Esta semana el ministro de Salud, Enrique Paris, confirmó que se han detectado 86 casos de la variante Delta en Chile. Se trataría, dijo de 75 viajeros más tres personas asociadas a ellos y ocho contactos comunitarios.

Una variante que es mucho más contagiosa y se transmite con mucha más facilidad que las ya conocidas, por lo que investigadores resaltan que ha cambiado completamente la comprensión que se tenía de Sars-CoV-2.

La amenaza y temor de rebrote crece al observar lo que ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos, donde más del 80% de los actuales contagios corresponden a esa variante, y donde además enfrentan un nuevo peligro: el alza de niños y niñas hospitalizados a causa de ella.

El domingo 8 de agosto el director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Dr. Francis Collins, reconoció en entrevista a ABC News que muchos pediatras lo estaban alertando del alza en el número de niños hospitalizados y con enfermedades más graves producto de la nueva variante.

Collins señaló en la entrevista que se trata de un “salto masivo” en los casos de Covid-19 entre los niños. Todos aumentos que se dan, además, en ocho estados (Alabama, Arkansas, Louisiana y Florida, entre otros) predominantemente del sur de los EE.UU. que cuentan con bajas tasas de vacunación.

Collins dijo que a los pediatras “les preocupa que esta vez los niños que están en el hospital sean más numerosos y estén más gravemente enfermos”.

La noticia se suma a un informe de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) que indica que se registraron casi 72.000 casos nuevos entre niños del 22 al 29 de julio, frente a los 39.000 de la semana anterior y una suma que comprendió aproximadamente el 19% de todos los casos reportados a nivel nacional durante ese período. La AAP añadió que los casos se han quintuplicado desde finales de junio.

Riesgos en Chile

¿Puede ocurrir un escenario similar en Chile? ¿Cuáles son los riesgos de Delta para la población pediátrica? Si se considera que aún no hay vacunación para niños menores de 12 años, y aún hay un porcentaje de menores de 18 años que no recibe la vacuna, entre los especialistas de salud hay preocupación sobre lo que podría significar un aumento en esta variante más infecciosa para ese grupo.

Una niña se hace un PCR en San Salvador, capital de El Salvador. Foto: Reuters

Lorena Tapia, viróloga y Pediatra de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile explica que se trata de una situación que hay que estar evaluando. “Nosotros en Chile hace algunas semanas ya tenemos transmisión comunitaria de Delta, que no ha sido explosivo, pero hay que mirarla”.

En Estados Unidos, aún no existe claridad si la variante delta afecta más gravemente a niños o si los afecta en los grados esperables dice Tapia porque es una población no vacunada, “porque los menores de 12 años, al igual que en Chile, no están vacunados”.

Christian García, el epidemiólogo y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la U. de Santiago, señala que, si bien en Chile Delta no es aún la más predominante, “es esperable que vaya creciendo el porcentaje y se haga la más común”. Determinar posibles escenarios hoy es complejo, dice García, principalmente porque el testeo es escaso “y no se está haciendo vigilancia permanente en los casos hospitalizados, como se hace con la influenza para determinar la cepa”.

Sebastián Reyes, doctor en Microbiología e investigador del Centro de Genómica y Bioinformática de la U. Mayor, agrega que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en un reciente informe sobre el incremento de esta variante y su impacto en las Américas, detalla que en las secuenciaciones realizadas más del 90% corresponden a delta, es decir, es absolutamente dominante.

“Pensar que no vaya a llegar a Chile, no es real, ya llegó, es comunitaria, por eso debemos adelantarnos. Actualmente predominan la variante Andina y Brasileña, pero es probable que se transforme en la dominante, al igual como ocurre en todo el mundo”, dice Reyes.

Imagen microscópica del Sars-CoV-2. Especialistas dicen que es irreal pensar que la variante Delta no llegará a circular masivamente en Chile. Foto: Reuters

La posibilidad que sea un peligro en las próximas semanas para niños y niñas tiene que ver mucho con las medidas que se tomen y el comportamiento de las personas con las medidas de cuidado. Si hay muchos adultos vacunados, algunos de ellos pueden enfermar o contagiar, y aunque no van a enfermar de manera grave, explica García sí pueden contagiar a los no vacunados, como personas jóvenes y niños.

