Un “ratón topo”, un huillín y un icónico marsupial: esta es la colección de mamíferos más grande de Chile

Un organismo fosorial es aquel adaptado a la excavación y vida en cuevas, generalmente subterráneas. Coloquialmente se les conoce como “ratones topo” y en 2016, un grupo de investigadores de la U. Austral encontró una especie no descrita por la ciencia de este tipo de animales en la remota isla Guafo.

Se trata de una especie de mamífero que se conoce solamente por tres especímenes y los tres están en la colección de mamíferos de la Universidad Austral de Chile (UACh).

Esta muestra es considerada la más grande de Chile, la que alberga cerca de 10.000 ejemplares (o especímenes), de un total de 67 especies, los cuales se encuentran en una sala acondicionada en el Campus Isla Teja UACh, en Valdivia.

Se trata de una colección de uso educacional y científico dependiente de la Facultad de Ciencias de la universidad, cuyo curador es el Dr. Guillermo D’Elía, investigador del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, y director de la Dirección Museológica de la institución.

El lugar está siendo dado a conocer como parte de la iniciativa “50 años de la Colección de Mamíferos”, en el marco del Mes de las Ciencia que se celebra durante octubre con diversas actividades que buscan acercar el conocimiento científico y la divulgación a la ciudadanía.

La historia la colección se remonta hace cinco décadas, cuando el Dr. Milton Gallardo (biólogo UACh) iniciaba este trabajo, el que hoy incluye material preservado que ha permitido realizar decenas de estudios y el desarrollo de múltiples trabajo de investigación.

Cabe destacar que existen siete especímenes nominales, lo que quiere decir que todos los ejemplares de una especie animal están en esta colección.

“Es un patrimonio que tiene la universidad, un testimonio del patrimonio natural del país e incluso de otros países vecinos, ya que tenemos especímenes de Argentina, Uruguay y Paraguay. Además, es visitada por muchos investigadores no solo de la UACh, sino de otras instituciones en Chile y el extranjero, debido que a partir de ella se desarrollan tesis de pregrado y de postgrado, en particular de doctorado, las cuales se han materializado estudiando parte del acervo”, indica D’Elía, también director del Magíster en Ciencias, mención Genética de la UACh.

Los marsupiales y los roedores son el fuerte de la colección siendo gran parte de los 10.000 especímenes “Hay cosas bellísimas, por ejemplo, tenemos una serie espectacular de monitos del monte, de las mayores del mundo”, sostiene.

Entre los registros que destacan en esta colección se encuentra el mamífero encontrado a mayor altitud (6.200 metros de altura): Phyllotis vaccarum, que es un increíble roedor de Los Andes que rompe un récord mundial. A esto se suma una buena cantidad de marsupiales, entre los que está el mencionado monito del monte (el más pequeño del mundo).

La mayoría de las preparaciones son taxidermia, que son pieles que se montan con algodón y con alambre, pero no con el fin de preparar a los animales para exhibición, sino con el foco de preservar las pieles en gavetas y cajones para su estudio.

Además de montar la piel también se limpian los huesos, incluyendo el cráneo. “Otros especímenes enteros se conservan en formalina o en alcohol y esos se denominan fluidos”, explica el académico.

Aparte de eso, para cada espécimen, “también preservamos tejido en alcohol, congelados o en algún otro preservante para estudios de genética para extraer ADN y ARN. Entonces, las dos principales preparaciones son piel y huesos, y por otro lado fluidos; y de ambos preservamos tejidos”, señala. .

Esta colección ha requerido del trabajo y esfuerzo de mucha gente, incluidos estudiantes. “El primer gran esfuerzo lo hizo Milton Gallardo, profesor y primer curador que falleció hace unos años. Yo soy el segundo curador y estoy a cargo de la colección desde el 2012, aproximadamente. También, Freddy Mondaca, quien fue un funcionario y colaborador muy importante y ya se encuentra retirado tras más de 30 años en la colección”, resalta.

“Por ejemplo, ahora hay cinco estudiantes de pregrado de biología que van rutinariamente dos tardes por semana y nos ayudan a preparar especímenes, ya que hay que limpiar y acondicionar pieles, entre otras labores, y eso son horas y horas de trabajo, una labor muy minuciosa y responsable que sin los estudiantes de pre y posgrado sería imposible”, recalca Guillermo D’Elía.