Cualquier nueva noticia de los argentinos de Él Mató a un Policía Motorizado es una especie de acontecimiento. Hay algo con su música que bordea lo hipnótico, pero también lo cercano, un ruido inesperado donde se cruzan canciones de amor, himnos colectivos, películas clase Z y apocalipsis de diverso cuño. Eso está en sus discos más clásicos (los EP Navidad de Reserva y Día de los Muertos), pero también cruza la especial extrañeza que recorre La Dinastía Scorpio, de donde Alberto Fuguet extrajo algunos de los tracks más sensibles para la banda sonora de Invierno.
Violencia acaba de aparecer y los trae de vuelta al terreno de los EP. De este modo, los cuatro tracks componen un relato encubierto sobre rupturas amorosas ("Este día que me regalas/ En tus ojos,/ la violencia", canta Santiago Motorizado en el primer tema), pero que deviene en epifanías construidas con un misticismo a ras de piso, acaso barriobajero y cercano. Por ahí, se cruzan los apuntes instrumentales de "Rucho", que confirma que las canciones de Él Mató... no se escuchan sino que se habitan porque son paisajes para deambular y perderse; todos llenos de revelaciones inesperadas y tormentas secretas, mantras donde la distorsión de las guitarras se convierte en una iluminación borrascosa, quizás porque es una excusa para hacer del ruido una forma de contemplación, pero también un elegante misterio.
"Violencia", de Él Mató a un Policía Motorizado.