La crisis política y económica que golpea a Venezuela alteró su agenda. El canciller Roberto Ampuero debió reducir su descanso a una semana: el lunes 18 parte a Olmué donde -asegura- monitoreará el devenir del trance que afecta al país sudamericano.
Esta semana La Moneda ofreció a Venezuela la experiencia de la transición chilena. ¿Qué lecciones se pueden sacar de allí?
Primero, por nuestra propia historia, Chile está obligado a asumir un liderazgo ante la crisis en Venezuela. Nuestra disposición para entregar ayuda humanitaria es hoy, pero también hay que pensar en el día después cuando ya se hayan celebrado elecciones en Venezuela y haya un Congreso donde van a haber representantes de distintos partidos, de distintas convicciones políticas e ideológicas. ¿Cómo se actúa ahí? En ese sentido las transiciones, en este caso la chilena, fue superando aquello y los venezolanos lo tienen muy claro. El ofrecimiento no es una receta o un modelo. Nosotros en un acto generoso y sin ningún intento de imponer nada, ponemos a disposición nuestra experiencia y estamos trabajando en ese sentido. Son los venezolanos los que deben sacar las conclusiones y decir 'esto sí nos sirve mucho, esto no tanto, esto más o menos'.
¿En qué consiste concretamente esta oferta?
Nos vamos a sentar en una mesa. Vamos a invitar a protagonistas de la transición chilena y a venezolanos de distintos sectores, y ellos decidirán quiénes vienen. Esto será una instancia donde aquellos que fueron protagonistas hacen una presentación de lo que fue su experiencia, sus principales conclusiones, lecciones y las comparten, y se abre ahí un diálogo. Es como un seminario. Con áreas, como la convivencia democrática, la convivencia parlamentaria -con personas que hasta hace muy poco estuvieron completamente en trincheras opuestas-; otra área es la relación con las Fuerzas Armadas que van a seguir existiendo, otra área es la política internacional, o sea se abre un horizonte enorme.
¿Qué figuras de la ex Concertación ya han comprometido su participación?
He conversado con José Antonio Viera Gallo, Alejandro Foxley, Soledad Alvear, el senador (Jorge) Pizarro, Andrés Allamand, Hernán Larraín... hace un tiempo también hablé con Genaro Arriagada y hay una lista de otras personalidades con las cuales me he tratado de poner en contacto, algunos están de vacaciones, pero hemos avanzado y la disposición es positiva. La transición no es patrimonio de un partido político o de un sector determinado; es un patrimonio cultural, simbólico, político de Chile y queremos transmitirles la máxima experiencia a nuestros amigos venezolanos.
¿Existe algún cronograma?
Cancillería va a convocar a principios de marzo, cuando pase el periodo de vacaciones, a una reunión inicial. La haremos acá. Una reunión para conocer en detalle de qué se tratará y crear las condiciones para que cuando ellos digan 'ya', nosotros digamos 'viajen'.
¿La cita va a incluir al Presidente Sebastián Piñera?
El Presidente, por el compromiso que ha demostrado en apoyar a los demócratas en Venezuela, desde luego, en algún momento se encontrará con ellos.
Pinochet fue una figura gravitante en la transición chilena. ¿Hay espacio para Nicolás Maduro en la transición venezolana?
No hay que cometer un error, que es pensar que este es un modelo y solamente tiene sentido cuando es idéntico al otro. Todas las transiciones tienen sus especificidades, dependen de la historia, de las personas que juegan un rol, del tipo de dictador. Los venezolanos deben definir qué experiencias les sirven de Chile.
La transición ha sido controvertida en este país, particularmente en los últimos años...
Estamos muy claros de que esto no es infalible, tiene lados de luz, mucha luz y también tiene grados de sombra, pero también las personas que tengan una visión crítica serán invitadas, porque lo que nosotros queremos es transmitirles la máxima experiencia a nuestros amigos venezolanos.
Al autoproclamarse Juan Guaidó, y ser reconocido por varios países, se pensó que la salida de Maduro se produciría en un plazo corto. Eso no ha pasado. ¿Qué plazos se manejan?
Yo no hablaría de plazos porque este es un proceso inédito. Lo que sí está claro es que la dirección de todo esto apunta hacia que Venezuela se aproxima a una etapa en que se inicia la redemocratización y que -para que eso se cumpla- las elecciones deben ser lo antes posible en el marco de la Constitución de Venezuela, que es la que está siguiendo Juan Guaidó y quienes lo apoyan.
