Los primeros días de marzo, cuando las actividades parlamentarias volvían a su normalidad -tras el receso legislativo de febrero-, varios diputados encontraron entre su correspondencia una carta.
El remitente era el secretario general de la Cámara Baja, Miguel Landeros, quien a través del escrito les pedía que entregaran las explicaciones correspondientes por el uso que habían hecho de la tarjeta de combustible durante ese mes estival.
La explicación requerida por Landeros responde a que cada parlamentario y parte de su equipo tienen asignados recursos destinados a "gastos operacionales", dentro del cual existe un ítem específico para combustible. Este último se entrega a través de tarjetas asociadas a tres empresas de gasolina. Su uso, además, está limitado a lugares específicos y a periodos de tiempos legislativos.
Por eso, desde la Cámara aseguran que la carta llegó solo a aquellos parlamentarios o funcionarios que hicieron uso de la tarjeta en lugares no autorizados o bien en un periodo que no correspondía a trabajo legislativo -en este caso durante los días de febrero.
Reportajes tuvo acceso a una de las cartas de los parlamentarios, la cual indica un mal uso de la tarjeta por parte del personal de apoyo del legislador, consumo que fue descontado del sueldo del funcionario, situación que -según indican en la Cámara- se repitió con varios diputados.
Reportajes pidió a la Cámara tener acceso al detalle del gasto operacional por combustible del mes de febrero de cada parlamentario, sin embargo, se respondió que la información detallada del gasto de bencina se podrá conocer a partir de fines de mayo en la página de la institución.