“Un episodio triple”: Organización Meteorológica Mundial advierte que inédito fenómeno climático afectará a Chile por primera vez en 20 años

Sequia Santiago
Vista de Santiago desde el cerro Renca. Foto: Andres Perez

El fenómeno comenzó en 2020 y se extiende hasta el día de hoy, y de acuerdo a la agencia climática de la ONU, seguirá hasta 2023, algo que no sucedía desde el período 1999-2001.


La Organización Meteorológica Mundial (OMM) encendió las alarmas climáticas, tras alertar que este año se desarrollará el tercer episodio consecutivo del fenómeno de La Niña.

De acuerdo a la agencia meteorológica de las Organización de Naciones Unidas (ONU), existe un 70% de probabilidades de que La Niña se extienda durante septiembre y noviembre. Incluso, existe un 55% de posibilidades de que se presente hasta febrero de 2023, añadió la OMM.

El actual “episodio triple” de La Niña comenzó en septiembre de 2020. “La última vez que esto ocurrió (que hubiera tres años consecutivos con la presencia del fenómeno) fue entre 1999 y 2001 (hace más de 20 años)″, señala Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, dando cuenta de lo inédito de este fenómeno.

Según la OMM, todos los fenómenos climáticos de origen natural ahora se producen en el contexto del cambio climático antropógeno, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales.

VALPARAISO: Sequía en Lago Peñuelas
Lago Peñuelas, ubicado en la Región de Valparaíso. FOTO: Agencia Uno

Su recurrencia ayuda a explicar porque Chile sigue experimentando una megasequía que ya se extiede por más de una década. Ello, porque La presencia de La Niña siempre está asociada a escasez de lluvias y la consecuente sequía. Su aparición comienza usualmente en octubre, y termina en abril, siempre y cuando llueva. Por lo general, en Chile no se presenta en invierno.

Cordero explica que con el anuncio de su presencia por tercera año, “completaremos tres veranos consecutivos marcados por la influencia en el Pacífico tropical de La Niña. No es extraño que se registre de manera consecutiva, pero si es raro que lo haga durante tres años seguidos. Hace más de dos décadas que no se registraban tres eventos así”.

“Es excepcional que un episodio de La Niña se mantenga durante tres años consecutivos. Su efecto de enfriamiento está ralentizando de forma transitoria el aumento de las temperaturas mundiales, pero no detendrá ni invertirá la tendencia al calentamiento a largo plazo”, afirmó en un comunicado el secretario general de la OMM, profesor Petteri Taalas.

Según explica Cordero, “La Niña corresponde a la fase fría de una oscilación y la temperatura superficial del Pacífico tropical, frente a las costas de Ecuador y Perú. La temperatura en esa zona está bajando actualmente y alcanzará su peak probablemente a fin de año. Se espera que durante el primer trimestre del próximo año kla temperatura en esta zona comience a subir hacia valores más cercanos aquellos considerados normales o, en jerga climatológica, neutros”.

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Predicciones probabilísticas de la temperatura del aire en superficie y la precipitación para la temporada de septiembre a octubre de 2022. El período de referencia es el comprendido entre 1993 y 2009. Crédito: OMM

Cordero explica que los efectos de La Niña dependen de la región. “Durante el verano austral se asocia a bajas precipitaciones en la Patagonia, temperaturas moderadas en la zona central, y puede intensificar el invierno altiplánico en el extremo norte del país. Por otro lado, tiende a fortalecer o a atenuar algunos de los efectos del calentamiento global. Por ejemplo, en la zona central su efecto moderador en las temperaturas probablemente haga que el verano próximo no sea tan caluroso como podría ser de no estar”.

Lo anterior también podría moderar la temporada de incendios forestales. “Esto no significa que el verano próximo no vaya a ser caluroso. Pero sin La Niña podría en términos de temperatura máxima ser mucho peor”, añade.

Además, el fenómeno afecta las temperaturas y precipitaciones en buena parte del mundo. “Entre el sur de California y la zona centro sur de Chile, se asocia a bajas precipitaciones y sequía. Sin embargo, sus efectos van mucho más allá de la cuenca del Pacífico, y también puede afectar las lluvias en el sur de Brasil y, vía anomalías en los patrones de viento, puede intensificar la temporada de huracanes en el Atlántico”, explica el académico de la Usach.

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