Es el mismo presidente Sebastián Piñera quien se ha preocupado de revisar directamente las remuneraciones de los funcionarios del gobierno. La austeridad -dicen en La Moneda- es uno de los sellos que más quiere dar a su mandato.
De hecho, a poco más de un mes de gobierno, ya se han enviado dos instructivos para reducir costos: el primero, sobre adquisición de vehículos, viáticos y comisiones de servicio, y ahora se sumó otro sobre viajes de ministros y subsecretarios, señalando que se deben reducir en un 15% los gastos en relación a 2017. Sobre este último punto, el Mandatario ya tomó algunas decisiones y en su viaje a Perú redujo la delegación a solo cinco funcionarios.
Las medidas -aseguran en el Ejecutivo- han incomodado a algunos ministros y subsecretarios, quienes han tenido que restringir los gastos en almuerzos que históricamente se han usado como reuniones, por ejemplo, e incluso ha generado comentarios en funcionarios de gobiernos respecto de la baja en remuneraciones.
Y este escenario, entre otras cosas, es el que explica la reacción de La Moneda este sábado tras conocerse que existía una orden para comprar un automóvil Lexus avaluado en $ 70 millones, para transportar al presidente: no sólo anunciaron la anulación de esa compra, sino que señalaron que no habrá otra, porque el propio Piñera cederá su automóvil personal en comodato.