Mañana se lanza el libro Inmigración en Chile:una mirada multidimensional, del Centro de Estudios Públicos (CEP), en el que se analiza por primera vez el fenómeno migratorio desde distintas áreas y se busca dar recomendaciones concretas sobre los diferentes temas.
La Tercera está publicando un adelanto de este trabajo entre viernes y lunes, donde se recogen miradas desde el derecho, la sociología y la economía, y también desde ámbitos como la regulación, el mercado laboral, vivienda, educación, salud, pensiones y la recepción de los locales hacia los inmigrantes.
Los editores de esta publicación, los investigadores del CEP Isabel Aninat y Rodrigo Vergara, destacan la importancia de que la discusión y el estudio de políticas públicas se realicen en base a datos y evidencia empírica.
¿Cuál fue la motivación para realizar este libro?
Rodrigo Vergara (RV): Hace año y medio vimos que es un tema grande. En muchos países del mundo hay una enorme literatura sobre migración y, particularmente, en los países que son sujetos de grandes migraciones, como por ejemplo EE.UU. En Chile es un tema que está cada vez siendo más relevante. El número de migrantes que ha entrado al país sigue creciendo y es un tópico que está presente en la discusión pública, en la discusión política. Y, naturalmente, en vista de la ola migratoria que hemos tenido. De hecho, la ola migratoria de los últimos años no ha tenido parangón en la historia. Ni siquiera cuando el Estado hizo esfuerzos activos en el siglo XIX tuvimos una ola tan fuerte de inmigración.
Isabel Aninat (IA): La inmigración, además, es un tema del cual pueden surgir muchos miedos, y puede ser un caldo de cultivo para temas como la xenofobia o los nacionalismos exacerbados, y eso uno lo ve en países en que hay plataformas políticas que se construyen a raíz de esto. Nosotros hicimos un esfuerzo por abordar el fenómeno migratorio con mucha base empírica. Este es un libro que trabaja mucho con datos y tratamos de hacer esas preguntas que probablemente muchos nos hacemos, y ver qué nos decían los datos, porque hoy conocemos de muchos casos anecdóticos, hay muchos mitos y también hay prejuicios. Además, este es un fenómeno cambiante, dinámico y quizás uno debiera repetir este ejercicio regularmente cada cierto tiempo.
¿Cuál es la relevancia de tener una mirada amplia del tema?
IA: El libro tiene lo que llamamos una mirada multidimensional, porque la inmigración es un fenómeno complejo, en cuanto requiere un análisis temático multidisciplinario y bien comprensivo. Buscamos cruzar las miradas, preguntarnos qué pasa en educación, qué pasa en salud, qué pasa en pensiones, etc. Pero también, por ejemplo, si lo que pasa en pensiones conversa o no con el resto de los capítulos. Eso enriquece mucho más la discusión.
¿Le faltan datos a la discusión actual sobre inmigración?
IA:Primero, este libro muestra los datos que hay, y hace un llamado a que nos falta avanzar en la gestión de información en materia de inmigración. Eso es algo que este gobierno está haciendo. Se acaban de desagregar los datos del INE y se ha avanzado, pero hay informes que ha hecho el propio Departamento de Extranjería e Inmigración en el pasado, que muestran que el tratamiento de datos sectoriales muchas veces no conversa, porque, como decía antes, la inmigración tiene que ver con vivienda, con salud, con pensiones. Como en muchos otros temas, el Estado chileno lo aborda muy sectorialmente. Por eso tenemos que pensar políticas públicas que sean acordes con la realidad, y de la manera de tomar decisiones, lo que se aborda en el capítulo que yo hice sobre regulación con Lucas Sierra. Cómo conversan las políticas nacionales con las políticas locales y ahí hay un desafío en materia de migración: cómo vamos a hacer que las políticas que están desarrollando ciertos municipios, donde se concentran inmigrantes, puedan ser recogidas a nivel nacional o no, y la mirada mucho más comprensiva, tanto horizontalmente entre ministerios, como a niveles regional y local.
¿Tener información sobre la inmigración ayuda a eliminar mitos?
