La transformación digital tiene revuelto el mundo de las empresas. Ya casi no se habla de otra cosa. Libros, artículos y papers nos explican en qué consiste y qué debe hacer su empresa para implementarla. "Digital" viene de dígitos, de los dedos de la mano, no de los dígitos binarios 0 y 1, como se suele pensar. Antes que ser una transformación tecnológica informática, esta es una revolución humana. El mundo se nos está volviendo "disponible en la punta de los dedos…a la mano", como lo decía el filósofo Martin Heidegger hace ya casi un siglo.
Interactuar con la información solía ser un asunto tedioso y complejo. Algo de expertos. Hoy, nos relacionamos con los datos de manera intuitiva, como si fueran objetos. La llegada de dispositivos digitales como smartphones y tablets desde hace casi una década, nos habituaron a operar con nuestros dedos directamente sobre pantallas. Esto hizo toda la diferencia. Ahí nos volvimos "digitales". Pero hay otros aspectos esencialmente humanos en la transformación digital. Por años se habló de crear "clusters" de empresas en torno a industrias. Un esfuerzo voluntario de empatía e igualdad entre grandes empresas, clientes y sus proveedores.
Difícil de sostener cuando los grandes pierden la voluntad. No obstante, la transformación digital de las industrias las está clusterizando de facto. Se están configurando verdaderos ecosistemas de empresas que colaboran y compiten. El retail es un ejemplo de esto: la información la aportan todos y sirve a todos. Corner Shop hubiese sido un competidor, hoy es un apalancador para Walmart. El poder dominante de las grandes cadenas se re-distribuye entre múltiples actores.
En el mundo inmobiliario, sólo la transformación digital conseguirá que las inmobiliarias, sus clientes, los bancos, notarías, conservador, direcciones de obras, etc., se integren en torno a mejorar la experiencia del comprador de un bien inmueble. Se acabará el efecto "caja negra" y "compra huevos" que conlleva una escrituración; y la persona tendrá a la mano y en "la punta de los dedos" la posibilidad de tomar propiedad de lo que compró. ¡Viva la era de los Dedos!