
Un hombre dejó de beber alcohol por 365 días y los resultados fueron impactante: “Apenas me reconozco”
Cam Jones retrató su inédita experiencia en YouTube, donde relató los pormenores de su experimento.

Cuando Cam Jones, creador del canal de YouTube Goal Guys, decidió dejar el alcohol por un año completo, no imaginó que su vida daría un giro tan radical. Con 28 años y una rutina social donde la bebida era parte habitual, su objetivo era claro: quería ver qué tanto podía cambiar su cuerpo y su mente si eliminaba el alcohol de su vida durante 365 días.
“Todo lo que tuve que hacer fue renunciar a esa copa de vino que solía tomar por la noche”, dijo el creador de contenido en el video que registra su experiencia y que ya supera las 30 mil visualizaciones.
El experimento personal de Cam se convirtió en un fenómeno en redes. Su video, titulado “I Quit Alcohol for 365 Days. This Is What Happened”, acumula más de 30 mil visualizaciones en YouTube. Pero más allá del impacto visual de su transformación, su experiencia revela algo mucho más profundo: lo que realmente le hace el alcohol al cuerpo, incluso en pequeñas dosis.
Un hombre dejó de beber alcohol por 365 días y los resultados fueron impactante: “apenas me reconozco”
Jones, de 28 años, llevaba una rutina social típica de muchos adultos jóvenes: tragos con amigos, celebraciones ocasionales, un vino para relajarse por las noches. “Había ganado mucho peso, mi salud estaba sufriendo y me sentía generalmente desmotivado y desenfocado la mayoría de los días”, reconoció. Fue entonces cuando decidió detenerse y hacer una pausa. “La salud había empezado a ser un problema para mí”.
La decisión de dejar el alcohol por un año fue parte de una serie de retos que suele documentar en su canal. Pero rápidamente se convirtió en algo más profundo. Durante el proceso, Cam no solo mejoró su apariencia física; también vio cómo su bienestar general mejoraba semana tras semana.
Cam no solo había perdido 18 kilos. También tenía más energía, mejor concentración, menos ansiedad y, como él mismo lo reconoce, un rostro tan cambiado que a veces no se reconocía en el espejo, afirmando que ahora está “en la mejor forma de su vida”.
“Sin alcohol en mi sistema, pude despertarme a las 6 a. m., caminar hasta el gimnasio y hacer ejercicio antes de sentarme a trabajar. Cambió mi vida por completo”.
¿Qué le hace realmente el alcohol al cuerpo?
Aunque muchos esperarían resultados inmediatos, Cam fue claro en destacar que el proceso tomó tiempo. “A mí personalmente me llevó seis meses ver algún cambio y cuando ocurrió, no fue lo que esperaba”, explicó. Al principio, lo más evidente fue la pérdida de peso. Pero con el tiempo, los beneficios se volvieron más profundos.
“Dormir mejor me ayudó a darme cuenta de que, en realidad, soy una persona madrugadora”, dijo. Y es que uno de los aspectos que más destaca de su experiencia fue cómo mejoró su descanso. “Durante la mayor parte de mis 20 años, asumí que dormía mal. Tenía el problema recurrente de irme a la cama, quedarme dormido inmediatamente y luego despertarme tres o cuatro horas más tarde y tener que pasar horas luchando para volver a dormirme”.
Ahora, con un sueño más profundo y continuo, su humor mejoró y su nivel de estrés diario bajó significativamente. “Y como el trabajo se volvió más fácil y menos forzado, mi humor mejoró y mi estrés diario disminuyó”.
La concentración también fue un cambio radical. “No solo vi una mejora aún mayor en mi calidad de sueño, sino que lo que fue aún más notable fue cuán drásticamente vi una mejora en cómo podía concentrarme. Solía tener dificultades para trabajar de forma constante y completar las tareas a tiempo. Pero después de seis meses sin beber, el acto de sentarme y concentrarme se convirtió en algo en lo que ni siquiera tenía que pensar”.
