Variante “andina”: ¿qué implica que la segunda de más circulación en Chile haya sido calificada como “de interés” por la OMS?
El alto nivel de circulación de la variante C.37, sobre todo en Sudamérica, hizo que subiera de categoría y ahora adquiera relevancia mundial. En el país, ya se iniciaron estudios para evaluar la protección de anticuerpos de personas vacunas y contagiadas ya recuperadas.
En Lambayeque, casi 800 kilómetros al norte de Lima, Perú. Ese es el lugar donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la primera detección de C.37, la variante “andina” del virus Sars-CoV-2 que desde ayer fue nombrada como Lambda y que para el mundo es ahora una variante de interés (VOI) debido a lo frecuente de su circulación y la gran cantidad de casos de Covid-19 que se registran en los lugares en los que está presente.
Según el informe de actualización sobre la pandemia publicado ayer en la tarde por la OMS, los primeros antecedentes que se tienen de esta variante son dos casos en Lambayeque, muestras que fueron colectadas el 25 de agosto del año pasado. Luego, hay registros de su presencia en otras dos muestras, una de noviembre y otra de diciembre, en Lima.
En Argentina, Buenos Aires, hay otro registro en noviembre. En Chile, el primer registro de esta variante es del 20 de enero y se detectó a través de la vigilancia de aeropuerto que se realiza en el país y se trataba de un pasajero proveniente desde Lima.
Ese fue el inicio. Hoy, según el informe de circulación de variantes que publicó este fin de semana el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, señala que el 62% de las 2.811 muestras del nuevo coronavirus Sars-CoV-2 secuenciadas entre diciembre del año pasado y el 11 de junio, se concentran en dos variantes: 37,4% (1.051 muestras) de P.1 o brasileña y 25% (700 muestras) de C.37.
Jorge Fernández, jefe del Sub Departamento de Genética Molecular del Instituto de Salud Pública (ISP), detalla que en febrero de este año, de las muestras secuenciadas, las variantes P.1 y C.37 eran muy pocas, no más de 5 o 6 cada una. En marzo comenzaron a encontrarse con mayor frecuencia, unas 100 muestras del total eran de C.37 y 77 de P.1. En abril, ganaba P.1 con 300 muestras mientras C.37 llegaba a las 269. El mes pasado, registraron 476 para la primera variante y 284 para la recién bautizada Lambda.
“Desde que ingresaron, las dos variantes han estado compitiendo muy de cerca. Eso es algo que pasa con los virus, aparecen muy fuerte en algún momento, dependiendo del muestreo y después aparecen otros linajes, los desplazan y desaparecen otros. Sucedió con la variante B.1.1.7 (británica o Alpha) que hoy está baja”, dice Fernández.
Según el registro de la plataforma Outbrake.info, la variante C.37 además de los países de la región (Chile, Perú, Ecuador, Argentina, Brasil, República Dominicana, Colombia, Uruguay, México), ha sido registrada a través de muestras en Malawi, Israel, España, Estados Unidos, Alemania, Italia, Portugal, Francia, Holanda, Dinamarca y Reino Unido.
Más vigilancia y estudio de anticuerpos
Justo este lunes, antes que se conociera el ingreso a la nueva categoría de variantes de la OMS, en el ISP iniciaron un estudio de neutralización de variantes. “Con plasma de pacientes infectados o personas vacunadas, evaluaremos cómo actúan los anticuerpos neutralizantes que formaron frente a la variante C.37. Ya lo veníamos haciendo con la variante P.1 y con B.1.1.7. Hay circunstancias que se cruzan. Primero, lo estábamos haciendo con Gamma y Alpha y este lunes partimos con C.37. Era necesario hacerlo porque estaba en una proporción imporante en el país, queremos ver qué pasa con las personas vacunadas y con los que se están reifenctando”, adelanta Fernández.
En cuanto a los anticuerpos de vacunados, inicialmente los estudios se realizan con aquellas personas que se inocularon con la vacuna Coronavac, de Sinovac, ya que no disponen de muestras de individuos inoculados con otras vacunas. “Queremos explorar la posibilidad de conseguirnos muestras de anticuerpos de personas con otras vacunas. Este tipo de estudios tenermos que hacerlos nosotros, en Chile, que es uno de los países donde más está afectando”, indica el jefe del Sub Departamento de Genética Molecular del ISP.
También se ampliará la vigilancia que se realiza en los puntos de ingreso al país. A la vigilancia de aeropuerto, se sumaron muestras en el paso fronterizo Los Libertadores, lugar donde también se está haciendo detección. “Actualmente, las muestras que llegan del aeropuerto, han disminuido porque menos personas están ingresando al país. Pero hemos visto que desde Los Andes ha ingresado P.1 y C.37. Sin embargo, es importante recordar que independientemente de la variantes, la clave es el autocuidado, el uso de mascarillas, el lavado de manos constante y la distancia física”, insiste Fernández.
¿Variante de preocupación?
Fernando Valiente, investigador del Laboratorio de Virología Molecular del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (ICBM) señala que el ingreso a la categoría de variante de interés de la OMS, implica que “es una variante que presenta cambios en sitios de interés que pueden modular la capacidad de infección o de transmisión y además presenta una prevalencia con expasión limitada en otros paises. Por ello, ahora se debe estudiar en profundidad y ver cuales son sus caracteristicas fenotípicas”.
Pablo Tsukayama, profesor de Microbiología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y autor principal del reporte que en abril alertó sobre la presencia de esta nueva variante, dice que cuando la detectaron hacia finales de marzo había cierta evidencia de un rápido crecimiento desde hace meses. “Tenía mucho del comportamiento inicial de las otras viarantes de interés y de hecho es por este patrón de rápido crecimiento, rápida expansión de nuevos países, que son características de las variantes Alpha, Beta, Gamma, Delta, era predecible que, con suficiente evidencia, pudiera ser clasificada como VOI”.
Incluso, dice el investigador, “es posible que en el algún momento la OMS la considere como una variante de preocupación (VOC)”, pero aún se requiere más información, más secuenciaciones de muestras, algo que en general, en la región es muy bajo. También señala que es necesario tener más acceso a los datos, por ejemplo de pacientes para saber con qué variante se contagió y la evolución que ha tenido. Con eso se podría tener más detalle sobre número reales de mayor transmisibilidad y virulencia.
A juicio de Tsukayama, las autoridades debieran hacer los esfuerzos para una mayor cantidad de secuenciaciones, éste y el próximo año o por lo menos hasta que la pandemia baje un poco porque las variantes, Lambda incluida, seguirán mutando en la región.
Valiente también cree que se debe “fortalecer de manera urgente” la secuenciación en el país. “Por ejemplo, secuenciar en pasos fronterizos, individuos vacunados en UCI a nivel nacional, de niños niñas y adolescentes que están en UCI a nivel nacional, pero también, debemos estar atento a que sucede en otros paises vecinos”, señala.
”Se deben realizar ensayos de efectividad de las vacunas a estas nuevas variantes; así como también vigilar si los pacientes en UCI están infectados con ésta u otras variantes. Afortunadamente, hay (habemos) grupos en Chile realizando este tipo de experimentos, pero son muy lentos en procedimiento y costosos”, añade Valiente.
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