La muerte de una decena de animales de crianza y domésticos impactó, en enero de 2015, a las comunidades agrícolas que viven en torno al río Clavito, en Osorno. A cuatro años de ese episodio, aún está latente en la Región de Los Lagos la contaminación del cauce que protagonizó en esa oportunidad la empresa Essal S.A., la misma que por estos días mantiene sin suministro de agua potable a esa misma ciudad.
Hace pocos días, el Tribunal Constitucional (TC) rechazó un requerimiento que había sido presentado por exejecutivos de la sanitaria y con eso se destrabó el juicio oral en contra de Hernán Konig y Paula Hormazábal, entonces representante legal y jefa de procesos de saneamiento de Essal al momento de derramar elementos tóxicos en el río Clavito.
Jaime Aguayo, fiscal de Los Lagos, solicitó penas de tres años y un día en contra de los exejecutivos, responsabilizándolos penalmente por delitos medioambientales. Una hipótesis similar a la del episodio de 2015 es la que la misma fiscalía indaga ahora en medio de la crisis por falta de suministro de agua que afecta a Osorno.
Según la acusación, presentada en mayo de este año, el Ministerio Público responsabilizó a Konig y Hormazábal por "la muerte y enfermedad de animales de crianza y domésticos, contaminación de pozos de suministro de aguas para riego agrícola, devaluación de sus predios, pérdidas económicas y serio detrimento en su calidad de vida" para más de 10 familias que viven en las laderas del mencionado río.
"Desde el mes de enero del año 2015 y hasta la fecha, los acusados, en su calidad de gerente y jefa de procesos de saneamiento a cargo de la operación, supervisión y funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas servidas (PTAS) de Los Muermos, de la empresa Essal S.A., han hecho operar la citada planta a sabiendas de que su funcionamiento introducía organismos, productos, elementos y agentes bacteriológicos y químicos susceptibles de poner en peligro y que efectivamente dañaron la salud animal y vegetal y el abastecimiento de agua de la población aledaña al estero", dice el documento al que accedió Reportajes.
Los peritajes sostuvieron que durante años la planta de Essal arrojó al río "bacterias y otros microorganismos tales como coliformes fecales, provenientes de productos y residuos domiciliarios sólidos vertidos en el cauce y la acumulación de desechos flotantes, aceites y espumas en sus aguas y riberas, todo lo cual causó fragilidad ecosistémica del afluente".
Se espera que en los próximos días se comience a preparar el juicio oral en que los exejecutivos de la sanitaria deberán enfrentar la justicia.