Los pacientes con Esclerosis Múltiple pueden llevar una vida normal, lo relevante es la consulta precoz porque con ese diagnóstico se puede controlar la enfermedad y mantener la calidad de vida del paciente.

Entre sus características, está que se presenta principalmente en la población joven (entre 20 y 40 años), laboralmente activa. Se trata de una enfermedad autoinmune, crónica, que afecta al cerebro y la médula espinal, y que consiste en una lesión en la vaina de mielina, que es el material que rodea, protege las células nerviosas y facilita la conducción de los impulsos eléctricos.

En Chile se estima que la prevalencia es de 12 por 100 mil habitantes, siendo las mujeres las más afectadas (3:1). Los avances en los últimos años en cuanto al diagnóstico y tratamiento han permitido también mejorar considerablemente la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad y el acceso a los diferentes tratamientos es fundamental.

Chile ha avanzado en esto, pero aún queda tomar conciencia y perfeccionar los sistemas para hacer realidad los beneficios como, por ejemplo, el tiempo de espera antes que el paciente inicie una terapia efectiva, ya que puede haber un mayor riesgo de discapacidad en el mediano y largo plazo, lo cual es posible de evitar.

Así también es necesario erradicar los miedos inherentes a la enfermedad como el embarazo: una mujer con Esclerosis Múltiple puede enfrentar sin miedo la planificación familiar puesto que hay terapias que permiten mantenerlas durante el embarazo, parto, puerperio y lactancia sin riesgo para el recién nacido con terapias como el acetato glatiramero, que es el que más experiencia tiene a este nivel.

Conocer la enfermedad, sus síntomas y tratamientos hace que los mitos desaparezcan y que los pacientes vean que la patología se puede manejar y tener una vida bastante normal, asumiendo una nueva condición y para eso, nosotros como sociedad debemos también tomar conciencia e informarnos.