Candidatos o candidatas a la Convención y también sus asesores. Ese es el público al que está dirigido el programa de formación constituyente realizado por el Observatorio Nueva Constitución, la inciativa que reúne a académicos y expertos de distintas universidades y que va a monitorear lo que suceda en todo el proceso constituyente.
Aquí, el coordinador de ese programa, el académico y doctor en ciencia política Carlos Meléndez explica los objetivos de la iniciativa y también analiza el factor de los independientes en la próxima elección del 11 de abril y cómo se abre un proceso de renovación de las elites.
¿Por qué es relevante que candidatos y candidatas a la Convención pasen por algún programa donde se le enseñen ciertas cosas de la institucionalidad y la organización política del país?
Tenemos un gran desafío que es elaborar una Carta Magna, una Carta Constitucional que trate de resolver la crisis de representación que hay en el país. Estamos ante la necesidad de generar un nuevo pacto social pero es un pacto social del siglo XXI. Es un pacto social en un contexto en que los partidos están muy debilitados, en que las coaliciones partidarias tradicionales están debilitadas y por lo tanto, el desafío es mayor. Entonces, lo que nosotros quisimos hacer es contribuir a dar mayores elementos para que al momento de que empiece la deliberación, en ese momento en que empiecen a generarse los espacios para la contribución de propuestas, se hagan con los desafíos propios de un mundo pandémico, de un mundo del siglo XXI donde se tienen que seguir discutiendo cuestiones tradicionales, cuestiones convencionales, como la forma de gobierno, como la diferencia entre sistemas presidencialistas, semipresidencialista o parlamentarios.
Mucho se ha hablado respecto al perfil de quiénes serán los convencionales y también hay reticencia a que se llene de especialistas. Por eso, ¿qué materias crees que son relevantes?
Como tu dices, no estamos ante un espacio de especialistas. La elite en general, la elite política, económica, social, del país está transformándose, está cambiando. Se necesita un pacto constitucional que te permita renovar las elites. Y para renovar una elite lo que tienes es que trabajar con personas comunes y corrientes, con profesionales que no necesariamente son expertos en política, no son expertos en derecho, no son expertos en ciencia política, no son expertos en ciencias sociales. Por lo tanto lo que hemos elaborado son pequeños cursos asincrónicos donde tratamos de describir cuestiones fundamentales, algo así como el glosario básico para empezar la discusión. Es decir, cuál es la diferencia entre sistema político y entre régimen político. Cuál es la diferencia entre partido político y sistema de partidos políticos. Cuando hablamos de movimiento social, cuando hablamos de partido político. Cuando hablamos de un sistema unitario, de un sistema federal. cuando hablamos de derechos con un enfoque convencional o un enfoque de perspectiva de género. O sea es el glosario mínimo, el vocabulario mínimo para una suerte de primer escalón para partir de ahí, elaborar un debate y contribuir a una deliberación mucho más compleja.
Vivimos momentos de alta polarización política y probablemente la Convención no va a ser la excepción. ¿Qué elementos van a transmitir en el programa para favorecer el diálogo y la deliberación en la Convención?
Estamos preocupados por eso en términos sustantivos y en términos de metodología. En términos sustantivos, creemos que el pluralismo es el valor que debemos rescatar para fortalecer la democracia. Efectivamente, los debates en los últimos años, desde el momento mismo del retorno a la democracia, al momento de tener dos coaliciones, se ha sacrificado mucho el pluralismo político en el país y eso nos ha llevado a una polarización. Nosotros creemos que el pluralismo es un valor a rescatar de la democracia, es uno de los pilares de la democraciamy queremos orientarlo por ese lado. En términos sustantivos eso nos va a permitir no solamente rescatar, no solamente la diversidad política sino la diversidad social, la diversidad de origen, la diversidad económica que tiene el país.
¿Y cómo se puede “enseñar” a dialogar?
En términos metodológicos también lo haremos porque los cursos que ofrecemos no son cursos solamente dirigidos por especialistas en derecho o en ciencia política. Tenemos también unos talleres que nos van a permitir el desarrollo de habilidades blandas, talleres hechos por especialistas en comunicación política, talleres hechos por especialistas en deliberación y en toma de decisiones que complementan la parte sustantiva de la propuesta de formación y se tientan por ejemplo, a cómo construir metodologías que te permitan generar acuerdos y divergencias.
