Un plan para los lagos Nor-patagónicos

El cambio climático es una realidad que pone en jaque a la población de todo el mundo, sus recursos naturales y su economía, impulsando movimientos migratorios en busca de lugares más atractivos para el desarrollo humano. Ante esto, es relevante entender los efectos de la migración en los territorios, trabajando con las comunidades y su entorno para fortalecer su resiliencia, generando un sano equilibrio entre desarrollo económico y preservación. Un ejemplo explícito de este fenómeno son los lagos nor-patagónicos del sur de Chile, 23 lagos rodeados de volcanes, bosques, campos y ríos, y que, si bien han sido un destino turístico durante años, hoy lo son también para residir.

Con más de dos millones de personas, el 10% de la población de Chile, las regiones de los lagos nor-patagónicos tienen el potencial para convertirse en un destacado polo de crecimiento e innovación para el país a lo largo del siglo XXI, con oportunidades de desarrollo económico y social en medio de recursos naturales inigualables que pocos lugares en el mundo ofrecen. Las regiones de Los Lagos, Los Ríos y La Araucanía ofrecen un nuevo tipo de desarrollo urbano, con ciudades más pequeñas que se integran fácilmente con su entorno circundante, evitando así una gran congestión y permitiendo también la protección de los lagos y el entorno.

Pocos países tienen la oportunidad que tiene Chile de trasladar parte de su población a una zona con menor densidad poblacional y con recursos suficientes para sustentar un desarrollo económico de muy alto nivel. De lograrlo, su experiencia puede pasar a ser un ejemplo para otras regiones del mundo – que comparten estas condiciones – y que al igual que Chile continuaran viviendo procesos migratorios a consecuencia del cambio climático, y de fenómenos como el teletrabajo, por ejemplo.

¿El problema? Si el desarrollo urbano carece de una planificación territorial sólida y cuidadosa se puede producir un crecimiento desmedido con consecuencias muy negativas en términos ambientales para los habitantes de la región. Chile debe actuar pronto para garantizar que el desarrollo económico y social se produzcan en forma coherente para preservar el magnífico entorno físico de la región.

¿Por dónde partir? Aprendiendo de los ejemplos que han tenido éxito en otras partes del mundo, como Lake Tahoe, una región excepcionalmente hermosa en la frontera de California y Nevada, USA., que hace 60 años comenzó a sufrir de los mismos males que se están dando en nuestros lagos en Chile: desarrollo urbano descontrolado, pérdida de claridad del agua, eutrofización, destrucción de humedales y contaminación, entre otros.

En Tahoe hubo muchas controversias e intereses cruzados, con algunos que apostaban por su desarrollo económico y otros por la preservación, sin lograr un equilibrio conjunto. A raíz de eso surgió una ONG comunitaria, “Keep Tahoe Blue”, que por una parte exigía un cambio cultural medioambiental y a la vez presionaba por la creación de una agencia gubernamental que velara por la planificación y el desarrollo sustentable de la cuenca lacustre con mejoras en los sistemas regulatorios; además de un profundo trabajo social con las comunidades de la cuenca.

El resultado ha sido muy exitoso, Tahoe ha podido aumentar el número de residentes y visitas (20 millones por año), y a la vez cuidar el lago y su entorno.

La Fundación Chile Lagos Limpios ha estudiado durante los últimos años las experiencias del lago Tahoe; aquellas que podrían ser beneficiosas para la adopción en Chile y también aquellas que demostraron no funcionar, y la llave del cambio está en darle valor a tres componentes como motor de cambio: ciencia, educación y colaboración. La preservación de los lagos nos convoca a todos y todas y por ello sentarnos a conversar permitirá preservar en vez de tener que mitigar en el futuro a un costo muy superior.

*Lovell (Tu) Jarvis, Profesor Emérito, UC Davis y Miembro del Directorio, Fundación Chile Lagos Limpios