¿Están contados los días para Maduro?
Prefiero ser cauteloso y en este caso hay que poner la atención en lo que es el avance día a día de este proceso, porque este es un proceso que nadie se lo hubiese imaginado hace dos o tres semanas.
¿Cómo organizar elecciones en un país cuyas instituciones están en el suelo?
Tiene que ser en un período lo más breve posible, por lo tanto, es un gran desafío poder restablecer, por ejemplo, el padrón electoral que no es limpio, restablecer la autoridad electoral que tiene que estar fuera de cuestionamiento, no como la que instauró, a dedo, Maduro. El trabajo es grande.
¿Cómo se explica que Chile haya rechazado participar del Grupo de Contacto? Ellos están buscando una salida pacífica.
Cuando nos llegó la oferta para participar, dijimos, en concordancia con el Grupo de Lima, esto no lo apoyamos porque no tiene plazo para elecciones, porque están confiando en un diálogo con Nicolás Maduro que ha hablado que se va a quedar hasta el año 2025 y un dictador de estas características, obviamente, no está dispuesto al diálogo y menos a aceptar las elecciones al más breve plazo.
El gobierno del Presidente Piñera ha emplazado a la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, para que tome una postura respecto a Venezuela. ¿Qué le parece la actitud de ella?
Me quedo con la declaración del Grupo de Lima donde se subraya que es la hora de la acción político diplomática. Y el Presidente Piñera lo ha dicho con mucha claridad: ya pasó la hora de la reflexión, del análisis, del diagnóstico sobre Venezuela, sobre si es dictadura o no es dictadura. Quiero ser muy claro con el tema de la alta comisionada: la región considera que no se ha actuado de acuerdo con lo que se espera de una institución de Naciones Unidas.
Usted ha emplazado a la expresidenta a ser un aporte para Venezuela, ¿le merece dudas la defensa que hace a los derechos humanos?
Ella, como alta comisionada, lo expresamos en el Grupo de Lima, tiene una misión con respecto a los derechos humanos. Es la región y no solo el gobierno del Presidente Piñera los que no están satisfechos con su trabajo, eso quedó en manifiesto en la declaración del Grupo de Lima.
Rupert Colville, el vocero de la alta comisionada, ha dicho que no están las condiciones. ¿Esa respuesta no es suficiente?
No estoy para comentar una y otra vez declaraciones de portavoces de instituciones.
¿No se ha tomado ningún contacto con la expresidenta Bachelet?
Hemos manifestado nuestra opinión a través de la declaración del Grupo de Lima. Es la vía que corresponde.
La oposición ha señalado que se está "venezolarizando" la política interna. ¿Cómo responde a esas declaraciones?
La tragedia de Venezuela es un asunto regional, quien crea que esto solo existe en Chile, no tiene acceso a ningún tipo de medio de comunicación. Además, esta semana, la izquierda se quedó sin argumentos para atacar al gobierno a propósito del rol de la expresidenta Bachelet. La declaración del Grupo de Lima sobre el rol de la alta comisionada fue del Grupo de Lima, de la mayoría de la región, no del gobierno del Presidente Piñera. Y hay una cosa importante: el pueblo de Venezuela está observando quiénes todavía dudan si es dictadura o no. Y eso siempre lo observa también, la historia.
Canciller, hoy en Chile conviven dos representantes de Venezuela. El Presidente Piñera reconoció a Guarequena Gutiérrez como representante de la Asamblea Nacional de Venezuela. ¿Se reconoce a Arévalo Méndez como embajador venezolano?
Nosotros reconocemos al gobierno de Juan Guaidó y, además, él (Méndez) no fue invitado al encuentro anual que se realizó en enero, y que es usual, del Presidente y el canciller con el cuerpo diplomático. Y en el caso de ese embajador, el Presidente lo dijo con mucha claridad: Venezuela debe decidir qué va a hacer con ese embajador.
Sin embargo, se criticó que tras la detención de los periodistas de TVN el gobierno tuvo que negociar con la administración de Maduro.
Lo que hicimos, a través de nuestro consulado, es lograr que la policía política soltara a dos chilenos. Los que hacen esa crítica, ¿qué están diciendo? ¿Que el canciller de Chile permanezca impávido ante el secuestro de dos ciudadanos chilenos? ¿Y que desaparezcan, los torturen y los maten? ¿Hubiesen querido eso? Yo estoy aquí para representar los intereses de Chile y defender a los ciudadanos chilenos que están en una situación difícil y sobre todo bajo una dictadura.