El caso de Cam Jones es una muestra real y palpable de los cambios positivos que puede experimentar el cuerpo al dejar de consumir alcohol. Y aunque su transformación pueda parecer extraordinaria, la ciencia lo respalda: dejar de beber, incluso por periodos cortos, puede tener efectos inmediatos y duraderos en el cuerpo y la mente.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe un nivel seguro de consumo de alcohol para la salud. En un comunicado de 2023, la organización fue tajante: “El alcohol es tóxico, psicoactivo y puede causar dependencia. Está clasificado como una sustancia cancerígena del Grupo 1, al igual que el amianto o el tabaco”.

Entre los efectos más inmediatos del consumo de alcohol están la alteración del sueño, los cambios hormonales, el aumento de peso, el deterioro cognitivo y el debilitamiento del sistema inmunológico.
Un estudio publicado en Nature Medicine reveló que incluso un solo vaso de alcohol puede provocar inflamación, elevar la presión arterial y afectar el metabolismo celular, aumentando el riesgo de enfermedades crónicas a largo plazo.
El cerebro y el sueño, los primeros en cambiar
Uno de los cambios que Cam notó casi de inmediato fue la mejora en la calidad de su sueño. Dormía más profundo, se despertaba con energía y podía mantener la concentración durante más tiempo. Esto también tiene una explicación científica.
La neurobióloga Sandra Aamodt explicó en un artículo publicado en Qué Pasa que el alcohol interrumpe las fases más profundas del sueño, especialmente el sueño REM, clave para la consolidación de la memoria y el descanso reparador.
El alcohol puede hacer que las personas se duerman más rápido debido a su efecto sedante, pero luego, como el cuerpo lo metaboliza durante toda la noche, también puede significar que se despierten con más frecuencia.
Además, el consumo habitual de alcohol reduce los niveles de serotonina y dopamina, lo que puede derivar en ansiedad y depresión. Al eliminar esta sustancia de su rutina, Cam notó una baja considerable en su nivel de ansiedad diaria, algo que miles de personas reportan tras dejar de beber.
Un cuerpo más sano y una mente más enfocada
Físicamente, los cambios en Cam fueron notables. Bajó de 90 a 72 kilos, perdió grasa abdominal, definió músculos y redujo la hinchazón facial. “Me veo como una persona completamente distinta”, asegura en el video.
Estos resultados también están respaldados por investigaciones. El alcohol interfiere con la absorción de nutrientes, ralentiza el metabolismo y contribuye al almacenamiento de grasa, especialmente en la zona abdominal. Además, el alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central, reduciendo la actividad cerebral y generando una sensación de letargo.
Otra dimensión poco comentada es la salud de la piel. En su video, Cam menciona que su cutis luce más limpio, menos graso y con menos acné. Esto también tiene explicación. Un artículo de La Tercera reveló que el alcohol deshidrata la piel, empeora afecciones como la rosácea y acelera el envejecimiento cutáneo.
¿Y si solo es una copa?
La creencia de que una copa al día es inofensiva —o incluso saludable— ha sido ampliamente debatida. Sin embargo, estudios recientes desmienten esta idea. El Dr. Tim Stockwell, del Instituto Canadiense de Investigación determinó que una sola bebida al día puede acortar la esperanza de vida en varios días o incluso semanas, dependiendo de la edad y la frecuencia del consumo.
Por si fuera poco, un estudio en China concluyó que el alcohol está vinculado a más de 60 enfermedades distintas, incluyendo varios tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, hepáticas y trastornos metabólicos.
Al finalizar el reto, Cam no se volvió completamente abstemio. Pero sí desarrolló una nueva relación con el alcohol: mucho más consciente y selectiva. “Sé que la moderación no es muy glamurosa”, reflexionó. “La verdad es que hay cosas del alcohol que me encantan y disfruto. Pero durante el último año, al observar más de cerca el alcohol, también me di cuenta de que hay muchas cosas que también odio”.
Su conclusión es clara: dejar de beber, al menos temporalmente, puede ser una experiencia transformadora. Para él, fue la clave para recuperar su energía, mejorar su salud mental y sentirse mejor con su cuerpo.
Y aunque no todos los cambios serán tan visibles como una pérdida de peso o un rostro más definido, los beneficios profundos —más concentración, mejor descanso, menos ansiedad— pueden ser motivo suficiente para cuestionar esa copa de vino después del trabajo o ese trago casual del fin de semana.
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