Para el asesor senior en Salud Digital de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcelo D’Agostino, es primordial interconectar la información disponible sobre el estado de salud de las personas en el mundo. Tal como se hace actualmente para mostrar el certificado de vacunación o Pase de Movilidad, a través de un código QR. Su objetivo es sentar estándares mundiales para que los datos sobre salud estén a disposición de quienes deban tomar decisiones sobre el control enfermedades transmisibles, por ejemplo.
Para impulsar esta iniciativa, que se hizo más necesaria que nunca durante la pandemia del Covid-19, es que desde la OPS fomentaron la realización de una prueba de interconexión de datos sanitarios a través de una “Conectatón”, realizada en nuestro país y para todos los países de la región. El proyecto es desarrollado por la Red Americana de Cooperación sobre Salud Electrónica (Racsel) y patrocinado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Además, tanto la OPS como Health Level 7 participan como socios estratégicos, y el Centro Nacional de Sistemas de Información en Salud (Cens) coordina esta instancia.
Según D’Agostino, durante esta incursión se espera que Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay se sumen a esta iniciativa, y confluyan en una estrategia integral de transformación digital para mejorar la salud pública regional.
Existen riesgos, claro está. D’Agostino reconoce en entrevista con Qué Pasa que donde haya datos, existirá siempre el riesgo de ser atacados por hackers. Sin embargo, defiende la iniciativa para mejorar la interconexión entre los países de la región, y así impulsar el acceso a la información sobre aspectos sanitarios que podrían ayudar a mejorar la capacidad de controlar epidemias, o cualquier acontecimiento relevante en materia de salud.
- ¿En qué consiste esta Conectatón?
Es un evento que organiza la Organización Panamericana de la Salud con foco en la transformación digital del sector salud. Entonces, estamos organizando un evento que tiene a su vez tres líneas de discusión: Una es el Conectatón, la otra tiene que ver con cómo los países van a acelerar todos los procesos hacia la certificación digital de la vacuna del Covid-19 y cómo se relaciona esto con los sistemas de información de inmunizaciones de los países. Y la tercera línea es una discusión sobre el trabajo de los países en los temas de telesalud, con foco en la lucha contra las enfermedades crónicas no transmisibles.
El Conectatón en sí, lo que hace es profundizar con un grupo de ingenieros que vinieron de nueve países para ver si a partir del desarrollo de sus aplicaciones, digamos de los códigos QR para la de los certificados de vacuna, son intercambiables entre países. Es decir, es una prueba real para ver si funciona el intercambio de datos. Y si yo soy un viajero y tengo mi código QR con los certificados de vacunas, información de un test PCR, el otro país accede a mis registros médicos y obtiene toda esa información de manera automática. Todo esto, a través de una tecnología certificada para evitar que sea información sea falsificada o fácilmente hackeable.
-¿Cómo funciona esta estandarización de certificados y códigos QR a lo largo de los países de la región?
Hay muchos países que ya tienen en mayor o menor medida, con mayor o menor complejidad, certificados de vacunación accesibles a través de códigos QR. Pero no todos los han desarrollado de manera coordinada desde un punto de vista de plataformas tecnológicas o estándares de intercambio de datos. Por la propia situación de la pandemia, cada país desarrolló aplicaciones.
En el medio de todo esto, la Organización Mundial de la Salud sacó unas guías, orientaciones técnicas para que se sigan estándares. Sería como que en algún momento se decidió que la luz roja de un semáforo era el estándar global para parar. Acá es lo mismo, se decide que se aplique este estándar internacional para que los códigos QR sean entendibles más allá de los software que se utilizan en cada país. Lo mismo hizo la Unión Europea, que sacó algo llamado como Green Pass y hay otro estándar que está promovido por la India. Entonces, la idea es que los países que ya están con el código QR puedan estandarizar para que todos los países hablan el mismo idioma. Desde el punto de vista tecnológico.
-¿Cuál es el rol que debe tener las TIC en la Salud digital y cómo esto después va a ayudar a tener más interconectado el historial médico a nivel de la región?
La pandemia ha hecho una aceleración de todo esto, y hoy las TIC ocupan un lugar transversal en Salud. Es decir, difícilmente hay un proceso en el área de salud que no lleve en mayor o menor medida algo de tecnología de información. Por eso es esto lo que te mencionaba del objetivo principal de esta reunión, que va mucho más allá, digamos del Conectatón. Todo tiene que ver con la transformación digital del sector. Es decir, posicionar a todas las áreas de la salud en la era digital y lograr que se beneficien del potencial para enfermedades crónicas, transmisibles y no transmisibles.
También para el tema de atención primaria, para el fortalecimiento de los sistemas de emergencias. Es decir, todas las áreas, incluyendo ahora todo lo que se está denominando como tecnologías emergentes, que básicamente tiene que ver con todo el uso de inteligencia artificial en el sector de la salud. Está posicionado a todos los niveles y en todas las áreas del sector salud.
- ¿Y cómo esta estrategia de desarrollo digital puede mejorar la salud pública en la región? ¿Cómo se puede alcanzar cierto nivel para interconectar la información de la salud a nivel panamericano?
