La vida en el Parque Forestal no se detiene. A toda hora y todo el día. Por la mañana pasan deportistas trotando, turistas sacando fotos, vecinos paseando a sus perros antes del trabajo y jubilados que van a pasar el rato sentados en una banca. A media tarde llegan oficinistas y universitarios buscando relajo luego de la jornada laboral.
Pero todo cambia en la noche. Las personas que trabajan en el lugar se van temprano para no tener problemas. Los vecinos se encierran en sus casas. Los turistas se quedan en sus hoteles. El parque se oscurece. Pero quedan unos pocos.
Quienes conocen de cerca el Parque Forestal saben que hace rato algo no anda bien.
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La tarde del jueves 21, la sede de la Junta de vecinos del Parque Forestal -ubicada en Victoria Subercaseaux Nº 191- estaba repleta. Los dirigentes vecinales, presididos por Héctor Vergara, citaron a una reunión que tenía por objetivo entregar una carta a la autoridad comunal invitada: el subdirector de Operación Preventiva de la Municipalidad de Santiago, Carlos Lira, quien, además, estaba acompañado de cuatro suboficiales de Carabineros.
Uno de los vecinos presentes toma la palabra. "A mi hija, anteayer, dos tipos la asaltaron al frente del Museo de Bellas Artes a las seis de la tarde. Las personas no pueden pasear a sus perros, porque las amenazan con cuchillos", relata.
Los problemas de seguridad, dicen sus vecinos, siempre han existido en el barrio. Sin embargo, la violencia ha ido en aumento en los últimos meses. Llegando hasta su punto más duro la semana pasada: un homicidio a plena luz del día.
Los hechos no están aclarados. Hay varias versiones. Lo que se ha podido establecer es que el sábado 16, Franco Guerrero (25 años) estaba sentado en una banca junto a un amigo. Se acercó un hombre de unos 50 años y lo apuñaló por la espalda. La víctima trató de caminar, buscando ayuda, pero apenas avanzó un par de metros antes de caer inconsciente. Guerrero llegó a la Posta Central sin signos vitales.
Algunos dicen que el ataque fue después de una discusión que inició Guerrero con otras personas. Otros aseguran que era indigente y que conocía a sus agresores.
La Fiscalía Centro Norte y la Brigada de Homicidios de la PDI trabajan en conjunto para identificar al acompañante de la víctima.
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El Parque Forestal, uno de los pulmones verdes de Santiago, es un paseo clásico de turistas y personas de todas las edades que ocupan el lugar para realizar un sinfín de actividades recreativas, sobre todo los fines de semana.
Que colinde con las comunas de Recoleta y Providencia e incluya el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Museo de Arte Contemporáneo, así como la cercanía de sectores turísticos, como los barrios Lastarria, Bellavista y el Mercado Central, atrae un gran flujo de personas.
Quienes pasean y viven por el lugar saben que es peligroso hacerlo por la noche. Pero la sensación es que en el último tiempo han ido aumentando los problemas de seguridad. Las razones nadie las sabe bien. Hay varios elementos que tomar en cuenta.
Una persona que lleva más de ocho años trabajando en el sector y que prefirió resguardar su identidad dice que hay un grupo que actúa de manera organizada: seis personas que se hacen pasar por cuidadores de autos para cometer robos en el parque. "Funcionan como tipo mafia. Son casi la mayoría hombres, pero también hay mujeres, todos tienen entre 20 y 30 años", explica.
Otro de los puntos de conflicto, según algunos, es la presencia de personas en situación de calle.
Siempre ha habido personas que duermen en el parque sin problemas, pero desde diciembre que han llegado en mayor número y haciendo algo que hasta ahora nadie había hecho: han organizado verdaderos campamentos en los pastos del Forestal.
El problema es que su arribo, al parecer, ha coincidido con el aumento de la inseguridad.
Miguel (33) y Marcelo (24) trabajan en la limpieza y cuidado de áreas verdes del Parque Forestal y afirman que la presencia de estas personas dificulta la realización de las tareas que se les asignan. "Cuando ponen una carpa es más difícil trabajar, porque te echan la choreá' si cortas el pasto o regamos cerca de sus territorios", señalan.
Cuando estos dos cuidadores comienzan su jornada laboral, a las 7.00 am, cuentan que muchas de las personas que viven en el parque recién se están acostando. "Acá hay de todo: chilenos, colombianos, peruanos, bolivianos, venezolanos. Todos roban juntos, nadie se mete, porque siempre están todos cerca y se ayudan unos a otros", afirman.