Una cifra relevante que nos dejó la inscripción de candidatos y candidatas a la Convención es que el 61% de los inscritos son independientes. ¿Qué nos dice eso del momento actual de los partidos políticos en Chile y de su futuro post convención?
Si uno compara procesos constituyentes en el vecindario uno encuentra que esos procesos han ido acompañados de movimientos políticos, ya sean partidarios o ya sean movimientos políticos sentidamente bastantes sólidos. O sea la Constitución boliviana, se hizo con el MAS muy fuerte, la Constitución de Ecuador con un correísmo vigoroso, lo mismo podemos decir del chavismo en Venezuela. En nuestro caso, estamos viendo un proceso constitucional con las elites políticas débiles, con las elites políticas debilitadas. Es decir, no hay un movimiento político propio que se apropie del proceso constituyente y que dirija hacia un lado o hacia otro, este momento constituyente que vive el país. Esa es una novedad. Lo cual tiene sus ventajas y sus desventajas. La principal desventaja es que necesitamos guías, necesitamos nortes para poder conducir el debate constitucional y, en ese sentido, quiero enfatizar precisamente en el rol que van a cumplir los independientes. Y eso también tiene que ver, además, con una característica de nuestro programa.
¿Por qué?
Recién están comenzando con las inscripciones de los candidatos a formar parte de nuestro programa de formación. Pero la mayoría de inscritos son independientes. La demanda de ese tipo de cursos precisamente vienen de los independientes porque a diferencia de otros procesos el proceso constitucional chileno va a tener un rol protagónico de figuras independientes, figuras que no han sido socializadas políticamente dentro de los partidos políticos y esto tiene ventajas y desventajas. La ventaja es que te va a renovar la elite, la ventaja es que te va ayudar a ver el país, a ver el debate constitucional desde otra perspectiva, desde la perspectiva del activista, desde la perspectiva del mundo de la cultura, desde la perspectiva del mundo de las artes por ejemplo.
¿Y hay desventajas?
La desventaja es a quién le responde el independiente, a quién se debe el independiente. Entonces, cómo se comunica con su electorado el independiente, quiénes son los seguidores del independiente, cómo agrega las demandas de la ciudadanía el independiente. Y ahí creo yo que está el talón de Aquiles de este proceso y es donde queremos precisamente ayudar. Lo que queremos es a esas figuras independientes que tienen un rol protagónico en el debate político, y que van a tener un rol protagónico en la Constitución. Tenemos que ver mecanismos para que puedan agregar los intereses de su electorado. Lamentablemente los independientes en América Latina, se divorcian con mucha facilidad de sus electores. No queremos que suceda lo mismo que ha sucedido en Perú, lo mismo que ha sucedido en Ecuador, donde los independientes reciben un cheque en blanco y hacen lo que les da la gana. Necesitamos independientes que hagan accountability con su electorado. Pero para un independiente, le es muy difícil conocer su electorado porque no pertenece a un partido. Entonces, esa es justamente la debilidad que esperamos que con este tipo de iniciativas podamos enmendar.
¿Y cómo se pueden crear formas para que ese independiente, que le cueste identificar a sus votantes, logre hacer un accountability efectivo?
Institucionalizar mecanismos de comunicación directa y la iniciativa de los cabildos por ejemplo, es un tema muy interesante porque nació de abajo, nació del espíritu y de la energía ciudadana producida por el estallido social. Entonces no tenemos que perder de vista ese tipo de sinergia ciudadana, autónoma que va formando sino que sea el espacio de comunicación de los independientes sin partido político. El independiente a lo largo del año que sale elegido y del año que tenga que legislar, no tiene que estar sentado en el escaño del asambleísta, de convencional, en este caso, si no que tiene que estar la otra mitad del tiempo en reunión permanente con la sociedad activa y eso, es lo que necesitamos fortalecer.
Es un desafío grande que los independientes logren ser un activo. Nadie quiere que sean una especie convencionales que logren como más allá de digregar la conversación con ideas distintas, que eso genere algo en contra de la propia deliberación...
Sí y es un riesgo. Te lo digo por experiencia comparada. Eso es lo que ha pasado con los independientes en otros países. El caso más extremo es el caso peruano donde el dominio y el monopolio lo tienen los independientes. Y claro, una vez que son elegidos, no tienen una comunicación con su elector y el elector también termina perdiendo la fe en la presunta renovación de la elite.