¿Por qué Colombia decidió redactar una nueva Constitución?
En 1990 hubo un movimiento estudiantil, que fue apoyado por distintos sectores y que pedía depositar un voto adicional en las urnas, a favor de realizar una Asamblea Constituyente. Se llamó el movimiento de la Séptima Papeleta. En ese momento, de acuerdo a la Constitución colombiana vigente, no existía la posibilidad de hacer Asambleas Constituyentes. Este fue un movimiento que pidió algo que no estaba en la Constitución. Eso tuvo mucho impacto, recibió mucho apoyo de muchos sectores diversos y finalmente se fue a las urnas y se introdujo el voto, pero como no era legal, no se contaron, quedó la impresión generalizada que habían sido millones de personas las que habían votado.
¿Cómo fue el proceso?
En 1990 había elecciones de Presidente y de autoridades como alcaldes. Cuando fue elegido el Presidente César Gaviria dijo: ‘Vamos a convocar una Asamblea Constitucional, vamos a hacerle caso a los ciudadanos’. Él quería una Asamblea que fuera con un temario limitado, preestablecido. Mediante un decreto de Estado de excepción convocó a la Asamblea Constitucional. Ese decreto tenía que ir a revisión de la Corte Suprema de Justicia y se votó que sí se debía hacer una Asamblea, pero con plenos poderes y que el temario que se había presentado no tenía vigencia. Los liberales sacaron un punto más de un tercio de los votos, los conservadores -que se habían dividido en varias facciones- sacaron otro tercio y nosotros, el M19 -que habíamos firmado un acuerdo de paz-, sacamos el otro tercio. Hicimos un acuerdo para hacer una presidencia colegiada, con un liberal, con un conservador y un miembro del M19, que era yo. Esto sirvió para que el funcionamiento de la Asamblea fuera de concertación, de que se hiciera la mejor Constitución posible. Ese fue el ambiente que primó durante los cinco meses que funcionó la Asamblea de 1991.
¿Ustedes tuvieron listas de partidos políticos?
Hicimos una cosa distinta: hicimos listas nacionales para la Asamblea Constituyente, y eso daba la posibilidad de que todos los votos nacionales se sumaran. Eso fue una posibilidad para nosotros que éramos una fuerza completamente nueva. Habíamos firmado el acuerdo de paz el 9 de marzo de 1990 y la votación del Constituyente fue el 9 de diciembre de 1990. Entonces lo que hubo de nuevo fueron las listas nacionales.
¿Qué lección saca de todo este proceso?
Yo creo que debimos haber tenido tres meses más, porque al final nos estaba faltando tiempo. Los temas que quedaron en la Constitución eran los que estaban más estudiados previamente. La Asamblea hizo por supuesto una nueva Constitución, disolvió el Congreso, llamó a nuevas elecciones del Congreso, y estableció unos cambios muy importantes, empezando porque definió el Estado social de derecho como la definición del Estado colombiano, dándole una gran importancia a los derechos fundamentales, sociales y políticos. Hubo mucho trabajo colectivo.
¿Cree que eso fue lo suficientemente representativo de la sociedad?
Aquí hubo una cosa que tuvo un impacto muy grande. Los políticos tradicionales no creían mucho en la Asamblea, no le pusieron atención al tema, porque tenían que renunciar al Congreso para poder estar en una lista de Asamblea. Entonces casi nadie renunció y no participaron. Sí participaron otros grupos.
¿Qué pasaba con los temas en los que no había acuerdo?
Fue una Constitución completamente nueva. Los constituyentes tenían plenos poderes y finalmente se votaba, votábamos tres veces. En muchos temas lo que hicimos fue grandes discusiones y votábamos por la mayoría.