A veces sólo queda bailar. En medio de la tristeza o del final de una historia, sólo tenemos nuestro cuerpo y la música que nos invita a salir de ahí, a perdernos en algún lugar desconocido. Ocurre cada vez que escuchamos la voz de Samuel T. Herring, ese muchacho de Baltimore que en 2006, junto con un par de amigos, fundó Future Islands y se lanzó a las pistas, a los escenarios, a cantar y bailar. Ya son más de 10 años y muchas, muchísimas canciones que compilaron en cinco discos, aunque en realidad fue sólo en 2014, cuando apareció Singles, que muchos los descubrimos: esa voz rasposa, esas máquinas buscando siempre el momento exacto para explotar y esa música perfecta para aquellas noches tristes que parecen nunca acabar. El año pasado lanzaron The Far Field, después del éxito comercial de su disco anterior, y sólo confirmaron que hoy nadie como ellos entiende mejor el synth pop y qué hacer con todas esas máquinas. Nadie como ellos para subirse a un escenario y hacer bailar al mundo sin perder nunca la elegancia.
Dicen, por lo mismo, que asistir a un concierto de Future Islands es una experiencia de aquellas: ver moverse en el escenario a Samuel T. Herring, contoneándose desaforado, mientras se despacha hit tras hit —"Season (Waiting for you)", "Ran", "Day Glow Fire"— es algo que no debiéramos dejar pasar. Por eso cuando comenzó a correr el rumor de que Future Islands giraría por Sudamérica, el entusiasmo fue inevitable. Y, entonces, se anunció que serían parte del Festival Fauna Otoño, y la espera fue eterna, pero ya llegó a su fin: mañana, sábado 12, por fin se presentarán en nuestro país y compartirán escenario además con otras dos bandas imperdibles, como son Sun Kil Moon y Mogwai, quienes junto con The Drums, entre otros, completan el cartel del festival que se realizará en Espacio Riesco.
Va a ser un sábado de aquellos, seguramente. Y todo lo cierra Future Islands. Música perfecta, como dijimos, para aquellas noches que parecieran nunca terminar.