La Compañía de Jesús vive una especie de "vía crucis" que les ha sido difícil de remontar desde hace más de un año. La reciente denuncia por abuso de la académica Marcela Aranda en contra del fallecido sacerdote e ícono de los jesuitas, Renato Poblete, profundizó la crisis y asestó un duro golpe al corazón de la congregación que ya, desde hace un par de meses, vivía bajo tensión.

Este estado respondía a una investigación previa que se intentó mantener bajo reserva y que apuntaba a conductas sin consentimiento cometidas por el ex provincial de la Compañía de Jesús, el sacerdote Eugenio Valenzuela. En su libro Rebaño, el periodista -y columnista de Reportajes- Óscar Contardo aborda las primeras denuncias en contra de este religioso. En ellas, sostiene la publicación, hubo situaciones anómalas que impidieron el avance de las acusaciones, sin embargo a fines de 2018 hubo una que sí llegó a puerto.

Según antecedentes que pudo recabar Reportajes, desde hace un par de meses el Superior General de los Jesuitas en Roma tiene en su poder una investigación previa realizada por el abogado Waldo Bown -el mismo que investiga a Poblete- en que se estableció que los hechos denunciados, abuso sexual y abuso de conciencia, "eran verosímiles". La denuncia habría llegado directo a la congregación que instruyó a Bown para realizar diligencias.

En las conclusiones se establece que sí se está frente a un eventual delito y que los hechos descritos "son graves". Tras la validación del testimonio del hombre adulto contra Valenzuela, ahora se está a la espera de lo que ordene la Congregación para la Doctrina de la Fe: sanciones o el inicio de un proceso canónico que lo aleje del sacerdocio para siempre