Desde Arica a Magallanes, doce universidades del Estado y a cuatro instituciones externas, lideradas por la Universidad Chile se unieron preocupados principalmente por la salud mental de sus estudiantes.
Fue así como con fondos del Ministerio de Educación decidieron crear la Red de Salud Digital de las Universidades del Estado, un grupo liderado por la Universidad de Chile que además de la promoción de la salud mental, también velará por la formación de capital humano avanzado y avances para la calidad e interoperabilidad de datos. Durante los próximos tres años, impulsará diversas acciones de carácter colaborativo y se enfocará en las carreras de salud e ingeniería.
El foco principal de la Red estará puesto en la promoción de la salud mental de las comunidades universitarias. Según explican los académicos involucrados, existe coincidencia entre las entidades integrantes del proyecto de la importancia de poder contribuir en este contexto, debido al impacto que esto tiene en aspectos como el desempeño estudiantil y también la deserción.
Las universidades participantes son las de Tarapacá, de Antofagasta, de Atacama, de La Serena, de Playa Ancha, de Valparaíso, de Santiago, de Chile, de O’Higgins, de Talca, del Bío-Bío y de Magallanes. Además, habrá otras cuatro organizaciones externas: HL7 Chile, la Red Universitaria Nacional (REUNA), I-Dair e ITMS.
“Todos vemos el tema de la salud en nuestros entornos y las comunidades estudiantiles en general. Es un problema grave, que afecta a muchas personas, y donde la transformación digital de la salud puede mejorar el acceso y calidad de las atenciones. En el caso de los estudiantes, muchos de ellos no saben dónde encontrar ayuda. La Red tiene la conciencia de que este es un desafío de gran importancia para la sociedad y queremos aportar”, explica Steffen Härtel, académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y coordinador alterno del proyecto.
Para ello, la alianza impulsará iniciativas que permitan proporcionar herramientas digitales para realizar diagnósticos tempranos. Y a través de estas pesquisas oportunas, derivar preventivamente a los estudiantes afectados a atenciones médicas especializadas. Esto, del mismo modo, permitirá generar soluciones en el ámbito de los registros e historiales clínicos, uno de los grandes desafíos para la digitalización del sistema sanitario.
El Dr. Härtel detalla que la expectativa es contar con competencias y capacidades para implementar y operar plataformas certificadas para promoción, prevención y atención de la salud mental de cada comunidad estudiantil.
“Pensamos que las plataformas digitales pueden contribuir a realizar diagnósticos y a pesquisar tempranamente cuando un estudiante está en peligro. Hoy, existen herramientas para evaluar a un paciente a distancia y también para luego hacer derivaciones más efectivas. Eso también nos lleva a explorar oportunidades en materia de registros clínicos y los sistemas de información en salud, trasladando todo lo que hemos aprendido en los últimos años en esta materia”, dice.
Carreras de salud e ingeniería
“Con una mirada de amplitud territorial y colaborativa, esperamos aportar a la formación de los profesionales que serán relevantes para la adopción de nuevas tecnologías en el sistema de salud, una evolución de enorme importancia en la sociedad actual y que sin dudas modificará la forma en que accedemos a este tipo de servicios”, indica Härtel.
“Del mismo modo, queremos dar una contribución importante al ecosistema de salud en términos de la interoperabilidad de datos para fines médicos y de investigación y en la promoción de la salud mental en las universidades, apoyando las personas con herramientas digitales que favorezcan una detección temprana y oportuna”.
Los recursos obtenidos, y que permiten materializar la alianza, corresponden al Fondo para el Fortalecimiento de las Instituciones del Mineduc. Estos ascienden a $600 millones por los próximos tres años. Su principal objetivo es mejorar e instalar competencias, capacidades y acciones para casos de uso en el abordaje de los desafíos en salud digital, vinculándose con instituciones públicas y privadas.
Capital humano para las regiones
Según una estimación del Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS), Chile requiere de al menos 3 mil 500 profesionales y técnicos para impulsar la transformación digital en el sector. La Red espera aportar fortaleciendo las instancias para el desarrollo de esas competencias, tanto a nivel de pregrado como de postgrado.
Aunque, de momento, no hay acciones específicas concertadas, la expectativa es que las instituciones de educación superior avancen en el desarrollo e implementación de competencias en tecnologías en información en salud tanto para la investigación como para la innovación, y en el proceso formativo mediante programas de simulación y virtualización.
“Esperamos poder constituir una red que permita satisfacer las necesidades que hay tanto a nivel de formación de capital humano como de investigación y atención en salud digital. A raíz de la pandemia, la necesidad de contar con sistemas de salud digital robustos, se hizo una realidad urgente. Y desde ese punto de vista, las universidades tienen que ser capaces de fortalecer todo su accionar para responder de la mejor forma posible”, dice Juan Manuel Zolezzi, académico de la Universidad de Magallanes e investigador del Centro de Excelencia en Biomedicina de Magallanes (CEBIMA).
Entre los resultados, se espera que la Red contribuya a crear este capital humano en las instituciones y en sus regiones, de manera de instalar perfiles profesionales de vanguardia en el ecosistema local. En paralelo, el trabajo de la alianza permitirá materializar programas formativos y modelos de educación en la materia en tres ámbitos: formación, atención e investigación en salud.
“La formación de esta Red es muy atingente a la situación que atravesamos en el ámbito sanitario, y permite coordinar acciones conjuntas y no aisladas tomando en cuenta a los principales actores del ámbito de la formación académica. La expectativa es generar competencias desde pregrado hasta el purgado para que brindemos herramientas que se lleven a la práctica en un contexto profesional”, añade Mónica Cardona, académica de la Universidad del Bío-Bio.
Una de las acciones en vista es el desarrollo de programas comunes y abrir claustros y programas comunes en campos como informática médica, bioinformática y transformación digital en medicina. El Dr. Härtel releva el carácter territorial en estas propuestas, ya que uno de sus objetivos es que profesionales de las regiones puedan formarse y aportar en sus respectivas zonas geográficas, sin necesidad de trasladarse o migrar.
“La idea es que estos profesionales que tienen vinculación con sus territorios se puedan formar allí y no ir de manera transitoria o definitiva a Santiago. Nos hacemos cargo de esta formación en regiones de esta forma. La brecha de capital humano avanzado con competencias referenciales es enorme y esta alianza está claramente enfocada en contribuir a revertir ese déficit”, destaca el investigador del ICBM.
Datos en salud
La transformación digital de la salud en Chile también requiere de avances técnicos en los que el país está a medio camino, exponen desde la Red. En este contexto, uno de los retos de la alianza es promover el desarrollo de programas formativos y modelos de formación con competencias en sistemas de información en salud de pre y postgrado para fortalecer las habilidades de estudiantes en la interfaz de la formación, atención e investigación en salud.
Las universidades participantes buscarán contribuir a impulsar sistemas abiertos, transparentes y con mejor acceso a los datos con fines de investigación y desarrollo. Para Cardona, uno de los desafíos de la Red es generar conciencia a nivel de sus propios territorios de la importancia de impulsar acciones colaborativas, que vinculen a distintas instituciones, en este ámbito.
Uno de los resultados esperados es el de desarrollar prototipos de sistemas de información con prestadores asociados a las universidades. “Poder contar con una red que nos permita comunicarnos directamente y trabajar en conjunto tanto a nivel de infraestructura como de recursos humanos es un tremendo apoyo”, agrega Zolezzi.