En mayo de 2016, en la ciudad de Colonia del Sacramento, Uruguay, la paya chilena fue inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural del Mercosur sumándose así a la payada argentina y uruguaya, que ya contaban con este reconocimiento.

Un año más tarde, un decreto presidencial publicado el 03 de agosto de 2017, estableció que el 30 de julio de cada año sería celebrado como el Día Nacional del Payador, en atención a que fue en esa fecha que se creó la Asociación Gremial Nacional de Trabajadores de la Poesía Popular, Poetas y Payadores de Chile, AGENPOCH.

Ambos reconocimientos daban cuenta de la relevancia que esta expresión cultural tiene para el país y también para inscribir esta tradición en el gran marco de la poesía oral improvisada iberoamericana.

La paya forma parte de una gran vertiente llamada canto a lo poeta que tienen entre sus afluentes al canto a lo humano, a lo divino y, según algunos payadores, incluso a la cueca. Los payadores y payadoras (que cada día son más, dando cuenta de uno de sus principales rasgos: su versatilidad) están dispersos en gran parte del territorio nacional adoptando formas propias muy ligadas a sus localidades.

En apretada síntesis, una paya es siempre un duelo poético entre dos o más payadores que improvisan sus décimas haciendo gala de su destreza poética, su ingenio y también, a un nivel más profundo, de su sabiduría y su capacidad de representar la voz del pueblo.

La práctica de la paya requiere largos periodos de formación, habitualmente con maestros más avezados. Muchos payadores son, además, grandes ejecutores del guitarrón chileno lo cual suma un elemento adicional a las destrezas que requiere ser un payador.

Año tras año en este mes de septiembre diversos sectores recuerdan a la paya, pero se aprecia un desconocimiento sobre el inmenso aporte a la cultura y al patrimonio presente. Es importante que también en nuestro país respetemos y valoremos a nuestros payadores y payadoras, tal como se hace en el resto del continente, con sus decimistas, repentistas, o en Brasil pajadores.