Fue comentario obligado el viernes 1: la larga duración del discurso del Presidente Sebastián Piñera ante el Congreso pleno durante la primera cuenta pública de su segunda administración. Y es que lo que se esperaba que fuera una alocución de una hora se extendió a dos horas y media, para la sorpresa -y en algunos casos desánimo- de los presentes.

Más allá de los retrasos en los análisis y puntos de prensa posteriores, el prolongado mensaje presidencial trajo una singular consecuencia: masivas disculpas de parlamentarios oficialistas al equipo presidencial. ¿La razón?

A principios de esa semana los diputados y senadores de Chile Vamos -UDI, RN y Evópoli, más independientes- habían recibido una invitación a través de WhatsApp o correo electrónico para participar de un almuerzo con el Presidente Piñera en Cerro Castillo, Viña del Mar, una vez concluida la cuenta pública. Sin embargo, varios señalaron que ya no tenían tiempo para el festejo y terminaron quedando dos mesas completas vacías.

En el almuerzo se sirvió carne mechada y puré de zapallo y Piñera lideró un brindis en el que pidió a los presentes: "Apóyenme de corazón, de cuerpo y de alma".