El encierro por la pandemia quedó atrás, pero al parecer esto no es tan así para los adultos mayores. La VI Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez evidenció una serie de parámetros a considerar por parte de la población mayor. Si bien, destaca que tanto la satisfacción de vida, el acceso a la salud y a teléfonos inteligentes subió, existe un preocupante hecho que sigue rondando en los adultos mayores: la soledad.
Esta encuesta es fruto de un esfuerzo conjunto del Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento (CEVE-UC), el Programa Adulto Mayor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Caja Los Andes. Mientras que la ejecución de esta encuesta fue hecha por el Departamento de Estudios Sociales y el Instituto de Sociología de la misma casa de estudios.
Su diseño metodológico es de tipo longitudinal de tendencias, y se realiza desde el año 2007 cada tres años. En cada una de las seis rondas se han elegido muestras independientes, seleccionadas de manera aleatoria y probabilística en todas sus etapas. Es representativa de la población urbana a nivel nacional, de alrededor del 86% de la población mayor de 60 años que reside en el país. Se excluyeron, eso sí, a los adultos mayores que residen en instituciones de cuidado, que se estima en un 2% en Chile.
La medición ha ayudado a seguir la percepción de este grupo etario sobre su desarrollo en distintas áreas. Las dificultades traídas por el distanciamiento social, la sensación de inseguridad y los miedos asociados a la salud, marcaron las respuestas de las personas mayores durante el periodo inmediato al estallido social y el inicio de la pandemia por el Covid-19.
Hoy, ese escenario estaría quedando en el pasado, con los resultados de la VI Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, marcando un repunte en sus índices de satisfacción. Esto es lo que destaca de la percepción de las personas mayores, de acuerdo a la última encuesta realizada en 2022 y publicada este jueves: el 73% de los encuestados reconoció estar satisfecho con la vida que llevan.
“Es un fenómeno muy interesante que ocurre tanto acá como en otras partes del mundo. Uno esperaría que en la vejez las personas se sintieran más mal, por presentar más problemas de salud o muerte de familiares. Eso, de partida nos hace pensar que las personas tienen recursos que muchas veces no vemos, recursos para mirar la vida, para evitar problemas. Han venido entrenándose durante la vida para enfrentar situaciones difíciles”, comenta la doctora en Sicología y académica de la Universidad de Chile, Daniela Thumala.
En la medición anterior, bajó la satisfacción con las condiciones económicas y con las pensiones de las personas mayores, “principalmente porque el estallido social visibilizó estos problemas, y después vino la pandemia en que el aislamiento social incidió también, al igual que todas las preocupaciones asociadas a la salud”, dice Soledad Herrera, directora del Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento (CEVE-UC).
Sin embargo, y según lo reflejado en el sondeo, se observó también un empeoramiento de la percepción de funcionamiento familiar desde el 2016, especialmente en la forma como comparten el tiempo con la familia y cómo la familia acepta y apoya sus deseos de realizar nuevas actividades.
De acuerdo a los datos recogidos, se logró estimar que 55% de las personas mayores tiene un alto riesgo de aislamiento social. “Desgraciadamente, la soledad en la vejez es la otra pandemia. Esto es algo que ya está llegando y no es un fenómeno local, al menos en el mundo occidental moderno”, enfatiza Thumala, quien también es investigadora del Centro de Gerociencia, Metabolismo y Salud Mental (Gero).
Según explica, tenemos una dinámica de vida, una estructura familiar y una serie de fenómenos que hacen que hayan mayores niveles de aislamiento en personas mayores. “Antiguamente la persona mayor era acogida en la casa de un familiar, y su vida no era muy larga. Ahora, las personas mayores viven más tiempo disponible, y que no puede estar satisfecho enteramente por la familia. Eso tiene que ver con los tiempos de cada uno, las dinámicas que hay. La estructura de la familia, y por tanto su funcionamiento, ha cambiado con los procesos de modernización”, agrega la especialista.
Como consecuencia de aquello, el 69% de las personas mayores reconoce tener una mascota, de acuerdo a los datos emanados de la encuesta. Las mascotas aparecen, así, como protectores contra los riesgos de aislamiento, soledad, y también contribuyendo a una mayor sensación de bienestar.