Sin embargo, otro de los trabajadores tiene una visión distinta: "La delincuencia acá sucede por personas de afuera. Conozco a los que duermen en el parque y ellos no son peligrosos", asegura.
Lo cierto es que, más allá de la presencia de personas en situación de calle, la falta de seguridad es un problema que hace rato se tomó el barrio.
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Para los vecinos del Parque Forestal existen distintas explicaciones para la violencia y los robos que se producen en la zona, pero todos concuerdan en que ambos han aumentado.
María Gracia Subercaseaux, fotógrafa, vive hace 25 años en un departamento que colinda con el parque y afirma que cada vez son más las personas que están viviendo en la calle. "Siempre en las noches el parque es muy peligroso. Hay poca vigilancia y pocas luminarias. Muchas noches asaltan a gente, hay gritos. Falta que haya más vigilancia e iluminación en muchas zonas", dice.
El empresario Eugenio Cox también vive en el sector y asegura que nunca le ha tocado presenciar un acto de violencia. Le han contado cosas. En 2017 acuchillaron a una amiga suya para robarle la cartera en la esquina de la calle Miraflores con Ismael Valdés Vergara. "Es un lugar muy atractivo para los turistas, pero la municipalidad no lo está sabiendo ordenar. Se está llenando de gente deambulando y de lanzas. Yo creo que todos los del barrio tienen esa sensación", sostiene.
"Creo que es una zona abandonada por la Municipalidad de Santiago, también por la policía, no toman ninguna medida", dice el diputado (PS) Marcelo Schilling, quien vive por el sector. Agrega que "todos están en perfecto conocimiento de que esos días y noches es la ley de la selva en el sector, pero nadie hace nada".
El conductor de televisión Sergio Lagos también vive hace años en el barrio. Nunca ha tenido problemas de seguridad, pero hace hincapié en un crecimiento desregulado del turismo. "Sin duda, es un espacio más público o de mayor tránsito, y a eso se le suma una acción muy intensa de comercio ambulante. Ahí hay un tema que hace que las cosas terminen por no funcionar bien a ratos. Es un sector sobreexplotado", dice.
El presidente de la Junta de Vecinos del Parque Forestal, Héctor Vergara, trata el tema con más resignación. "Queramos o no, son parte de la vecindad… Algunos son históricos, como el conocido 'Anticristo', recientemente fallecido, pero a otros inevitablemente se les asocia a la delincuencia. Lo que pasó el sábado es algo gravísimo, pensemos, además, que no es la primera muerte, en 2016 murió un estudiante de teatro llegando a Merced. También hubo dos casos de personas que murieron en el cerro Santa Lucía, en la esquina de Victoria Subercaseaux con Alameda. Son temas que no podemos dejar pasar", cierra.
"Hemos puesto más personal de nuestra dirección para apoyar la labor policial y también de la fiscalía. Lamentablemente, las atribuciones de los guardias municipales son muy pocas", dice Arturo Urrutia, director de Seguridad Vecinal de la Municipalidad de Santiago.
Urrutia agrega que la municipalidad realiza de forma periódica operativos de rescate social que son gestionados por la Dirección de Seguridad y la Subdirección de Servicios Sociales, "quienes visitan al menos una vez por semana a las cerca de 30 personas en situación de calle que hay en todo el parque, y su recepción, por lo general, es muy violenta. Esta situación también complica a los vecinos, porque genera inseguridad y muchas veces han sido intimidados por estas personas".
En la junta de vecinos las exigencias son claras: más y mejor iluminación del parque, además de mayor presencia y rondas de Carabineros, día y noche. "Es muy importante que haya mayor dotación de Carabineros para suplir todas estas necesidades de vigilancia y de control que existen en el barrio y en el cuadrante. Justamente por la falta de personal es que no llegan las patrullas cada vez que los vecinos llaman por teléfono solicitando su presencia", explican dos integrantes de la directiva de la Junta de Vecinos del Parque Forestal.
"Si no se entiende el origen del problema y cómo se está articulando, difícilmente la solución va a ser una buena medida. Y, por tanto, los recursos que se pueden destinar a seguridad no están siendo bien invertidos", dice la concejala (PC) Irací Hassler, quien vive en el barrio.
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La reunión entre los vecinos duró tres horas. Costó organizar la conversación y que todos pudieran intervenir en orden . Todos tenían mucho que decir y con urgencia. La idea es seguir presionando para, por fin, encontrar solución a un problema que afecta a las miles de personas que diariamente pasean y viven en el parque. R