RV:Hay un esfuerzo relevante de comparar los resultados que obtuvimos con los resultados que hay en la literatura internacional. Por ejemplo, en la literatura internacional se habla de un castigo salarial a los inmigrantes. Y nosotros, en el capítulo de empleo, en el cual me tocó participar, vemos que al final del período hay un castigo en Chile. Esto significa que los inmigrantes con iguales características e igual capacitación, educación, etc. que un local, gana menos, y eso conversa con la literatura internacional. Y también esa literatura cuenta que ese castigo va reduciéndose. Lo mismo se aprecia en otros capítulos, como el de vivienda, donde vemos que los inmigrantes son mucho más arrendatarios que propietarios, pero con el tiempo van haciéndose cada vez más propietarios. También se ve en la teoría del "inmigrante sano", que básicamente dice que los inmigrantes tienden a ser más sanos que los locales. Y, efectivamente, cuando vemos los datos de salud de consultas médicas, etc., vemos que son menores que las de los locales. Estas son cosas que hacen de este un estudio que permite entender mejor a los inmigrantes, compararlos mejor con los locales y derribar algunos mitos. Por ejemplo, en el capítulo de educación hay un mito de que podría empeorar el desempeño en la sala de clase, lo que no es así, o empeorar el ambiente, lo que tampoco es así.
¿Cuál es la mirada del libro respecto de la inmigración?
IA: El libro se basa en el foco de la integración y las propuestas de política pública que recorren la mayoría de los capítulos, justamente apuntan a eso. Ese foco viene de la discusión internacional que se da, de lo que se está hablando en las organizaciones internacionales, de Naciones Unidas. Y también la integración es uno de los principios que recoge el proyecto de ley (sobre migraciones), que no es una asimilación, con todo lo que ello conlleva culturalmente, sino que una mirada sobre cómo los inmigrantes que llegan a nuestro país pueden participar de la sociedad y pueden desarrollarse en sus propios caminos. El proyecto actual ha transitado a un refundido entre el primer proyecto del Presidente Piñera, de su primer gobierno, y el proyecto de ley de la Presidenta Bachelet. Entonces, hay un consenso mayor de hacia dónde debiera ir una nueva legislación, que permita dar cuenta de un fenómeno muy distinto al del decreto actual de 1975.
¿Cómo evalúan el proyecto de ley?
IA: Nosotros concluimos en el capítulo que va bien encaminado, es una buena reforma y principalmente porque aborda dos fallas de la actual legislación, como lo han dicho la literatura y la jurisprudencia. Una es la excesiva discrecionalidad que tiene la institucionalidad, lo que se muestra en la jurisprudencia en fallos sobre los procedimientos de expulsión y en los cambios continuos de visa. La segunda falla es la poca densidad institucional. El Departamento de Extranjería e Inmigración es del quinto orden jerárquico, tiene el mismo nivel que el Diario Oficial o Estadio Seguro. Por lo tanto, lo que se está proponiendo en el proyecto de ley, de crear un Servicio Nacional de Migraciones, le da una mayor robustez institucional, es muy positivo y también el proyecto de ley contempla principios. La legislación actual no tiene principios que guíen el actuar del aparato estatal y en esos aspectos mejora mucho. Ahora, lo difícil de una regulación en inmigración es este equilibrio que tiene que existir entre la estabilidad y la flexibilidad. Obviamente, el país tiene que ser capaz de regular una migración y de establecer un orden y la seguridad de quienes migran y, obviamente, promover la inmigración.
En el libro destacan la conciencia que hay que tener sobre los derechos humanos de los inmigrantes. ¿Falta esa conciencia en el país?
IA: En la regulación actual el decreto de ley no tiene ninguna visión sobre eso. Obviamente, es un decreto de ley que se dictó en dictadura y cuya preocupación en 1975 era otra mirada. El contexto internacional ha cambiado mucho sobre los DD.HH. en materia inmigratoria, y es algo que sí se profundiza en el proyecto de ley. Se le dio mucho énfasis en el proyecto de ley de la Presidenta Bachelet y fue recogido por el actual proyecto de ley en el segundo trámite.
¿Se le ha dado el valor en Chile a la oportunidad que puede generar para el país la ola de inmigrantes?
RV: Creo que sí, hay conciencia sobre las oportunidades. El Banco Central hace poco tiempo dijo que el PIB potencial chileno crecía producto de la inmigración. Por otro lado, ¿por qué llegan los inmigrantes a Chile? Llegan buscando oportunidades. Chile se ha transformado en un país con ingreso per cápita medio-alto, el más alto de América Latina, por lo que da oportunidades. Además, como lo indica un capítulo, hay una buena recepción, mas allá de que es absolutamente legítimo que cada país ponga sus propias reglas de inmigración. A esto se suman, obviamente, las crisis que han sufrido dos países en los cuales ha aumentado bastante la inmigración, que son Venezuela y Haití. R