por una médula nueva y sana que regenere glóbulos blancos, rojos y plaquetas que están en la sangre", explica el jefe la Unidad de Trasplante de Médula de Clínica Alemana, Matías Sánchez.
Los glóbulos blancos, son parte fundamental del sistema inmune y los primeros que protegen al ser humano de infecciones y ataque de cualquier patógeno o elemento extraño al organismo.
Carlos Valenzuela, especialista en genética y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, explica que en el caso específico del hombre trasplantado de Nevada, es importante averiguar de dónde proviene ese ADN que no le pertenece a él, sino que a su donante alemán. "Hay que saber si ese ADN de mucosa y de semen proviene desde glóbulos blancos o si está en el núcleo de la célula. Si es simplemente un ADN encontrado en célula de sangre es porque hay mezcla de leucocito del donante y eso sería lo normal, lo que se espera, porque precisamente para eso se hizo el trasplante de médula, para que las células de sangre fueran reemplazadas por la médula sana", dice el genetista.
"Cuando se reemplaza la médula ósea con un trasplante esto ocurre. La idea es que la médula nueva, con el tiempo, sea 100% del donante y las células de la sangre también. Pero las otras células del organismo, como las células del corazón, hígado, riñón, incluso la piel, no van a tener estas células del donante, sino solo las del receptor. Es muy raro que una célula madre de la médula ósea vaya a generar otro tejido porque ya tienen un grado de diferenciación", insiste el hematólogo de Clínica Alemana.
Respecto del ADN encontrado en su semen, Valenzuela dice que en esta secreción también hay muchos glóbulos blancos y es probable que se haya confundido con esperma. En el caso específico de Long, es muy poco probable que la muestra incluya esperma puesto que se realizó una vasectomía antes del trasplante por lo que la presencia de glóbulos blancos toma más fuerza.
Quimera
En la mitología griega se llama quimera a un "animal fabuloso", un monstruo de fábula que lanzaba llamas por su boca, pero tenía la cabeza de león, el cuerpo de una cabra y la cola de un dragón.
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Estatua de bronce de una quimera de la era etrusca.[/caption]
En ciencia y especialmente en biología se habla de quimera cuando en el laboratorio se logra que un individuo posea ADN de dos especies distintas. Así se han mezclado ADN de dos animales distintos, mientras continúan intentando que cerdos, monos y ratones puedan contener ADN humano para desarrollar en ellos órganos que puedan servir para el trasplante en humanos.
Siguiendo esta lógica, algunos han planteado que el caso de Long es una quimera humana. Pero esta no es la primera vez la presencia de dos informaciones genéticas en una misma persona genera interés mediátco y científico.
En el año 2004, en Alaska, la policía obtuvo una muestra de ADN (semen) de un sospechoso y éste coincidió con una base de datos de información criminal pero el perfil con el que coincidía correspondía a otra persona que estaba en prisión en el momento de cometido el delito. ¿La explicación? El sospechoso había sido sometido a un trasplante de médula y el donante había sido su hermano ya condenado.
Otro caso que se conoce es el de una investigación por accidente de tránsito en Seúl, Corea del Sur. La víctima presentaba ADN femenino en su sangre pero a todas luces era un hombre y el ADN así lo confirmaba. El hombre que había fallecido había recibido la médula ósea de su hija.
En declaraciones realizadas al periódico New York Times, Long dijo que en su próximo viaje a Alemania espera reunirse con el hombre con quien comparte ahora ADN y agradecerle en persona por permitirle seguir con vida.
30% de ADN de virus y bacterias
Valenzuela dice que cerca del 30% del ADN humano corresponde a virus, bacterias y otras especies que a través de los años de la evolución se han ido incorporando al genoma humano, pueden ser incluso de bacterias que hoy no existen pero que en algún momento de los 200 mil años que tiene el ser humano sobre la tierra, se incorporaron o incluso antes en los mamíferos.
"Si el ADN del donante que se encontró en el hombre de Nevada no fuera proveniente de los glóbulos blancos, también es esperado. Existe la fusión de células y también la transferencia horizontal de ADN entre las especies y también transferencia directa por fagocitosis y quien sabe también por muchos otros mecanismos que ignoramos hoy", indica el académico de la U. de Chile.
Según este especialista, "habría que pensar en un la existencia de un pasaje de ADN desde el núcleo de las células del donante, al núcleo de la célula del receptor". "Todos los estudios actuales, demuestran que ese pasaje de ADN es posible y puede pasar de una especie de una bacteria a otra especie, por ejemplo. Esto es lo que se llama la transferencia horizontal de ADN, se puede hacer en el laboratorio y no se ve por qué no pueda existir también en el ser humano".