Fue Comandante en Jefe de la Armada, senador por Valparaíso y más tarde, embajador de Chile en Turquía. Ahora a Jorge Arancibia (81) lo ha motivado otro camino durante los últimos meses: ser constituyente por el distrito 7 (Valparaíso-Viña del Mar). Como independiente con cupo UDI, buscará impulsar ejes como la seguridad, la modernización del Estado y la educación integral.
“A estas alturas del partido diría que el tema de la seguridad es lo central, lo que más me preocupa y me inquieta”, apunta Arancibia.
¿Cuáles son los aportes que podría realizar como posible constituyente?
Por la experiencia acumulada en los años en el ámbito de manejo de una empresa como la Marina, haber sido posteriormente parlamentario en el Congreso y embajador en el ámbito internacional. En lo personal, me he focalizado en temas específicos, uno de ellos es la indudablemente necesaria modernización o una rearticulación del Estado a objeto de que sea más efectiva y eficiente. Ahí paso a un tema que para mí ha pasado a ser de primera necesidad, la seguridad.
¿Cómo debería definirse el concepto de seguridad nacional y el concepto de seguridad pública?
Son dos cosas distintas. La seguridad nacional tiene aspectos económicos, sociales, culturales, que tienen que ser observados en el espacio de la seguridad nacional. Y está la variante indudable de la responsabilidad que le cabe a las Fuerzas Armadas, al Gobierno y al Estado de Chile de garantizar los espacios nacionales para su mejor aprovechamiento y explotación. La otra seguridad apunta más bien al tema interno delictual, en eso estamos falentes en este momento. Esa es una responsabilidad principal del Ejecutivo y como su órgano de maniobra, que son Carabineros y la Policía de Investigaciones. Hay que separar los dos espacios.
¿Cree que en el concepto de seguridad que se va a abordar en la nueva Constitución debe tener como punto esencial el respeto por los Derechos Humanos?
El respeto por los Derechos Humanos debiera estar considerado no solo en temas de seguridad, sino que al ámbito concreto del accionar de la política nacional. Los Derechos Humanos están en la legislación, en la educación, en la salud, en los más variados ámbitos del quehacer nacional. Independiente de la definición que para este fin tenga las Naciones Unidas, los derechos que tienes de recibir una buena educación o salud, de sentirte segura, son Derechos Humanos. Y eso va mucho más allá del tema de la seguridad interior o de la seguridad policial.
¿Cuál es su posición frente a un cambio en las atribuciones de las Fuerzas Armadas?
Esos cinco artículos que están actualmente en la Constitución reflejan más o menos el quehacer, la obligación, la responsabilidad y la subordinación que tienen esas instituciones al poder político legítimamente establecido. Me parece bien, no creo que debiera modificarse lo relativo a las Fuerzas Armadas que hay en la actual Constitución. Ya fue sustancialmente modificado en la transformación que se hizo en el año 2005, donde se sacaron atribuciones y consideraciones especiales hacia las Fuerzas Armadas.
¿Cuáles son los ejes que mantendría de la actual Carta Fundamental?
La actual carta tiene cosas extraordinariamente importantes. Al principio decían “vamos a llegar entonces con una hoja en blanco”. La primera impresión que tuve fue chocante. Es decir, cómo vamos a ser tan pretenciosos de ignorar lo que forma parte de nuestra cultura, nuestra historia. Pero a medida que pasa el tiempo y voy conversando con personas, me doy cuenta de que el mencionar que vamos a entrar con una hoja en blanco significa una libertad para el constituyente de no tener ataduras específicas a una contingencia política particular. Espero que si el día de mañana soy elegido constituyente, poder llegar con un ánimo abierto, de escuchar y debatir para sacar una carta fundamental que realmente oriente y ayude a los chilenos en los próximos 40 o 50 años.
En concreto con la modernización del Estado, ¿qué transformaciones de los poderes del Estado son necesarias de abordar en la Carta Constitucional?
Se habla mucho de un sistema presidencialista extremo y la verdad es que lo que vemos es un sistema presidencialista que no es capaz de aplicar las atribuciones que tiene por una serie de consideraciones adicionales. Entonces, me parece que las responsabilidades de Estado debieran compartirse más entre el Ejecutivo y el Legislativo. Hay una serie de propuestas que he estado escuchando y conversando, que apuntan a un semipresidencialismo. Más o menos por ahí apunta, a un reequilibrio entre el Ejecutivo y el Legislativo.