Las cosas están revueltas en Europa. El lunes el Tribunal Supremo español condenó a penas de entre 9 y 13 años a los dirigentes catalanes procesados por el referendo de "autodeterminación" que fue declarado "ilegal" en 2017. Esto provocó una estampida social -huelga incluida-, con masivas manifestaciones independendistas y alta tensión.
La crisis en Cataluña, que se extendió durante buena parte de la semana, tiene lugar justo cuando España se prepara para sus cuartas elecciones en cuatro años, con los comicios legislativos del 10 de noviembre a la vuelta de la esquina. Pedro Sánchez, el jefe de gobierno en funciones, está bajo presión, ya que la oposición le reclama medidas más firmes respecto de los catalanes. Tal es el caos que incluso se debió aplazar el clásico Barcelona-Real Madrid, que debía jugarse el 26 de octubre.
Además de las divisiones internas entre los propios catalanes respecto del proceso independendista, lo ocurrido esta semana también ha dejado al descubierto las fragilidades económicas de Cataluña, que representa casi el 20% del PIB español. Por ahora, el Ayuntamiento de Barcelona cifra en más de 1,5 millones de euros las pérdidas económicas provocadas por los desmanes.
Al otro lado del Canal de la Mancha, el primer ministro británico, Boris Johnson, consiguió lo impensado: un acuerdo con la Unión Europea y un camino un poco más pavimentado de cara al 31 de octubre, cuando debe concretarse el Brexit. Sin embargo, el sábado el Parlamento le propinó una derrota al premier conservador, ya que lo obligó a solicitar a la UE un nuevo plazo para el Brexit, alterando los planes del 10 de Downing Street para concretar la salida a fin de mes.
Mientras, en Medio Oriente, el Vicepresidente de EE.UU. Mike Pence tuvo que viajar a Turquía para intentar solucionar el polvorín que ha provocado la ofensiva turca en la frontera con Siria. Donald Trump dio señales mixtas al señalar que los kurdos, que ahora han buscado aliarse con el régimen sirio, "no son ángeles". Sin embargo, fueron los kurdos quienes ayudaron a Washington en la lucha contra el Estado Islámico. Estados Unidos aparentemente decidió actuar rápido al enviar a Pence en vista de que Rusia ha tomado un rol preponderante en la región.
Y en Bolivia, Evo Morales les suplicó a sus adherentes "cinco años" más, en vista de que no está del todo claro si en las elecciones de hoy podrá imponerse sin necesidad de una segunda vuelta. A su vez, el opositor Carlos Mesa, está esperanzado en forzar un balotaje.