Actualmente y con Delta aún más, los niños son un grupo vulnerable. Cuando existe un porcentaje importante de personas vacunadas, añade Tapia, la variante busca a la población no vacunada como objetivo “y la encuentra proporcionalmente más en niños. Habrá que ver si solo se estará trasmitiendo más rápido en esa población no vacunada o son casos más graves”.

Al no estar vacunados su nivel de exposición es mayor, aclara Reyes. “Las vacunas son un muy buen entrenamiento del sistema inmune y se hace necesario que para ellos llegue lo antes posible, la única autorizada en menores de 18 años es Pfizer y para menores de 12 no hay ninguna autorizada”.

Si se considera que aún no hay vacunación para niños menores de 12 años, y aún hay un porcentaje de menores de 18 años que no recibe la vacuna, en especialistas en salud hay preocupación sobre lo que podría significar un aumento en esta variante más infecciosa para ese grupo.

El aumento de la movilidad es otro elemento que favorece un alza posible de Delta y más posibilidades de contagio en niños. Como los colegios ya están empezando a funcionar, dice García hay más contacto y con ello más posibilidad de contagiarse, “eso hace que la probabilidad aumente y si eso ocurre unos pocos van a caer con enfermedad grave u hospitalizados, eso es esperable si se mantiene la dinámica de movilidad actual”.

Si a lo anterior se suma una disminución en las medidas de protección como el lavado de manos, el uso de mascarillas, el distanciamiento y la ventilación, el riesgo para niños aumenta. “Todo esto son juegos de probabilidades que cuando se lleva a la masa de la población pueden ocurrir”, dice García.

En el reciente peak del virus entre abril y junio aumentó el número de niños hospitalizados. Y se observó que muchos tenían factores de riesgo, dice Tapia con patologías como obesidad, “que en niños en Chile es bastante alta, es decir tenemos un importante porcentaje susceptible que nos tiene preocupados”. Según el Mapa Nutricional Junaeb 2020 más de la mitad de los estudiantes tiene problema de sobrepeso u obesidad. La prevalencia de obesidad en escolares alcanza el 25,4%. Un factor que también podría estar influyendo en Estados Unidos.

Estrategia capullo

Tapia añade que en posibles escenarios se debe considerar que las situaciones en el caso de Chile y Estados Unidos son diferentes. “En Chile tenemos afortunadamente un porcentaje de vacunación mayor que algunos estados de Estados Unidos que tiene una cobertura de vacunación más baja, y las hospitalizaciones por Delta se está dando especialmente en pacientes no vacunados, por eso el número de casos es mayor en los estados donde hay baja vacunación”, dice.

La estrategia que se debe mantener, también mencionada por el Minsal dice Reyes es la de “capullo”, es decir que en la población que no se puede vacunar todo su entorno debe estarlo, de modo tal que se mantenga dentro de una burbuja para evitar exponerse al virus. Para eso, se debe lograr que los adultos que no se han vacunado lo hagan lo antes posible, “porque como son posibles grupos de contagio que exponen a los niños que no tienen la posibilidad de vacunarse, es la única forma de protegerlos”, apunta.

Todas posibilidades dependen de cómo se comporte Delta en Chile. Algo que Tapia reconoce es difícil de predecir porque las características de los países son diferentes. Por un lado, están las tasas de vacunación, que es una característica relevante, pero también depende de qué variantes hayan estado circulando previamente.

En Chile predominan actualmente las variantes Gamma y Lambda, y esas circulaciones previas no ha sido comparada con circulación de Delta, explica Tapia. Por ejemplo, en Reino Unido donde circulaba la variante Alfa previo a que llegara Delta, se produjo una rápida difusión.

“Entonces podría influir también el tipo de variante que este circulando en el país. Con los virus en cuanto a su circulación se produce cierto orden, por ejemplo, el virus respiratorio sincitial no aparece al mismo tiempo que la influenza. Los virus se organizan de cierta manera, no se sabe por qué, pero entonces que la variante predomine también depende de eso, puede influir en cómo circula. Finalmente podemos darnos cuenta de que hay cepas que circulan mejor en ciertas poblaciones, es un factor más que hay que analizar, cómo se comporta la variante en relación con las variantes que circulaban antes”, indica Tapia.