“Un independiente de derecha, de la derecha de siempre, pero moderna y razonable”. Así se define a sí mismo Francisco Orrego, abogado y ex presidente de TVN que está presente en la carrera por un cupo constituyente como independiente. A través de discusiones como el derecho a la propiedad y un mejoramiento en el acceso a la justicia y el orden público, buscará ser el representante del distrito 11.
¿A qué se debe su decisión de ir como candidato independiente, sin ninguna lista?
La decisión de ser candidato constituyente y de participar en la elaboración de esta nueva Constitución, surgió al día siguiente a la firma del Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución. Soy de los que, de alguna manera, sintieron impotencia e indignación de ver a la clase política renunciando a la Constitución de 1980 y entregándola, por así decirlo, como ofrenda a los dioses.
Mi lectura es que la derecha necesita a alguien independiente de verdad como yo, que levante la voz en la convención cada vez que los partidos de la centroderecha estén entregando o haciendo concesiones a la centroizquierda, en materias fundamentales.
Ha manifestado que “no es necesario tirar todo por la borda y partir de una hoja en blanco para mejorar la actual Constitución”. ¿Por qué motivos?
Soy de los convencidos del aporte que la Constitución de 1980 ha hecho al progreso de Chile en los últimos 40 años. El modelo económico que hoy día tenemos y que fue diseñado durante la segunda mitad de los años ’70, fundado precisamente en los principios y normas constitucionales que todavía están vigentes, sirvió de base a este desarrollo y progreso nunca antes visto en Chile.
Más que hacer un listado o el cambio de las materias que tienen que permanecer o cambiarse, creo que el trabajo constituyente debería enfocarse en cuáles deben ser aquellas materias que requieren una mejora o perfeccionamiento en la actual Constitución.
El “derecho a la vida” es uno de los temas que usted buscará asegurar si resulta electo. ¿Cree que actualmente esto no está lo suficientemente protegido en la Constitución?
No está lo suficientemente protegido, incluso es más, hay una candidata a constituyente, Pauline Kantor, que se declaraba recientemente partidaria del aborto libre y de plebiscitar la eutanasia, entre otras materias. A diferencia de ella, yo elijo la vida siempre. Soy partidario de establecer en la nueva Constitución, la prohibición del aborto libre y de la eutanasia de manera categórica.
¿Cuál es su posición frente a la eventual transformación del régimen político? Algunos plantean que se debería plasmar un cambio en el sistema presidencial.
Algunos más aventurados todavía proponen uno parlamentario, pero sólo por el objeto de poder darle mayor protagonismo y cabida al Congreso Nacional en el quehacer político. Para mí, el sistema presidencial por lejos es el mejor sistema para la realidad chilena, en parte porque es el que mejor se ajusta a nuestra tradición constitucional y a la idiosincrasia nacional. Luego de haber visto al Congreso en el último año, creo yo que sería una irresponsabilidad hacer experimentos.
A su juicio, ¿cuán relevante sería discutir el derecho a la propiedad en la Convención?
Hay tres que a mi juicio son los pilares del modelo económico existente. El primero es la libertad de emprendimiento e iniciativa privada; segundo, el derecho de propiedad y tercero, la existencia de un Banco Central autónomo. Ahora, en el caso del derecho de propiedad, es sin duda el principio más relevante a nivel constitucional, mientras que las normas que regulan, por ejemplo, la actividad económica o empresarial del Estado, terminan siendo una suerte de muro de contención a esta ambición ilimitada que tiene el Estado de intervenir en todos los sectores económicos.
¿Cómo abordaría otras materias como el acceso a la justicia y el orden público, en la Constitución?
Lo que nosotros tenemos que avanzar, es a buscar un sistema que permita un acceso igualitario a todas las personas a la justicia. Uno se pregunta por qué muchas veces las Fuerzas Armadas o policiales no actúan de manera más enérgica, y la respuesta es muy simple. Al final, los políticos los tienen con las manos amarradas con leyes que son prehistóricas y no les dan los recursos necesarios. Peor aún, no le dan el respaldo político, al final las fuerzas policiales y las FFAA no se atreven a intervenir, producto de que tienen e inseguridad o incertidumbre respecto de las consecuencias personales que ellos pueden tener.