En 2016, el 70,43% de los estudiantes que egresaron de IV medio realizó los trámites para postular a los beneficios estatales para financiar la educación superior. De ellos 68.915 estaban dentro de la categoría de vulnerables. Sin embargo, 9.598 de los estudiantes vulnerables no recibieron beneficios estatales, y 4.461 de estos contaban con el reconocimiento de prioritarios por el Ministerio de Educación (Mineduc).
Así lo destaca un reporte que hizo un seguimiento a los jóvenes egresados de 4° medio en 2016, quienes postularon a beneficios y se matricularon en la educación superior en 2017, realizado por Fundación Colunga y la consultora Cliodinámica, en conjunto con Fundación Por Una Carrera, organización que promueve el acceso a la educación superior.
El trabajo analizó la asignación de beneficios estatales para la educación superior en Chile, según distribución territorial, género, tipo de establecimiento y vulnerabilidad, para así evaluar el funcionamiento del sistema de asignación de estos beneficios.
Estudiantes prioritarios
Si se compara por nivel de vulnerabilidad de los jóvenes, el estudio detectó que a mayor vulnerabilidad mayor asignación de beneficios. Pese a ello, 12% de jóvenes que cuentan con la categoría de prioritarios (4.461 alumnos) y que postularon a becas al matricularse en la universidad, no recibió apoyo para financiar su carrera.
¿Qué se entiende por estudiantes prioritarios? Al hablar de beneficios, Mineduc los define como aquellos en que la situación socioeconómica de sus hogares puede dificultar sus posibilidades de enfrentar el proceso educativo. Los preferentes, en tanto, son los que no tienen la calidad de alumno prioritario y cuyas familias pertenecen al 80% más vulnerable de la población.
Al observar por género, el reporte destaca que de los 9.598 jóvenes vulnerables con problemas de exclusión en la asignación, 54,7% corresponde a mujeres. Al ver los 4.461 jóvenes prioritarios con las mismas dificultades, 55% son mujeres. La proporción de mujeres en la matrícula inmediata en la educación superior es mayor que la de los hombres (51,5%), lo que muestra una mayor participación de las mujeres en el fenómeno de exclusión de los mecanismos de financiamiento.
Para acceder a los beneficios y becas que actualmente existen al ingresar a la educación superior, los jóvenes postulan a través del Formulario Único de Acreditación Socioeconómica (Fuas). Las posibilidades que tienen son acceder a gratuidad, becas y créditos de arancel, junto a otros beneficios complementarios como los que otorga Junaeb.
El reporte comparó las postulaciones por nivel de vulnerabilidad, detectando que de los jóvenes que egresan de 4° medio, reconocidos como prioritarios postulan menos que los alumnos reconocidos como preferentes, pese a tener mayor vulnerabilidad.
Diferencias en regiones
A nivel nacional, la postulación a beneficios estatales presenta diferencias. Es así como en la Segunda y Décimo Segunda Región presentan una postulación significativamente menor, con porcentajes de 62,69% y 62,72%, respectivamente. Aysén, por su parte, es la región con mayor nivel de postulación, con 78,59%.
Gaspar Marhuenda, director ejecutivo de Cliodinamica Consulting, indica que los sistemas de apoyo no están llegando a toda población prioritaria, replicando condiciones de pobreza en grupos vulnerables. "Si las regiones más pobres del país son las que menos acceden a la educación superior, y los jóvenes más vulnerable postulan menos a los beneficios estudiantiles, estamos dejando fuera a los que más lo necesitan", asegura.
"La educación superior es la principal herramienta de movilidad social en el país, pero es importante entender que cada región enfrenta desafíos diferentes", agrega Francisco Fernández, director ejecutivo de Fundación Por Una Carrera. Por ello, resalta, se debe poner especial foco en los que más necesitan, y apoyarlos "para tomar la decisión de estudiar y postular a los beneficios que existen para poder financiarlo" .
Una situación similar presentan los establecimientos educacionales municipales, que cuentan con mayor proporción de asignación de beneficios, pero postulan menos que los establecimientos particulares subvencionados. Esto último podría explicarse por "problemas de información", detalla el reporte.
En los modelos de protección social hay brechas que hacen que los sistemas no funcionen, señala Arturo Celedón, director ejecutivo de Fundación Colunga. Por eso, dice, en Colunga buscan identificarlas y encontrar soluciones para mejorar la calidad de educación. "Las oportunidades que se pierden en el acceso de la educación superior es una de esas brechas. Por eso articulamos varias iniciativas que busquen soluciones efectivas e innovadoras. Desde la fundación creemos que mejorando la educación, construiremos una sociedad más libre e integral".
¿Por qué quiénes más lo necesitan no cuentan con apoyo para estudiar? El reporte establece como respuesta a esa interrogante principalmente el acceso desigual a la información que presentan los establecimientos que concentran población escolar vulnerable. A lo que se suma el carácter voluntario y autónomo de la postulación a estos beneficios.
Esas condiciones generan exclusión a los jóvenes que tienen menor acceso a las redes de difusión del Mineduc. Junto con, indica el estudio, menores expectativas respecto de las posibilidades de acceder a la educación superior, "y menor acceso a espacios de orientación vocacional donde puedan recibir el apoyo necesario para la toma de decisiones respecto al acceso a la educación superior".