Hoy se estima que en todo el mundo hay 158 millones de niños y adolescentes obesos, cifra que aumentará a 254 millones en el año 2030, según el primer Atlas de Obesidad Infantil realizado por la Federación Mundial de Obesidad (WOF, por sus siglas en inglés).

Este reporte que advierte que ningún país tiene más del 50% de posibilidades de cumplir con el objetivo acordado en la Asamblea Mundial de la Salud de 2013 por el que debían garantizar que sus niveles de obesidad infantil en 2025 no debían ser más altos que los que ya tenían en 2010-2012.

Chile no escapa a este crecimiento. Para el año 2030 la Federación estima que en el país serán 774.647 niños y adolescentes los que sufrirán obesidad en el país. De ellos, 294.235 casos corresponderán a niños entre los 5 y 9 años y 480.412 adolescentes entre los 10 y los 19 años.

Si esa cifra se lleva a prevalencia, en 10 años más el 24,8% de los niños entre 5 y 9 años en Chile será obeso, mientras que en el grupo de 10 a 19 años, los jóvenes obesos llegarán al 19,8%.

A nivel Latinoamericano, hoy Chile se ubica en el segundo lugar en el ranking de obesidad infantil después de Argentina. Para 2030, nuestro país se ubicará quinto en el grupo de 5-9 años y cuarto, si se considera a los adolescentes entre los 10 y los 19 años. No es el país que más aumenta los casos de obesidad en comparación con la situación actual, pero tampoco detiene el alza.

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Según Ada Cuevas, nutrióloga de Clínica Las Condes y también miembro del directorio de la Federación Mundial de Obesidad, esto ocurre porque Chile ya tuvo un gran crecimiento en las cifras de obesidad hace 15 o 20 años. "Hoy los países que más están aumentando los niveles de obesidad son los considerados como economía emergente. En ese sentido, Chile se comportó como un país desarrollado hace tiempo y hoy seguimos teniendo más casos de obesidad, no hemos logrado disminuir las cifras", señala.

Países como Jamaica, Haití y República Dominicana son los que más crecen en cuanto a prevalencia de obesidad entre los más jóvenes, y es precisamente porque en estos momentos ellos están cambiando su alimentación y sus hábitos, adquiriendo costumbres de los países desarrollados.

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Carlos Celis Morales, del Centro de Investigación en Fisiología del Ejercicio de la U. Mayor y de la U. de Glasgow y miembro del grupo Elhoc (Epidemiology of Lifestyle and Health Outcomes in Chile), dice que "Chile a diferencia del resto de los países latinoamericanos vivió una transición epidemiológica acelerada pasando de la desnutrición a la obesidad en menos de 20 añoos. Países como Haití o República Dominicana aún tienen desnutrición infantil, problema que Chile solucionó en los años 80.

Índice de riesgo

La proyección de la Federación calcula también un índice de riesgo (1-12). Este puntaje de riesgo determina la probabilidad de cada país de tener o adquirir un problema importante de obesidad durante la década de 2020. Este índice considera los niveles de prevalencia y riesgo de obesidad futura.

Para Chile, el índice de riesgo es de 8,5, considerado como "peor".

Solange Parra, nutricionista y estudiante de doctorado en la U. de Glasgow, señala que de acuerdo al índice de riesgo, la obesidad seguirá siendo un problema de salud pública durante la próxima década. No solo tiene que ver con el incremento en la prevalencia de obesidad sino también la alta prevalencia de inactividad física reportada pra la población adolescente en el país.

"El 79,6% de los hombres y el 90,6% de las mujeres entre 10-19 años realiza menos de 60 minutos diarios de actividad física", dice Parra.

"Cambiar hábitos es sumamente difícil; la población sabe lo que debería consumir pero no lo hace. Es inactiva, sabiendo que deben moverse. Además las políticas públicas para abordar esta epidemia, son insuficientes. Actualmente, sólo están las acciones a cargo del Elige Vivir Sano y la Ley de Etiquetado, que son iniciativas que podrían tener efecto en la prevalencia de obesidad pero son a muy largo plazo y son insuficientes, para la epidemia que tenemos", dice Celis.