Chile ya superó los 150 casos confirmados de contagio de coronavirus. El objetivo es que el mayor número de ciudadanos posible permanezca en su casa durante las próximas dos semanas, con el fin de frenar la propagación del virus, ya catalogado como pandemia.

El ejemplo más reciente es Italia. En el país europeo, donde ya se anotan 27.980 casos de contagio, el virus ha avanzado vertiginosamente, en gran parte porque las personas no tomaron los resguardos necesarios, y no siguieron al pie de la letra las instrucciones de las autoridades sanitarias.

El objetivo es que esto no se repita de la misma forma en Chile. Sin embargo, muchas empresas aún no activan el protocolo, y muchas personas aún deben asistir a sus empleos.

Muchos empleos no permiten teletrabajo. La idea es que los que sí se pueden realizar de manera remota, cumplan con solicitud.

Frente a este escenario surgen algunas interrogantes: si por el bien de mi salud, quiero trabajar desde mi casa, pero la empresa se niega a aceptar la solicitud, ¿me pueden obligar a quedarme en la oficina?

En Laborum establecen que el teletrabajo, al no estar normado por una ley, “es un acuerdo entre ambas partes, empleador y empleado. Por lo tanto y según información de la Dirección del Trabajo, si este acuerdo no existe, la asistencia al trabajo debe ser obligatoria. Sin embargo, de acuerdo a datos entregados por la ministra del Trabajo, si una empresa no cumple con las condiciones sanitarias correspondientes, el colaborador puede hacer abandono del lugar sin verse perjudicado con su permanencia en la organización”.

Natalia Zúñiga, directora de marketing & comunicaciones de Randstad, añade que el trabajador acepta las condiciones de su empleador desde su contrato, pero el empleador debe garantizar que se cumplan todas las indicaciones y recomendaciones que han hecho las instituciones oficiales respecto a esta situación puntual. “Ahora, si la compañía no tiene implementado teletrabajo, la sugerencia es que el colaborador levante sus funciones prioritarias y acuerde con su jefatura cómo sacarlas adelante ante situaciones contingentes como las que atravesamos hoy”.

“En teoría, todas las personas que trabajan utilizando un computador y un celular, podrían teletrabajar (a tiempo completo o algunos días a la semana), pero para tener la categoría de teletrabajador se requiere de un contrato laboral y es justamente la ausencia de una Ley sobre Teletrabajo que regule estos derechos, la que debiera prontamente aprobarse, no solamente para enfrentar la actual crisis, sino para que el teletrabajo que estamos viviendo como medida de contingencia pueda seguir existiendo pasada esta alerta sanitaria”, argumenta el Investigador y académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la U. Austral de Chile, Cristián Salazar.

La recomendación es entregar este tipo de beneficio y adaptarse a esta modalidad, “pues está en juego la salud de los equipos de trabajo y de todo el país. Hoy en día y con el avance de las tecnologías contamos con variadas opciones que nos permiten realizar teletrabajo, ya sean programas especiales que nos permiten ver el computador de la oficina, drive para trabajar con los documentos en línea, videoconferencias, entre otras cosas”, agrega Laborum.

Es necesario el teletrabajo frente a una situación como la que vivimos, “ya que una de las recomendaciones para enfrentar el contagio del coronavirus, tomando en cuenta que no habrá vacuna en menos de 18 meses, es la “distancia social”, la cual limita el número de personas con las cuales un infectado tiene contacto (y potencialmente contagia), aún antes de darse cuenta de que tiene el virus”, dice Zúñiga.

"Primero hay que entender que el teletrabajo es una tendencia laboral que se ha abierto camino hace bastante tiempo, pero que muchas veces las empresas son reacias a implementar debido a que piensan que la productividad puede bajar, señala Laborum.

Con respecto a los beneficios de este formato, Laborum explica que “el teletrabajo mejora los índices de retención del personal pues le entrega a su colaborador un mejor tiempo de calidad de vida, evitando los momentos de traslado de ida y de vuelta que en la mayoría de las veces producen estrés y un gasto económico grande, lo que se retribuye con un mayor compromiso con la empresa".