La nueva vejez en cifras
Considerando distintos ámbitos durante su medición, esta encuesta arrojó también una radiografía multifacética que tiene los siguientes resultados entre sus principales mediciones. Por ejemplo, casi todas las preocupaciones que habían aumentado en la época posterior al estallido social volvieron a los niveles catastrados en 2016, excepto la preocupación por que entren a robar a su casa que se mantuvo (47% en el 2022), y que le asalten en la calle que aumentó el 2022.
El 84% considera que tiene adecuadamente satisfechas sus necesidades de alimentación, y el 81% sus necesidades de vivienda. Asimismo, el 71% siente que tiene adecuadamente satisfechas sus necesidades de transporte y el 64% percibe que tiene cubiertas sus necesidades de atención de salud.
Lo peor evaluado fue la dimensión económica, según la encuesta. Aunque la mayoría (59%) considera que el dinero le alcanza holgadamente o “al justo”. En general, mejoró la percepción de satisfacción de estas necesidades respecto al 2019, recuperando los niveles de la encuesta realizada en 2016.
Solo ha ido empeorando con el tiempo la percepción de las necesidades de afecto y cariño, aunque el 75% las considera adecuadamente satisfechas el 2022.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de las personas mayores? En primer lugar, tener que depender de otras personas, con un 60%; que fallezca un familiar querido (59%); enfermarse gravemente (56%) y que lo asalten en la calle (55%).
Otro punto importante que destaca la encuesta es el uso de tecnologías. La tasa de usuarios de celular con acceso a internet se estima en un 65% el 2022, habiendo aumentado 20 puntos porcentuales respecto la medición anterior. Asimismo, el 60% de las personas mayores ocupa el celular para comunicarse por mensajes o videollamadas. El 51% saca fotos o videos; 45% usa redes sociales y el 42% busca noticias o informaciones en su dispositivo móvil.
Asimismo, un tercio de la población adulta mayor usa el celular para escuchar música, y el 23% para ver videos, películas o series. “La tecnología para escapar de la soledad es una posibilidad que se nos abrió a todos. Es cierto que la gente más joven está más alfabetizada digitalmente, pero claramente en la pandemia todos tuvimos una suerte de aprendizaje forzoso”, reflexiona Thumala ante este fenómeno.
El uso de la tecnología puede ser un recurso muy importante para las personas mayores. “Es cosa de pensar en quienes tienen problemas de movilidad, por ejemplo, y que pueden amigarse con la tecnología, son personas que se le abren posibilidades que antes no tenían. Es una nueva fuente”, añade. Aunque, advierte, esto no significa que la virtualidad va a reemplazar el contacto personal, ni mucho menos. “Pero es una fuente de redes, de contacto, de comunicación, y de alternativas para muchas personas”, concluye.
El envejecimiento en Chile se acelera a pasos agigantados. En proporción, la población adulta mayor rondaba el 12,4% en 2007, y ahora bordea el 20%. Además, se estima que debido al veloz envejecimiento de la población a nivel mundial y el aumento en la esperanza de vida, en 2050 se duplicará la cantidad de personas mayores de 60 años, y se triplicarán las mayores de 80 en Chile ¿Cómo enfrentar este panorama para un Chile con una gran cantidad de población mayor?
Según Thumala, es importante incorporar en nuestra vida la idea de preparación para la etapa de la vejez, que además no solo es una etapa sino varias. De acuerdo a sus palabras, es necesario diferenciar a una persona de 62 años con una de 95, así como no se pone en la misma etapa a un niño de 3 años con alguien de 14.
“Vamos a tener cada vez esta etapa de la población mayor, con sus subetapas, cada vez más larga. Todos sabían que debíamos hacer ejercicio, estar saludables, pero poca gente lo hace. Ahora eso va a ser indispensable, porque va a marcar una diferencia enorme en la calidad de vida de una persona cuando está en la adultez mayor”, proyecta la experta.
Soledad Herrera, por su parte, establece que en una sociedad que está teniendo un envejecimiento más acelerado y pronunciado, se debe lidiar contra el aumento de la soledad mediante políticas públicas. “Va a tener que tratar el tema de los cuidados, cómo avanzar hacia tener más centros de cuidados de día, sistema de visitas domiciliarias, que son estrategias de cuidado que alinean a las familias y permiten que las personas que están cuidando a sus mayores, también puedan trabajar”, remarca la directora del CEVE-UC.