Cuando falta menos de un mes para que Jair Bolsonaro asuma como Presidente de Brasil -el próximo 1 de enero-, las invitaciones para el cambio de mando ya comenzaron a ser enviadas.
Una de las convocadas al acto fue la expresidenta y actual alta comisionada de DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet. Sin embargo, tal como lo hizo para el cambio de mando de México en la asunción de Andrés Manuel López Obrador, la exmandataria optó por rechazar la invitación y restarse de la ceremonia.
Fuentes diplomáticas aseguran que Bachelet ha mostrado preocupación por Brasil, principalmente tras los polémicos dichos del exmilitar en materia de género y de la población LGBT. De hecho, luego del triunfo de Bolsonaro, Bachelet aseguró que "como hubo algunos comentarios preocupantes durante la campaña, solo puedo decir que, como una oficina de la ONU, vamos a estar muy atentos".
La distancia con Bolsonaro también fue explicitada por Bachelet aun antes de ser nombrada en el cargo de Naciones Unidas: la exmandataria firmó una carta en apoyo al expresidente brasileño Lula da Silva, quien se encuentra en prisión debido a casos de corrupción.