Atacama Desert Vaccine Laboratory, así se llama el primer centro nacional de manufactura de vacunas instalado en la Universidad de Antofagasta.
¿Su objetivo? Garantizar la seguridad de la población chilena frente a brotes epidémicos provocados por patógenos y estar preparados en casos de pandemias que se puedan generar en el continente.
La semana pasada se lanzó en el Hospital Regional de Antofagasta, el proyecto que crea este laboratorio de investigación en vacunas. La iniciativa es liderada por Margarita Lay, académica de la Universidad de Antofagasta, y cuenta también con el apoyo del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia (Imii).
El Atacama Desert Vaccine Laboratory será realidad gracias al financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) de Antofagasta, al apoyo de la casa de estudios de la región del norte y la colaboración del Imii.
La doctora Lay explica que "existen patógenos para los que no hay vacunas". "Por ejemplo, hoy en día, el norovirus no tiene una vacuna a nivel mundial. Sin embargo, es uno de los patógenos que provoca una gran morbilidad, por las diarreas que causa", señaló.
En el mundo el norovirus causa cerca de 700 millones de casos de gastroenteritis aguda, 200 mil muertes, especialmente niños pequeños y personas de la tercera edad, y se registran más de 60 billones de dólares en pérdidas económicas.
El académico de la Universidad Católica y director del Immi, Alexis Kalergis, agregó que es "es necesario tener la capacidad de comprender cómo funcionan y se desarrollan las vacunas, que sean específicas para los agentes infecciosos que nos afectan". En ese sentido, "desarrollar investigación y traducir esos estudios en productos reales que estén hechos a la medida de las enfermedades que afectan a los chilenos, es fundamental", dijo.
Según explicó Lay, en el laboratorio se instaurará e implementará con equipamiento de vanguardia para desarrollar vacunas. La Universidad de Antofagasta entregará el terreno y ayudará en el financiamiento para la construcción del laboratorio.
El proyecto apoyará básicamente la implementación del lugar, los espacios, y también equipamiento para poder desarrollar su labor, en conjunto con el Imii.
"Hay varias etapas que estamos ya cumpliendo. Primero investigamos las necesidades de salud de la población. Por ejemplo, en Antofagasta tenemos un gran problema con las gastroenteritis agudas. Entonces lo primero que tuvimos que hacer fue detectar el patógeno que está causando este problema. Así identificamos el norovirus, y las variantes que están circulando. Esto es esencial para determinar la secuencia genética del patógeno y así poder incorporarlo al diseño de la vacuna", detalló Lay.
"Lo importante es que tenemos las capacidades aquí en la región para instalar un laboratorio de estas características, así como una planta de manufactura de vacunas de Chile", insistió.