Para ordenar un poco el trabajo, definimos unas principales líneas de acción que vienen a fortalecer de alguna manera el sector de la salud. Entonces, por ejemplo, algo que nosotros insistimos que antes no se veía ni se pensaba como un potencial tema de salud es el tema de conectividad, de ancho de banda, que antes se veía como un tema meramente tecnológico o para otro tipo de actividades. Sin embargo, las medidas del confinamiento de quedarse en casa, personas en aislamiento, personas con necesidad de teletrabajo, chicos con necesidad de continuar las escuelas, etcétera.
Ahí quedó claro que una medida de salud pública como el de quedarse en casa iba a ser efectiva si era acompañada del tema de conectividad y ancho de banda. Después viene también de otras áreas, como el acceso a datos críticos para toma de decisiones rápidas. La única manera de lograrlo es si esos datos están procesados y accesibles. Y la única manera de lograr eso es que haya buenos sistemas de información que estén completamente automatizados. Pero entonces es como una cadena de valor que al final termina fortaleciendo el sistema, y al final de cuenta la salud del ciudadano.
-En términos de ciberseguridad, ¿cómo es posible que a medida de que se va ampliando esta red de información, también se evite el riesgo de vulneraciones a datos sensibles?
Bueno, sí, ese es un punto. Durante la pandemia, y en los últimos meses hubo muchos hackeos a grandes bases de datos. Países de más de 400 millones de registros médicos fueron hackeados con información, digamos, de apellido y nombre de las personas. Es decir, donde hay datos hay hackers. Es una una premisa básica del mundo informático.
Es imposible que no hayan problemas de ciberseguridad, pero nosotros trabajamos con grupos de expertos que hacen que sea el menor riesgo posible frente a un mundo interconectado, donde también la información de los registros médicos o cualquier base de datos que hay esté relacionada con temas de salud. Es muy atractiva para aspectos de ciberseguridad. Por eso es importante. Nosotros promovemos ese concepto del trabajo interdisciplinario en el cual hoy esa es una área de especialización extrema y es importantísimo que el sector salud coloque también expertos de ciberseguridad a la hora de formular políticas y de tomar decisiones.
-¿Qué tipo de información en salud debería ser más resguardada que otra?
Lo que se trata de evitar al máximo posible es siempre el tema de la identificación de datos personales, en particular apellido, nombre, documentos o datos. Pero también datos que puedan hacer fácilmente identificable a las personas. Hay gente que piensa que porque el apellido y el nombre están encriptados o no están puestos, la persona no es identificable y después hay mil formas de descifrar con los algoritmos que hay dando vuelta y con la conexión que hay entre bases de datos.
Entonces eso es básicamente el centro de la discusión. Ahora, después se trabaja con otro tipo de métodos y de técnicas, pero ya son mucho más específicas que están inspiradas en los procesos de ciberseguridad de los bancos. Que son los que tienen mayores controles.
-¿Esta información sobre la salud de la población debería ser de libre acceso?
Sí, aunque deben existir políticas y procedimientos de intercambio de datos que deben ser compartidos, qué datos pueden ser agregados para análisis y toma de decisión, y qué datos son catalogados como clasificados. Hay diferentes niveles de clasificación, es un tema de norma y procedimiento más que un tema informático, por decirlo de alguna forma.
Ahí es donde se da la complejidad. Hay gente que no tiene problema en compartir sus datos, hay gente que no quiere compartir nada, hay gente que comparte sin saber para qué lo comparte. Entonces se produce una convergencia de aspecto complejo que va mucho más allá de lo tecnológico. Tiene mucho que ver también con la generación de conciencia. Hay gente que comparte datos a fines de investigación. Hay gente que bajo ningún concepto los compartiría. Ahora, si una aseguradora o alguna farmacéutica comparte datos con otro fines, y si esos temas que van por fuera de la ley, digamos, y ahí ya es otro el camino.
-¿Cuál es la principal proyección que buscan ustedes desde esta intención de generar interoperabilidad o ampliar esta red de información a nivel panamericano?
A nivel de visión es posicionar con un rol de liderazgo a los ministerios de Salud y al sector salud en las iniciativas de gobierno electrónico. Eso es como un marco de visión en un marco técnico. Es avanzar hacia la interoperabilidad, promoviendo al máximo posible el uso de estándares internacionales para intercambio de datos, información, imágenes, etcétera.
-¿Cómo contribuye a que esta interoperabilidad el desarrollo de tecnologías en telecomunicaciones como la expansión de la red 5G?
Bueno, es que en realidad si uno adopta estándares internacionales para la interoperabilidad, esto se aplica a una plataforma de registros de salud, a una plataforma de telemedicina. Esto es, digamos, como si uno lo pudiera ver en capas. Hay una primera capa de datos, otra capa de aplicaciones tecnológicas, otra capa de estándares, y después viene la parte que ve el usuario. Por eso es que insistimos en lo técnico en estos estándares para interoperabilidad, porque después no importa el tipo de aplicación, no importa si de código abierto o de propietaria. Si sigue estándares, entonces va por buen camino.