A dos meses de la instalación del gobierno de Sebastián Piñera, el nombramientos de embajadores sigue siendo un problema en Cancillería, no solo por la demora excepcional, sino que también por desprolijidades.
En el edificio José Miguel Carrera, sede de la diplomacia chilena, es un secreto a voces el bochorno que sufrieron seis embajadores de carrera el 26 de abril, luego de que el Ministerio de RR.EE. olvidara notificarlos de que pemanecerían en sus actuales destinaciones.
Ese día, el gobierno anunció que ratificaba a 25 embajadores de carrera en las misiones diplomáticas en que ya se estaban desempeñando. En el apuro, sin embargo, la Cancillería olvidó una tercera página con nombres que eran confirmados en sus cargos, en la que estaban apellidos que empezaban con las letras S a la Z.
Un par de días después, en privado, la Cancillería se comunicó con Cristián Streeter (Irlanda), Eduardo Tapia (Ecuador), Flavio Tarsetti (Dinamarca), Mauricio Ugalde (Paraguay), Patricio Utreras (Haití) y Fernando Zalaquett (Egipto), para explicarles la situación, calmarlos y aclararles que también estaban ratificados en sus cargos.