Los gemelos, personas interesantes y enigmáticas para el común de la gente. Con tan solo imaginar que existe alguien idéntico a ti causa intriga, y la dualidad única de estos hermanos ofrece un fascinante campo de estudio.
Su extraordinaria similitud, especialmente en el caso de gemelos monocigóticos, donde comparten el 100% de su material genético, brinda a los científicos una oportunidad única para explorar los misterios de la genética y la influencia del entorno.
Christopher Gardner, PhD, profesor de Rehnborg Farquhar y de Medicina de la Universidad de Stanford quizo saber entre tantas dietas que existen, cuál era la más mejor para la salud cardiovascular.
Aunque es bien sabido que comer menos carne mejora la salud del corazón, los estudios sobre la dieta a menudo se ven obstaculizados por factores como las diferencias genéticas, la educación y las elecciones de estilo de vida. Por eso, Gardner quiso estudiar a gemelos idénticos para así poder controlar la genética y limitar otros factores.
Las gemelas Aleksandra ShaiChai y Mariya Foster participaron en el estudio para examinar los efectos de diferentes dietas en la salud de los gemelos. Los investigadores les hicieron elegir entre dos trozos de papel, uno decía dieta vegana y el otro dieta omnívora (carnes y verduras).
ShaiChai y Foster se habían inscrito hace unos años al Registro de Gemelos de Stanford (una base de datos de gemelos fraternos e idénticos que aceptaron participar en estudios de investigación), pensando que los estudios serían una forma divertida de contribuir a los descubrimientos científicos. Eran exactamente el tipo de gemelos que Gardner estaba buscando, señala el Washington Post
En total el estudio contó con 22 pares de gemelos idénticos para un total de 44 participantes. Los autores del estudio seleccionaron participantes sanos sin enfermedades cardiovasculares del Registro de Gemelos y emparejaron a un gemelo de cada par con ambas dietas. Los participantes también dieron muestras de sangre y heces y se sometieron a pruebas físicas y cognitivas para evaluar cómo las dietas afectaban su equilibrio y sus recuerdos.
Ambas eran saludables, repletas de verduras, legumbres, frutas y cereales integrales y carentes de azúcares y almidones refinados. La dieta vegana se basaba exclusivamente en plantas y no incluía carne ni productos animales como huevos o leche. La dieta omnívora incluía pollo, pescado, huevos, queso, lácteos y otros alimentos de origen animal.
ShaiChai es omnívora, y cuando supo que tenía que cambiar de dieta no le encantó la idea, cuenta a al Washington Post. Pero después de terminar las ocho semanas del estudio, los resultados la animaron por completo.
Los autores encontraron la mayor mejora durante las primeras cuatro semanas del cambio de dieta. Los participantes con una dieta vegana habían disminuido significativamente sus niveles de colesterol malo (LDL-C), insulina y peso corporal en comparación con los omnívoros. Todos estos factores están asociados con una mejor salud cardiovascular.
Durante las primeras cuatro semanas, un servicio de comidas entregó 21 comidas por semana: siete desayunos, almuerzos y cenas. Durante las cuatro semanas restantes, los participantes prepararon sus propias comidas.
De los 44 participantes, 43 completaron el estudio, lo que, según Gardner, demuestra lo factible que es aprender a preparar una dieta saludable en cuatro semanas. “Nuestro estudio utilizó una dieta generalizable que es accesible para cualquier persona, porque 21 de los 22 veganos siguieron la dieta”, dijo Gardner en un comunicado. “Esto sugiere que cualquiera que elija una dieta vegana puede mejorar su salud a largo plazo en dos meses, y se observan mayores cambios en el primer mes”.
Según los resultados publicados la semana pasada en la revista JAMA Network Open, la lipoproteína de baja densidad (colesterol malo) de los consumidores veganos disminuyó en promedio 15,2 miligramos en ocho semanas, mientras que en los omnívoros cayó un 2,4.
Además, los consumidores veganos perdieron en promedio casi 2 kilos más que los omnívoros, y su insulina disminuyó aproximadamente un 20% más. “Sin duda, eso hizo que todo valiera la pena”, dijo ShaiChai, de 43 años, al Washington Post.
Los participantes veganos (y los omnívoros hasta cierto punto) hicieron las tres cosas más importantes para mejorar la salud cardiovascular, según Gardner: redujeron el consumo de grasas saturadas, aumentaron la fibra dietética y perdieron peso.
“Con base en estos resultados y pensando en la longevidad, la mayoría de nosotros nos beneficiaríamos si adoptáramos una dieta más basada en plantas”, dijo Gardner.
ShaiChai dijo que después de cuatro semanas de dieta vegana tenía más energía y dormía mejor. Su hermana, al ver los resultados, dijo a Washington Post que se ha vuelto más consciente de la alimentación saludable.
Gardner enfatizó que aunque la mayoría de las personas probablemente no se vuelvan veganas, pero los resultados son un empujón en la dirección basada en plantas podría mejorar la salud. “Una dieta vegana puede conferir beneficios adicionales, como un aumento de las bacterias intestinales y la reducción de la pérdida de telómeros, lo que retarda el envejecimiento del cuerpo”, dijo Gardner.
La elección de seguir una dieta vegana, o incluir más alimentos de origen vegetal, es una buena opción para generar impactos positivos en el cuerpo, como la prevención de enfermedades crónicas, la gestión del peso y el bienestar general.